Recomendación final del Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) sobre el uso de aspirina para la prevención cardiovascular primaria

La Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) publicó una declaración de recomendación final sobre el uso de ácido acetilsalicílico (aspirina) para prevenir enfermedades cardiovasculares.

Advertisements

La declaración desaconseja comenzar con ácido acetilsalicílico para la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares en personas de edad igual o mayor a 60 años.

Para las personas de edades entre 40 a 59 años, la comisión sugiere que ácido acetilsalicílico podría considerarse en aquellos con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (riesgo a 10 años de 10% o más), pero que la decisión debe ser individualizada.

Asimismo, señala que en el grupo de edad de 40 a 59 años, la evidencia indica que el beneficio neto del uso de ácido acetilsalicílico es pequeño y que las personas que no tienen un mayor riesgo de sangrado tienen más probabilidades de beneficiarse.

Agrega que estas recomendaciones solo se aplican a las personas que no tienen antecedentes de enfermedad cardiovascular y que aún no están tomando ácido acetilsalicílico diariametne.

La declaración de la comisión se publicó hoy en línea en Journal of the American Medical Association (JAMA). Se acompaña de una revisión de la evidencia, un estudio de modelado, una página para el paciente y un editorial.

Una versión preliminar de la declaración de recomendación, la revisión de la evidencia y el informe de modelado estuvieron previamente disponibles para comentarios públicos. La declaración de recomendación final es consistente con la versión preliminar.

El grupo de trabajo concluye que existe evidencia adecuada de que ácido acetilsalicílico en dosis bajas tiene un pequeño beneficio para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares (infarto de miocardio no fatal e ictus) en adultos de edad igual o mayor a 40 años que no tienen antecedentes de enfermedad cardiovascular pero tienen un mayor riesgo cardiovascular.

Advertisements

La evidencia muestra que la magnitud absoluta del beneficio aumenta con el aumento del riesgo cardiovascular a 10 años y que la magnitud de los beneficios de por vida es mayor cuando ácido acetilsalicílico se inicia a una edad más temprana.

Pero agrega que también hay evidencia adecuada de que el uso de ácido acetilsalicílico en adultos aumenta el riesgo de hemorragia gastrointestinal, hemorragia intracraneal e ictus hemorrágico. La comisión determinó que la magnitud de los daños es pequeña en general, pero aumenta en los grupos de mayor edad, particularmente en adultos mayores de 60 años.

Para los pacientes que son elegibles y eligen comenzar a tomar ácido acetilsalicílico, los beneficios se reducen con el avance de la edad, y los datos sugieren que los médicos y los pacientes deberían considerar dejar de usar ácido acetilsalicílico alrededor de los 75 años, advierte la declaración.

También dice que la evidencia no está clara si el uso de ácido acetilsalicílico reduce el riesgo de incidencia o mortalidad por cáncer colorrectal.

El vicepresidente de la comisión, Dr. Michael Barry, director del Programa de Decisiones Médicas Informadas en el Centro de Ciencias de Decisiones de Salud en el Hospital General de Massachusetts en Boston, Estados Unidos, le dijo a Medscape Noticias Médicas que estas recomendaciones solo se aplican a pacientes que no toman ácido acetilsalicílico y que no tienen evidencia de enfermedad cardiovascular existente.

“En adultos de edad igual o mayor a 60 años no recomendamos comenzar con ácido acetilsalicílico para la prevención primaria. Eso se debe a que en este grupo de edad el riesgo de sangrado supera el beneficio cardiovascular”, puntualizó.

“Para los adultos de 40 a 59 años con un riesgo pronosticado de enfermedad cardiovascular superior a 10%, parece haber un beneficio neto al tomar ácido acetilsalicílico, pero este beneficio neto es relativamente pequeño y variará con otros factores, como la magnitud de la enfermedad cardiovascular y riesgo de sangrado. Las personas deben hablar con su médico sobre estos factores y si deben tomar ácido acetilsalicílico o no”, añadió.      

El Dr. Barry anotó que estas recomendaciones no se aplican a las personas que ya toman ácido acetilsalicílico para la prevención primaria. “Estas personas necesitan hablar con sus médicos sobre si deben continuar. Necesitan revisar las razones por las que comenzaron a tomar ácido acetilsalicílico en primer lugar, y necesitan que se evalúe su riesgo de sangrado. Alguien que ha tomado ácido acetilsalicílico a largo plazo sin sangrado complicaciones tiene un menor riesgo de futuras complicaciones hemorrágicas”, dijo.

Advertisements

El grupo de trabajo recomienda una dosis de ácido acetilsalicílico de 81 mg diarios para aquellas personas que deciden tomar ácido acetilsalicílico para la prevención primaria.    

“Hay abundante evidencia de que menos de 100 mg al día es suficiente. Cuanto más baja sea la dosis, menor será el riesgo de sangrado. Entonces, la dosis más conveniente es la tableta de ácido acetilsalicílico para bebés de 81 mg ampliamente disponible”, anotó el Dr. Barry. “Aunque los productos con recubrimiento entérico están destinados a reducir la irritación gástrica, los datos no muestran ninguna diferencia en el riesgo de sangrado entre varias formulaciones de ácido acetilsalicílico”, añadió.

El Dr. Barry señaló que ácido acetilsalicílico es solo una herramienta para reducir el riesgo cardiovascular.

“Las personas pueden reducir significativamente su riesgo de muchas otras maneras, como hacer ejercicio con regularidad, comer una dieta saludable, controlar la presión arterial y la diabetes, y tomar estatinas si tienen un mayor riesgo cardiovascular”.

Señaló que ensayos recientes han sugerido que la ácido acetilsalicílico solo tiene un valor marginal por encima de todos estos otros factores. Y la reducción del riesgo con ácido acetilsalicílico es menor que con otras intervenciones.

“Por ejemplo, ácido acetilsalicílico se asocia con una reducción de 12% en el infarto de miocardio, mientras que las estatinas se asocian con una reducción de 25% a 30%. Una herramienta más poderosa la constituye el uso de estatinas para reducir el riesgo cardiovascular que ácido acetilsalicílico, por lo que quizás las personas deberían considerar tomar estatinas primero. el beneficio de ácido acetilsalicílico puede ser menor en las personas que ya toman una estatina, y los médicos deben pensar en el panorama general”, dijo el Dr. Barry.

Explicó que los médicos necesitan evaluar el riesgo cardiovascular y hemorrágico en cada paciente individual. “Si bien existen herramientas ampliamente disponibles para estimar el riesgo cardiovascular, aún no existen herramientas fáciles disponibles para evaluar el riesgo de sangrado, por lo que los médicos deben considerar factores clínicos como antecedentes de úlceras pépticas”.

Sugiere que para las muchas personas que tienen un riesgo de sangrado promedio, la preferencia personal puede entrar en juego. “En el grupo de edad de 40 a 59 años, los beneficios y daños de ácido acetilsalicílico están bastante bien equilibrados. Para la persona promedio, creemos que puede haber un pequeño beneficio neto, pero esto es lo suficientemente pequeño como para que también se considere la preferencia personal”.

Advertisements

Péndulo que se aleja del uso de ácido acetilsalicílico

En un editorial que acompaña a la publicación de la declaración del Grupo de Trabajo en JAMA, Dr. Allan S. Brett, profesor clínico de medicina interna en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Aurora, Estados Unidos, explica que las recomendaciones de la comisión sobre el uso de ácido acetilsalicílico para la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares han cambiado numerosas veces en los últimos 30 años, con la última actualización en 2016 reduciendo la población elegible.

En la nueva declaración de recomendación, “el péndulo se ha alejado aún más de la profilaxis con ácido acetilsalicílico para la prevención primaria: la guía no recomienda ácido acetilsalicílico preventivo de manera sistemática para nadie”, señala el Dr. Brett.

Señala que un avance importante entre la versión de 2016 y la actual fue la publicación en 2018 de tres grandes ensayos clínicos aleatorios controlados con placebo de prevención primaria con ácido acetilsalicílico: ARRIVEASPREE y ASCEND, que en conjunto “ponen en duda el beneficio neto de la profilaxis en la práctica actual de ácido acetilsalicílico”.

Cuando se le preguntó cómo deberían los médicos “individualizar” la decisión sobre el uso de ácido acetilsalicílico en el grupo de edad de 40 a 59 años con mayor riesgo cardiovascular, el Dr. Brett sugiere que algunos pacientes tendrán una filosofía general de atención médica de “no me recete medicamentos a menos que haya pruebas sólidas que lo respalden”, mientras que otros pueden favorecer las intervenciones preventivas incluso en casos límite.

No obstante, señala que muchos pacientes no tienen preferencias generales fuertes y, a menudo, le piden a un médico de confianza que decida por ellos. “Para tales pacientes, el mejor enfoque es que los médicos conozcan los datos sobre la prevención primaria con ácido acetilsalicílico. Leer atentamente la nueva guía de la Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos y su revisión de evidencia complementaria, y familiarizarse con los 3 ensayos más recientes sobre ácido acetilsalicílico, es una buena manera de prepararse para estos encuentros clínicos”, concluye.

Advertisements

La visión de un cardiólogo

Comentando la declaración del Grupo de Trabajo para theheart.org | Medscape Cardiology, el Dr. Andrew Freeman, cardiólogo de National Jewish Health, en Denver, Estados Unidos, señaló que las sociedades de cardiología ya están haciendo recomendaciones similares sobre el uso de ácido acetilsalicílico en la prevención primaria. “Las guías de prevención del American College of Cardiology han estado dando consejos similares durante un par de años. Las sociedades profesionales tardan algunos años en ponerse al día”, dijo.

“En los últimos años, se ha hecho evidente que el beneficio de ácido acetilsalicílico no es realmente muy positivo hasta que el paciente ha tenido un evento cardiovascular. En la prevención primaria, no se vuelve beneficioso a menos que tengan un riesgo bastante alto de presentar un evento”, señaló el Dr. Freeman.

“En general, la mayoría de los cardiólogos ahora le dicen a la gente que, a pesar de lo que les hayan dicho en el pasado, no necesitan tomar ácido acetilsalicílico a menos que hayan tenido un evento cardiovascular”, agregó. “Nuestra comprensión ha cambiado a lo largo de los años y el peso de la evidencia ahora ha quedado claro de que el riesgo de hemorragia no es insignificante”.

El Dr. Freeman estuvo de acuerdo con la toma de decisiones compartida recomendada para los pacientes en el grupo de edad de 40 a 59 años. “Si un paciente está particularmente preocupado por los antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, tomar ácido acetilsalicílico puede tener sentido, pero para la mayoría de las personas que no han tenido un evento cardiovascular, el beneficio neto es muy bajo y disminuye con la edad a medida que aumenta el riesgo de sangrado”, concluyó.

La Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) es un organismo voluntario e independiente. El Congreso de los Estados Unidos ordena que la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica (AHRQ) respalde las operaciones del USPSTF.

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.

Ejercicio de alta intensidad frente a ácidos grasos omega-3 para reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca

Un año de entrenamiento a intervalos de alta intensidad pareció beneficiar a adultos con obesidad de mediana edad con alto riesgo de insuficiencia cardiaca, pero los suplementos de ácidos grasos omega-3 no tuvieron ningún efecto sobre los biomarcadores cardiacos medidos en un pequeño estudio prospectivo de un solo centro.

Advertisements

“Un año de entrenamiento con intervalos de alta intensidad reduce la adiposidad pero no tuvo un efecto uniforme en el contenido de triglicéridos en el miocardio o en la adiposidad visceral”, afirmaron el autor principal, Christopher M. Hearon Jr., Ph. D., y sus colaboradores, en JACC: Heart Failure.

“Sin embargo, el intervalo de alta intensidad de larga duración mejora el estado físico e induce a una remodelación cardiaca favorable. No obstante, los suplementos de omega-3 no tuvieron ningún efecto independiente o aditivo”. Hearon es instructor de investigación clínica aplicada en el University of Texas Southwestern Medical Center, en Dallas, Estados Unidos.

Los investigadores de este centro y del Institute for Exercise and Environmental Medicine en el Texas Health Presbyterian Hospital de Dallas, Estados Unidos, estudiaron a 80 pacientes de 40 a 55 años clasificados en categorías de alto riesgo de insuficiencia cardiaca y obesidad, y los aleatorizaron a un año de entrenamiento a intervalos de alta intensidad con suplementos de 1,6 g de ácidos grasos omega-3 o placebo al día, o a un grupo de control dividido entre suplementos o placebo. Cincuenta y seis pacientes completaron el estudio de un año, con una tasa de cumplimiento de 90% en el grupo sujeto a intervalos de alta intensidad y de 92% en los asignados a la suplementación con ácidos grasos omega-3.

El Dr. Carl J. “Chip” Lavie, del John Ochsner Heart and Vascular Institute, en Nueva Orleans, Estados Unidos, comentó que aun cuando el estudio fue “muy bien hecho por un grupo de investigación excelente”, estuvo limitado por su pequeña población y por un seguimiento relativamente corto. En futuras investigaciones se debería evaluar el ejercicio a intervalos de alta intensidad y el ejercicio moderado y su efecto sobre los eventos clínicos a más largo plazo, así como diferentes dosis de omega-3. “Hay un enorme potencial para los omega-3 en la prevención y el tratamiento de la insuficiencia cardiaca”.

El intervalo de alta intensidad aumenta la capacidad de ejercicio, más

En el estudio el grupo asignado a intervalos de alta intensidad mostró una mejora en varios marcadores cardiacos: alrededor de 22% de mejora en la capacidad de ejercicio, medida por el consumo máximo de oxígeno absoluto y máximo relativo, incluso sin una pérdida de peso significativa. Mejoraron un promedio de 0,43 l/min (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,32 a 0,53; p< 0,0001) y 4,46 ml/kg por minuto (IC 95%: 3,18 a 5,56; p < 0,0001), respectivamente.

Advertisements

Los investigadores atribuyeron el aumento del consumo máximo de oxígeno a un incremento del gasto cardiaco máximo, un promedio de 2,15 l/min (IC 95%: 0,90 a 3,39; p = 0,001) y del volumen sistólico, un promedio de 9,46 ml (IC 95%: 0,65 a 18,27; p = 0,04).

Un año de entrenamiento con ejercicio también dio lugar a cambios en la remodelación cardiaca, entre ellos, aumentos en la masa del ventrículo izquierdo y del volumen telediastólico del ventrículo izquierdo, un promedio de 9,4 g (IC 95%: 4,36 a 14,44; < 0,001) y 12,33 ml (IC 95%; 5,61-19,05; < 0,001), respectivamente.

Asimismo, en el estudio se encontró que ninguna de las dos intervenciones tuvo un efecto ostensible sobre el peso corporal, el índice de masa corporal, la superficie corporal o la masa magra o los marcadores de rigidez arterial o carotídea local. El grupo asignado a ejercicio tuvo una moderada disminución de la masa grasa, un promedio de 2,63 kg (IC 95%: -4,81 a -0,46; = 0,02), pero sin ningún efecto de los suplementos de omega-3.

En el estudio se reconoció que se ha visto que los suplementos de omega-3 en dosis elevadas reducen los niveles de triglicéridos en personas con hipertrigliceridemia grave y se planteó la hipótesis de que el ejercicio con intervalos de alta intensidad solo o con suplementos de omega-3 mejoraría la condición física y los biomarcadores en personas con insuficiencia cardiaca en etapa A. “Contrariamente a nuestra hipótesis, vimos que un año de suplementación con ácidos grasos omega-3 no tuvo ningún efecto detectable en ningún parámetro relacionado con la aptitud cardiopulmonar, la remodelación/rigidez cardiovascular, la adiposidad visceral o el contenido de triglicéridos en el miocardio”, señalaron Hearon y sus colaboradores.

El estudio “demuestra que los pacientes de mediana edad con obesidad que tienen insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada pueden mejorar notablemente su condición física mediante el ejercicio con intervalos de alta intensidad y en general la condición física es uno de los factores más fuertes, si no el más fuerte, para predecir el pronóstico y la sobrevida”, destacó el Dr. Lavie.

“Se necesitan estudios sobre el ejercicio que mejora la aptitud física tanto en lo que respecta a la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida como a la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada, pero especialmente en esta última”, finalizó el especialista.

El estudio recibió financiación de la Red de Investigación Estratégica de la American Heart Association. Hearon y sus coautores manifestaron no tener ninguna relación económica pertinente. El Dr. Lavie es conferenciante y consultor de PAI Health, la Organización Mundial de EPA y DHA Omega-3 y DSM Nutritional Products.

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.

La lactancia materna se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en la vejez

En un metanálisis de más de 1 millón de madres, quienes amamantaron a sus hijos tenían un riesgo de 11% a 17% menor de desarrollar enfermedad cardiovascular, enfermedad coronaria o ictus y de fallecer por enfermedad cardiovascular en la vejez, en comparación con las madres que no amamantaron.

Advertisements

En promedio, las mujeres tenían dos hijos y habían amamantado durante 15,9 meses en total. La lactancia materna más prolongada se asoció con un mayor beneficio para la salud cardiovascular.

Este metanálisis de ocho estudios de diferentes países se publicó en versión electrónica el 11 de enero en una edición del Journal of the American Heart Association dedicada al impacto del embarazo en la salud cardiovascular de la madre y el niño.

Se sabe que la lactancia materna se asocia con un menor riesgo de fallecimiento por enfermedades infecciosas y con menos infecciones respiratorias en los bebés, escribieron los investigadores, pero lo que no es tan conocido es que también se asocia con un menor riesgo de cáncer de ovario y de mama y diabetes de tipo 2 en las madres.

El estudio actual mostró una clara asociación entre la lactancia materna y la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular en la vejez, comentaron a Medscape Noticias Médicas los autores principales, Lena Tschiderer, Ph. D., y el Dr. Peter Willeit, Ph. D.

Específicamente, las madres que habían amamantado a sus hijos en cualquier momento tenían 11% menos riesgo de enfermedad cardiovascular, 14% menos riesgo de cardiopatía coronaria, 12% menos riesgo de ictus y 17% menos riesgo de fallecer por enfermedad cardiovascular en el futuro, en comparación con otras madres.

Con base en la evidencia existente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta que el bebé tenga 6 meses, seguida de la lactancia materna más alimentación complementaria hasta que el bebé tenga 2 años o más, escribieron los investigadores.

“Creemos que los beneficios de la lactancia materna para la madre se comunican mal”, señalaron Tschiderer y el Dr. Willeit, de la University of Innsbruck, en Innsbruck, Austria.

“Los efectos positivos de la lactancia materna en las madres deben comunicarse de manera efectiva, debe aumentar la conciencia sobre las recomendaciones de lactancia materna y deben implementarse y reforzarse las intervenciones para promover y facilitar la lactancia materna”, concluyeron los investigadores.

“No debe ser ignorado”

Dos cardiólogos invitados a comentar, que no participaron en la investigación, señalaron que este estudio proporciona información sobre un tema importante.

“Este es otro cuerpo de evidencia y con la población más grande hasta la fecha, que muestra que la lactancia materna protege a las mujeres y puede brindar importantes efectos beneficiosos en términos de riesgo cardiovascular“, comentó a Medscape Noticias Médicas la Dra. Roxana Mehran.

“Las reducciones de riesgo fueron de 11% para los eventos de enfermedad cardiovascular y de 14% para los eventos de enfermedad coronaria; estos son números impresionantes”, señaló la Dra. Mehran, de la Icahn School of Medicine en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

“La advertencia es que estos son datos de varios ensayos, no obstante, esta es una observación muy importante que no debe ignorarse”, destacó.

El estudio no abordó la cantidad definitiva de tiempo de lactancia y su correlación con la mejora del riesgo de enfermedad cardiovascular, pero mostró que para toda la vida, cuanto más tiempo es mejor.

“Los efectos beneficiosos pueden tener relación con las hormonas durante la lactancia, así como la pérdida de peso asociada con la lactancia y el restablecimiento del metabolismo materno, como sugieren los autores”, añadió.

Los médicos y los empleadores “deben proporcionar formas de educar a las mujeres sobre la lactancia materna y facilitar que las mujeres que están en el lugar de trabajo se extraigan y proporcionarles recursos cuando sea posible”, destacó la Dra. Mehran.

La Dra. Michelle O’Donoghue, maestra en salud pública, señaló que en los últimos años ha habido un gran interés en los posibles beneficios para la salud de la lactancia materna tanto para la madre como para el niño.

Hay plausibilidad biológica para algunos de los posibles beneficios maternos porque los efectos cardiovasculares favorables de la prolactina y la oxitocina apenas comienzan a entenderse mejor, indicó la Dra. O’Donoghue, del Brigham and Women’s Hospital y Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos.

“El metanálisis actual proporciona un gran conjunto de datos que ayuda a respaldar el concepto de que la lactancia materna podría ofrecer algún beneficio cardiovascular para la madre”, estuvo de acuerdo.

“Sin embargo, en última instancia, será necesaria más investigación, ya que este método de combinación de datos entre ensayos depende de la solidez del método estadístico en cada estudio. Aplaudo a los autores por destacar este importante tema”, agregó.

Aunque los beneficios de amamantar parecen continuar con el tiempo, “es increíblemente difícil para las mujeres continuar amamantando una vez que regresan al trabajo. Las mujeres en algunos países fuera de Estados Unidos tienen una ventaja debido a la mayor duración de la licencia por maternidad”, puntualizó.

“Si queremos fomentar la lactancia materna debemos asegurarnos de implementar los apoyos adecuados. Las mujeres necesitan lugares protegidos para amamantar en el lugar de trabajo y lugares para almacenar su leche. Lo que es más importante, las mujeres necesitan que se les permita dedicar tiempo para que esto suceda”, enfatizó la Dra. O’Donoghue.

Advertisements

Primer estudio grande de enfermedad cardiovascular en madres

Los estudios individuales emergentes sugieren que las madres que amamantan pueden tener un menor riesgo de enfermedad cardiovascular en el futuro, pero los estudios han sido inconsistentes y no está claro si una lactancia más prolongada fortalecería este beneficio, señalaron los autores.

Para examinar esto combinaron datos de los siguientes ocho estudios (con el acrónimo del estudio, el país y las fechas de inscripción de referencia entre paréntesis): 45&Up (Australia, 2006-2009), China Kadoorie Biobank (CKB, China, 2004-2008), European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC, multinacional, 1992-2000), Gallagher y colaboradores (China, 1989-1991), Nord-Trøndelag Health Survey 2 (HUNT2, Noruega, 1995-1997), Japan Public Health Center-based Prospective Study (JPHC, Japón, 1990-1994), Nurses’ Health Study (NHS, Estados Unidos, 1986) y Woman’s Health Initiative (WHI, Estados Unidos, 1993-1998).

En promedio, las mujeres tenían 51,3 años (rango: 40 a 65 años) cuando se inscribieron en el estudio, y fueron monitoreadas durante una mediana de 10,3 años (rango: 7,9 a 20,9 años, en los estudios individuales).

En promedio, tuvieron su primer hijo a los 25 años y tuvieron de dos a tres hijos (media: 2,3); 82% había amamantado en algún momento (desde 58% de las mujeres en los dos estudios estadounidenses hasta 97% en CKB y HUNT2).

Las mujeres habían amamantado durante una media de 7,4 a 18,9 meses durante su vida (excepto las mujeres del estudio CKB, que habían amamantado durante una mediana de 24 meses).

Entre las 1’192.700 mujeres hubo 54.226 incidentes de enfermedad cardiovascular, 26.913 incidentes de enfermedad coronaria, 30.843 incidentes de ictus y 10.766 decesos por enfermedad cardiovascular durante el seguimiento.

Los investigadores reconocieron que las limitaciones del estudio incluyen el hecho de que podría haber un sesgo de publicación, ya que había menos de 10 estudios disponibles para agrupar. Hubo una heterogeneidad significativa entre los estudios para los resultados de enfermedad cardiovascular, enfermedad coronaria e ictus.

También faltaban datos a nivel de participantes y la lactancia materna fue autoinformada. Es posible que haya habido factores de confusión residuales no contabilizados y los beneficios de la lactancia materna durante más de 2 años a lo largo de toda la vida no están claros, porque pocas mujeres en esta población amamantaron tanto tiempo.

La investigación fue financiada por Austrian Science Fund. Los investigadores y Mehran y la Dra. O’Donoghue han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.

El consumo de vitamina D no afecta la incidencia de cáncer ni de enfermedad cardiovascular

La suplementación con vitamina D no pareció influir en la incidencia de cáncer o eventos de enfermedad cardiovascular importantes en adultos mayores que en gran medida ya tenían niveles adecuados de vitamina D, según un nuevo estudio controlado aleatorizado.

Advertisements

En la cohorte de casi 2500 individuos sanos, los investigadores no encontraron diferencias en la incidencia de cáncer o enfermedades cardiovasculares durante 5 años entre los grupos asignados aleatoriamente a la suplementación con vitamina D y al placebo.

Los hallazgos, publicados en versión electrónica el 4 de enero en American Journal of Clinical Nutrition, pueden estar influenciados por el hecho de que la mayoría de los participantes tenían suficientes niveles de vitamina D al inicio y, por lo tanto, recibieron dosis de vitamina D más altas que las recomendadas durante el estudio.

“La suplementación con vitamina D3 con 1.600 o 3.200 UI/día durante 5 años no redujo la incidencia de eventos importantes de enfermedad cardiovascular, ningún cáncer invasivo ni la mortalidad entre los adultos mayores generalmente sanos y con niveles adecuados de vitamina D en Finlandia”, escribieron los autores, dirigidos por Jyrki Virtanen, nutriólogo, Ph. D., profesor asociado de nutrición y salud pública en University of Eastern Finland, en Kuopio, Finlandia.

“El bajo número de sujetos con concentraciones bajas de vitamina D también nos sorprendió un poco, pero probablemente refleja la política de enriquecimiento de alimentos que es bastante exitosa en Finlandia”, declaró Virtanen a Medscape Noticias Médicas.

Advertisements

Investigaciones anteriores han encontrado que la insuficiencia de vitamina D está asociada con un mayor riesgo de casi todas las enfermedades. Aunque la evidencia sobre los beneficios de la suplementación con vitamina D sigue siendo más limitada, tres metanálisis publicados en 2019 informaron una reducción constante y significativa de 13% en la mortalidad por cáncer en quienes recibieron suplementos de vitamina D.

En este estudio, Virtanen y sus colaboradores investigaron los efectos de la suplementación con vitamina D3 sobre la incidencia de cáncer y enfermedades cardiovasculares en una cohorte de 2.495 participantes sanos.

Los hombres de edad igual o mayor a 60 años y las mujeres de edad igual o mayor a 65 años fueron asignados aleatoriamente a uno de tres grupos: placebo, 40 microgramos (1.600 UI) de vitamina D3 diaria u 80 microgramos (3.200 UI) de vitamina D3 diaria.

Los datos recopilados al inicio y durante todo el ensayo incluyeron: concentraciones séricas de 25(OH)D, nutrición, exposición al sol, uso de medicamentos, salud mental y otros factores que podrían afectar el riesgo de enfermedad.

Los desenlaces primarios del estudio fueron incidentes de enfermedad cardiovascular mayor y cáncer invasivo. Los criterios de desenlace secundarios incluyeron la incidencia de infarto de miocardioictus y mortalidad por enfermedad cardiovascular, así como cánceres específicos y muerte por cáncer.

El seguimiento se realizó a través de cuestionarios de estudio anuales y datos del registro nacional. Una subcohorte representativa de 551 participantes tuvo evaluaciones en persona más detalladas. En la subcohorte, la concentración sérica media de 25(OH)D fue de 75 nmol/l (30 ng/ml) al inicio del estudio; 9,1% tenía concentraciones < 50 nmol/l (20 ng/ml) y 50,0% tenía concentraciones ≥ 75 nmol/l (30 ng/ml).

Los autores no identificaron diferencias importantes entre los tres grupos al inicio, pero notaron que, en comparación con la población general del estudio, los de la subcohorte eran más jóvenes, más propensos a usar sus propios suplementos de vitamina D y más propensos a calificar su salud como buena o excelente.

Advertisements

Entre los 503 participantes que tenían datos completos desde el inicio, el aumento promedio de la 25(OH)D sérica en los participantes que recibieron 1.600 UI/día de vitamina D3 fue de 23,4 nmol/l (9,4 ng/ml) y 43,6 nmol/l (17,4 ng/ml) en el grupo que recibió 3.200 UI/día entre el inicio y los 6 meses. Los autores observaron un pequeño aumento adicional en los niveles entre los seguimientos de los 6 y los 12 meses, pero pocos cambios en los niveles de vitamina D3 en el grupo de placebo.

A los 5 años de seguimiento, se produjeron eventos de enfermedad cardiovascular importantes en el 4,9% de los participantes en el grupo de placebo, 5% en el grupo de 1.600 UI/d (hazard ratio [HR]: 0,97) y 4,3% en el grupo de 3.200 UI/día (HR: 0,84; p = 0,44). Se diagnosticó cáncer invasivo durante el seguimiento en el 4,9% de los que recibieron placebo, 5,8% de los que recibieron suplementos de 1.600 UI/día (HR: 1,14; p = 0,55) y 4,8% en el grupo de 3.200 UI/d (HR: 0,95; p = 0,81). No se observaron diferencias significativas en los desenlaces secundarios ni en la mortalidad total.

Los autores no realizaron un subanálisis en los participantes que tenían concentraciones bajas de 25(OH)D al inicio porque “había muy pocos participantes para hacer análisis significativos”, dijo Virtanen, quien señaló que las muestras de sangre estaban disponibles para un subgrupo representativo de 550 sujetos y solo 9% de ellos tenían concentraciones bajas de 25(OH)D al inicio.

Virtanen sugirió que los futuros ensayos de administración de suplementos de vitamina D deben enfocarse en reclutar participantes con niveles bajos de vitamina D.

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.

Los iPhones más nuevos desactivan los desfibriladores implantados

Se debe advertir a los pacientes con un desfibrilador cardioversor implantable (ICD) que algunos modelos más nuevos de teléfonos inteligentes equipados con imanes, como el iPhone 12, pueden desactivar su dispositivo, inhibiendo sus funciones de salvamento, según los investigadores que probaron y confirmaron este efecto.

Advertisements


“Una vez que el iPhone se acercó al ICD sobre el área del pecho izquierdo, se observó la suspensión inmediata de las terapias con ICD que persistieron durante la prueba”, informó el equipo de investigación dirigido por Joshua C. Greenberg, MD, quien es un especialista en electrofisiología becario en el Hospital Henry Ford, Detroit. Los resultados se publicaron en Heart Rhythm.


La Asociación Estadounidense del Corazón ya advirtió que los campos magnéticos pueden inhibir los generadores de pulsos de los ICD y marcapasos. En el sitio web de la AHA, hay una lista de dispositivos y su potencial de interferencia funcional, pero los teléfonos celulares y otros dispositivos comunes se identifican como de bajo riesgo.
El iPhone más reciente y quizás otros teléfonos inteligentes avanzados parecen ser diferentes. Según los autores de un estudio que probó el iPhone 12, este modelo tiene una matriz circular de imanes alrededor de una bobina de carga central. Esta matriz interactúa con la tecnología MagSafe patentada de Apple, que acelera la carga. Los imanes también sirven para orientar el teléfono sobre el cargador y habilitar otros accesorios MagSafe.


A los autores del nuevo estudio les preocupaba que este conjunto de imanes pudiera ser lo suficientemente fuerte como para interferir con los ICD u otros dispositivos en riesgo. En un estudio publicado anteriormente, se estimó que la fuerza de un campo magnético suficiente para interferir con los dispositivos cardíacos implantables era de al menos 10 gauss.
Las pruebas se realizaron en un paciente que llevaba un ICD de Medtronic.
“Una vez que el iPhone se acercó al ICD sobre el área del pecho izquierdo, se observó la suspensión inmediata de las terapias con ICD”, según los autores del estudio. La pérdida funcional del ICS persistió durante la duración de la proximidad. Fue reproducido varias veces y con múltiples posiciones de teléfono.


Estudios anteriores han proporcionado evidencia de que los modelos anteriores no comparten este riesgo. En un estudio que probó el iPhone 6 y un Apple Watch en 148 pacientes con varios tipos de dispositivos electrónicos implantables, incluidos marcapasos, desfibriladores cardioversores, desfibriladores de resincronización y marcapasos de resincronización, solo se observó un caso de interferencia en 1352 pruebas.


Con la telemetría de varita, las interferencias inducidas por el iPhone podrían detectarse con el iPhone 6 en el 14% de los pacientes, pero no parecieron ser clínicamente significativas y este tipo de interferencia no pudo detectarse con el Apple Watch, según el informe. . La única interacción observada, que fue entre un iPhone 6 y un marcapasos bicameral, sugirió que las interacciones dispositivo-dispositivo son poco comunes.

Advertisements


Más recientemente, una mujer con un ICD Medtronic de cámara única que se fue a dormir con un Apple Watch se despertó con pitidos de advertencia de su dispositivo cardíaco, según un informe de caso publicado en línea. El reloj de Apple se convirtió en el principal sospechoso de causar la advertencia del ICD cuando la proximidad del reloj reprodujo la advertencia durante el examen clínico. Sin embargo, finalmente se descubrió que la interferencia magnética emanaba de la pulsera, no del reloj.

Este caso motivó estudios adicionales con Fitbit y otras pulseras de Apple Watch. Ambas pulseras contienen imanes que se utilizan para realizar un seguimiento de la frecuencia cardíaca. Ambos resultaron capaces de desactivar los DAI a distancias de aproximadamente 2 cm. Sobre la base de estos resultados, los autores concluyeron que se debe informar a los pacientes sobre el riesgo que representan las pulseras utilizadas en el seguimiento del estado físico, concluyendo que deben mantenerse al menos a 6 pulgadas de distancia de los ICD y no deben usarse mientras duermen.
En su sitio web, Apple mantiene una página que advierte específicamente sobre la posibilidad de interacciones entre el iPhone 12 y los dispositivos médicos. Aunque se reconoce que el iPhone 12 contiene más imanes que los modelos de iPhone anteriores, se afirma que “no se espera que los modelos de iPhone 12 presenten un mayor riesgo de interferencia magnética a los dispositivos médicos que los modelos de iPhone anteriores”. Sin embargo, las instrucciones de Apple recomiendan mantener el iPhone y los accesorios MagSafe a más de 6 pulgadas de distancia de los dispositivos médicos.

Advertisements


Greenberg y los coinvestigadores concluyeron que el iPhone 12 presenta un mayor riesgo de disfunción de los ICD y otros dispositivos médicos debido a los imanes más potentes. Como resultado, el estudio presenta “un importante problema de salud pública relacionado con la nueva generación del iPhone 12”.
Muy consciente de este problema y de este estudio, Bruce L. Wilkoff, MD, director de dispositivos de taquiarritmia y estimulación cardíaca de la Clínica Cleveland, estuvo de acuerdo. Dijo que el enfoque no debería limitarse a la serie iPhone 12, sino a otros dispositivos portátiles como se menciona en el estudio.
“Los marcapasos y los desfibriladores implantables están diseñados para responder a los imanes por razones importantes, pero los imanes tienen muchos usos comunes”, dijo. Estos pueden cambiar la función del dispositivo cardíaco implantable, pero “es temporal y solo cuando se coloca muy cerca”.
La solucion es simple. “Los pacientes deben tener cuidado de no ubicar estos objetos cerca de estos dispositivos”, dijo Wilkoff.
Sin embargo, el primer paso es la conciencia. Según los autores del estudio, los dispositivos con imanes lo suficientemente potentes como para afectar el funcionamiento de los dispositivos implantables, como el iPhone 12, “pueden inhibir potencialmente la terapia que salva vidas”.
Se debe asesorar a los pacientes y proporcionarles pasos prácticos, según los autores. Esto incluye mantener estos dispositivos fuera de los bolsillos cerca de dispositivos implantables. Pidieron más ruido a los fabricantes de teléfonos inteligentes y otros dispositivos con imanes lo suficientemente fuertes como para alterar la función del marcapasos y el ICD, y aconsejaron a los médicos que concienciaran sobre este problema.


Greenberg no informó de posibles conflictos de intereses.


Este artículo apareció originalmente en MDEdge.com.

El ayuno intermitente funciona, al menos a corto plazo

Advertisements

El ayuno intermitente puede conducir a la pérdida de peso y otros beneficios para la salud, al menos a corto plazo, sugiere una nueva investigación.


Los resultados combinados de un total de 130 ensayos clínicos muestran que el ayuno intermitente podría ayudar a reducir el peso, el índice de masa corporal (IMC), la grasa corporal, el colesterol “malo”, el azúcar en sangre en ayunas y la presión arterial, entre otros factores de riesgo asociados con la obesidad.


Dos tipos específicos de ayuno intermitente se asociaron con una pérdida de peso significativa y otros beneficios para la salud. Uno, llamado ayuno en días alternos modificado, implica alternar un día de alimentación habitual con no consumir más de 600 al día siguiente.
La otra, llamada “Dieta 5: 2” es similar, pero implica 2 días a la semana de alimentación con cero o muy pocas calorías y 5 días de alimentación normal.


Menos beneficiosos fueron la alimentación con restricción de tiempo, que implica ayuno de 12 a 24 horas por día y “ayuno en días alternos sin calorías”, donde no se consumen alimentos cada dos días.
“Nuestros resultados respaldan el papel del ayuno intermitente, especialmente el ayuno en días alternos modificado, en adultos con sobrepeso u obesidad como un enfoque de pérdida de peso con otros beneficios para la salud. Pero las personas primero deben consultar a sus médicos”, dijo el autor principal de la investigación, Chanthawat. Patikorn, de la Universidad de Chulalongkorn en Tailandia.


Y hay un inconveniente importante: la mayoría de los estudios duraron solo unos 3 meses.
Entre los que duraron más tiempo, la pérdida de peso pareció estabilizarse en aproximadamente 6 meses, ya sea porque el cuerpo se adaptó al patrón de alimentación o porque los participantes no pudieron seguir las dietas.


“Todavía nos faltan datos para ver si podrían funcionar a largo plazo. Vemos pérdida de peso y mejores perfiles metabólicos, pero aún no sabemos si el ayuno intermitente puede reducir la muerte o los eventos cardiovasculares”, dice Patikorn.

Advertisements


Por otro lado, “yo diría que si el paciente está interesado en hacer ayuno intermitente, no hay evidencia de que sea algo malo”.


Sin embargo, advirtió que los patrones en los que no se consume nada durante períodos prolongados pueden representar un peligro para las personas con diabetes que usan insulina o que son propensas a tener niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia). 5: 2, se asociaron con una pérdida de peso del 5% o más del peso corporal total en adultos con sobrepeso u obesidad.


Y con la dieta 5: 2, la pérdida de peso se mantuvo entre los 6 y 12 meses. El ayuno en días alternos modificado también se asoció con mejoras a los 2 a 12 meses en los factores de riesgo de enfermedades cardíacas como el colesterol total, el colesterol “malo”, los triglicéridos y la presión arterial.
Los hallazgos se publicaron en línea el 17 de diciembre en JAMA Network Open.
Otro ensayo muestra un efecto modesto, un problema de resistencia similar

En otro ensayo aleatorizado de 1 año publicado el 17 de noviembre de 2021, en PLOS One, 300 adultos con obesidad fueron aleatorizados a una dieta 5: 2 con instrucciones de autoayuda, la misma dieta más seis sesiones semanales de apoyo grupal, o simplemente Consejos estándar sobre dieta y actividad física. El grupo de autoayuda 5: 2 se mantuvo firme inicialmente, pero solo un tercio seguía la dieta a los 6 meses y solo alrededor de un quinto al año. La pérdida de peso a los 6 meses y al año fue similar entre los grupos de autoayuda 5: 2 y de asesoramiento estándar (alrededor de 4 libras).

Advertisements


La dieta 5: 2 con apoyo grupal se asoció con más pérdida de peso que la autoayuda 5: 2 a las 6 semanas, pero no hubo diferencia al año.


Mirándolo de manera más positiva, el 18% del grupo de autoayuda 5: 2 había perdido más del 5% de su peso corporal en 1 año, y los participantes dieron calificaciones favorables al plan 5: 2.
Los investigadores de ese estudio, el profesor de psicología clínica de la Universidad Queen Mary de Londres Peter Hajek y sus colegas, concluyen que “una sugerencia para probar 5: 2 podría proporcionarse en una consulta rápida y ser útil especialmente para los pacientes que no se han beneficiado del consejo estándar . “


Patikorn señaló que hasta ahora ningún estudio ha comparado los diferentes tipos de dietas intermitentes de forma directa, por lo que “el mejor tipo de ayuno intermitente es aquel al que las personas realmente pueden apegarse a largo plazo”.


Fuentes

Red JAMA abierta: “Ayuno intermitente y resultados de salud relacionados con la obesidad”.
Plos One: “Un ensayo controlado aleatorio de la dieta 5: 2”.

Alcohol: especialistas instan a sustituir la fórmula “consumo moderado” por “de bajo riesgo” y contextualizar sus efectos

El consumo de alcohol causa el fallecimiento de dos millones de personas al año en todo el mundo, siendo 20% de estas muertes atribuible a enfermedades cardiovasculares; además la ingesta habitual de esta sustancia es el principal factor de riesgo de muertes prematuras entre los 15 y los 49 años, se expuso en la mesa redonda sobre Alcohol y riesgo cardiovascular.

Advertisements
Advertisements

Estos y otros datos se dieron a conocer durante el 42 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en la que se analizó la evidencia científica más reciente disponible en relación al consumo de alcohol y el desarrollo de patologías cardiovasculares en general y de la fibrilación auricular en particular.

“Además del conocido efecto sobre la miocardiopatía alcohólica y la hipertensiónarterial, el consumo de alcohol, aunque sea a dosis equivalentes a un vaso de vino o una cerveza al día, incrementa el riesgo de fibrilación auricular. Así, los estudios epidemiológicos muestran claramente que este consumo, incluso en bajas cantidades, supone un factor de riesgo independiente de fibrilación auricular”, declaró a Medscape en español el Dr. Miguel Marcos Martín, coordinador del Grupo de Alcohol y Alcoholismo de la Sociedad Española de Medicina Interna.

“Este mensaje se refuerza con datos como los arrojados por un ensayo clínico que mostró cómo dejar de beber completamente tras un primer episodio de fibrilación auricular fue eficaz para reducir las recurrencias y, por tanto, es la medida preventiva más efectiva que podemos recomendar si aparece esta arritmia. Asimismo, el consumo de alcohol en pacientes que ya tienen fibrilación auricular está asociado a un mayor riesgo de ictus”, añadió el especialista.

En base a estas evidencias y respecto a su potencial impacto en el caso concreto de los jóvenes, teniendo en cuenta los altos índices de ingesta alcohólica que existen en este segmento de edad de la población española, el Dr. Marcos señaló que el consumo actual en la juventud sigue un patrón de consumo intensivo o binge drinking, “que desde hace tiempo sabemos que está asociado con el desarrollo de arritmias o ‘corazón del día de fiesta’. Sin embargo, aunque con toda seguridad su efecto es perjudicial, dado que es más habitual en jóvenes y que la fibrilación auricular aparece en edades más avanzadas, no tenemos datos a largo plazo para cuantificar este impacto”.

Advertisements

Contextualizando el efecto “positivo-preventivo”

En la mesa también se abordó el potencial beneficio cardiosaludable del alcohol y el manejo que se debe hacer de los datos e informaciones al respecto.

“La revisión de la evidencia científica disponible ha revelado que el consumo de cantidades moderadas de alcohol se asocia a menor mortalidad total y menor mortalidad cardiovascular, así como a menor incidencia de cardiopatía isquémica o de arritmias, siguiendo una curva en J, la cual refleja que en cantidades bajas el alcohol podría tener un papel ‘protector’, pero también que con el aumento de consumo se elevan la mortalidad total, la mortalidad cardiovascular y la incidencia de enfermedades cardiovasculares”, explicó la Dra. Candelaria Martín, médica adjunta de Medicina Interna del Hospital Universitario de Canarias.

“Sin embargo, al evaluar estos estudios se han encontrado múltiples limitaciones, por ejemplo, que estos trabajos no diferencian el patrón de consumo, no eliminan del análisis a los antiguos bebedores o no ajustan los resultados por algunos factores de confusión. Por el contrario, muchos estudios que sí tienen en cuenta estos factores no encuentran que el consumo de alcohol a dosis bajas o moderadas disminuya el riesgo de muerte o el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, agregó.

En esta línea el Dr. Marcos destacó la necesidad de trasladar a la población los resultados de estas investigaciones que apuntan a los “beneficios saludables” del alcohol de una forma contextualizada, para evitar así que se perciban como una posible justificación del consumo: “Un mensaje que transmito habitualmente es que si vamos a usar el alcohol como un fármaco para prevenir o tratar ciertas enfermedades, también hay que tener en cuenta los efectos secundarios. Los riesgos son ciertos, incluso a bajas dosis, mientras que los beneficios son potenciales y no claramente demostrados”.

“El alcohol no es como el tomate o las zanahorias, que se pueden recomendar sin miedo a los efectos secundarios. Las bebidas alcohólicas deberían verse igual que otros alimentos que claramente no son saludables y por este motivo nadie piensa en recomendar su consumo, por ejemplo los pasteles o alimentos muy ricos en grasas, como el tocino”, añadió el especialista.

Advertisements

A vueltas con el “consumo ideal”

En este sentido, los especialistas hicieron hincapié en la necesidad de una mayor precisión en las recomendaciones respecto a las cantidades de ingesta alcohólica, concretando qué se entiende realmente por “consumo moderado” o “a bajas dosis”. El Dr. Marcos destacó que el término “consumo moderado” debería sustituirse por el de “consumo de bajo riesgo”, insistiendo en la evidencia de que incluso pequeñas cantidades de alcohol se asocian con un bajo pero significativo incremento del riesgo de determinadas patologías.

“En todo caso, el límite para este consumo de bajo riesgo o moderado se ha ido reduciendo en los últimos años, y en la actualidad se considera que es de 20 g de alcohol al día para los hombres y 10 g para las mujeres. Para definir más esta cantidad, 10 g equivalen a un vaso de vino o una cerveza, como se consumen habitualmente en España”, precisó.

Respecto a si sería necesario hacer más esfuerzos por transmitir el mensaje de evitar la ingesta de alcohol o si por el contrario, esta estrategia es poco realista, teniendo en cuenta los hábitos de la población española, el Dr. Marcos afirmó que la pauta de “alcohol cero” es imprescindible en caso de embarazo, menores de edad, conducción o manejo de maquinaria peligrosa y en presencia de enfermedades o consumo de fármacos que contraindiquen su consumo.

“En el resto de situaciones, el mensaje más adecuado (y menos utópico) es el de ‘alcohol, cuanto menos, mejor’. De esta forma, no debe animarse al consumo a quien no lo hace, bajo ninguna circunstancia y en caso de que ya se tome alcohol, debe indicarse que la mejor opción es no consumirlo o si se quiere mantener la ingesta, limitarla a 1 a 2 bebidas alcohólicas al día”, añadió.

Esta opinión fue compartida por la Dra. Martín, quien recordó que además del impacto a nivel cardiovascular se ha descrito que el consumo de alcohol a dosis bajas incrementa la incidencia de otras patologías como las neoplasias y de los accidentes. “Por tanto, en abstemios nunca debe recomendarse empezar a tomar alcohol (por ejemplo, en base a su hipotético ‘papel protector’) y en los bebedores la pauta a transmitir debe ser que cesen o reduzcan el consumo a la menor dosis posible”.

Advertisements

Medidas de protección frente a la publicidad “engañosa”

Los participantes en la mesa también pusieron de manifiesto el hecho de que con frecuencia la prensa pone mucho más el foco en los supuestos efectos beneficiosos del alcohol que en los perjuicios que ocasiona en la salud. En este sentido, Julio Basulto, dietista-nutricionista de la Universidad de Vic, en Barcelona, comentó que la publicidad, directa, indirecta y encubierta del alcohol, actualmente “campa a sus anchas”, cuando se sabe que “cualquier consumo de cualquier bebida alcohólica y cualquier patrón de consumo, suponen un elevado riesgo poblacional de desarrollar una adicción a esta sustancia, de contraer enfermedades agudas y crónicas, de sufrir accidentes y de producir daños a terceros, de ahí la necesidad de que los gobiernos implementen políticas públicas que protejan a la población del marketing depredador del lobby del alcohol”.

Basulto incidió en que buena parte de la publicidad de bebidas alcohólicas que recibe la población es a través de titulares periodísticos que pretenden asociar su consumo con supuestos beneficios, principalmente cardiovasculares: “Parte de dichos titulares se apoya en investigaciones observacionales que correlacionan el consumo ‘moderado’ de estas bebidas con una menor incidencia de eventos cardiovasculares. Se trata de investigaciones que obvian que correlación no es causalidad, es decir, que dos hechos sucedan a la vez no prueba que uno cause el otro. Por obvias razones de salud pública, el único mensaje que debe recibir la población es: cuanto menos alcohol, mejor”.

El Dr. Marcos, la Dra. Martín y Basulto han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Siga a Carla Nieto de Medscape en español en Twitter @carlanmartinez.null

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.

En la COVID-19 persistente la prueba cardiopulmonar de ejercicio detecta anomalías que otras pruebas no detectan

Los individuos que siguen presentando disnea tras la COVID-19 aguda a pesar de que las imágenes del tórax y las pruebas de funcionamiento pulmonar son normales, parecen tener anormalidades respiratorias y circulatorias que son detectables con la prueba cardiopulmonar de ejercicio (PCPE), indica nueva investigación.

Advertisements
Advertisements

La afectación circulatoria y los patrones ventilatorios anormales se identificaron mediante la prueba cardiopulmonar de ejercicio en la mayoría de los 41 pacientes con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2 que tenían radiografías de tórax, tomografía computarizada de tórax y pruebas de funcionamiento pulmonar normales.

Además, casi la mitad también cumplía los criterios para encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica, una población en la que también se han detectado anomalías similares antes de la pandemia de COVID-19 mediante prueba cardiopulmonar de ejercicio.

Los nuevos datos fueron publicados el 29 de noviembre en la versión electrónica de Journal of the American College of Cardiology: Heart Failurepor la Dra. Donna M. Mancini, profesora de medicina en la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, y directora de los programas de insuficiencia cardiaca y trasplante del Mount Sinai Health System, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

“Sus radiografías torácicas son ahora normales, así como sus pruebas de tomografía computarizada de tórax y de funcionamiento pulmonar. Sin embargo, tienen disnea y los médicos no saben cómo explicar el síntoma. Las posibles causas son ansiedad y además otras posibles causas que necesitan más valoración diagnóstica”, comentó a Medscape Noticias Médicas la Dra. Mancini.

Advertisements

Pero las guías actuales para evaluar a los pacientes con COVID-19 persistente recomiendan realizar solo pruebas de ejercicio breves, en vez de evaluaciones más intensas, por temor a que los pacientes empeoren. Además la prueba cardiopulmonar de ejercicio no está disponible en todas partes y genera una gran cantidad de datos que pueden ser difíciles de interpretar. Aun así, tales pruebas están especialmente justificadas en este grupo de personas relativamente jóvenes y que se encontraban sanas, pero en las que persisten síntomas tras casos menos graves de COVID-19 y que pueden no haber necesitado hospitalización.

“Al atender a pacientes con disnea inexplicable, una de las pruebas que hacemos es la cardiopulmonar de ejercicio, que nos proporcionan mucha información adicional, en comparación con las pruebas de ejercicio estándar”, destacó la Dra. Mancini.

Sin embargo, advirtió que incluso con la prueba cardiopulmonar de ejercicio los signos de respiración disfuncional pueden ser muy sutiles y los informes podrían no contener todos los datos. Es importante observar específicamente la frecuencia respiratoria y el volumen corriente y solicitar esos datos si el informe no los incluye, aconsejó. “No es un diagnóstico fácil de establecer y a menos que se observe realmente lo que hacen los pacientes, no se detecta”.

Los nuevos hallazgos están en consonancia con los datos anteriores

Estos datos están en completa consonancia con los estudios anteriores realizados en pacientes con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2 y encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica por el Dr. David M. Systrom, director del programa de Prueba de esfuerzo cardiopulmonar y la Clínica de Disnea en el Brigham and Women’s Hospital de la Harvard Medical School, en Boston, Estados Unidos, y sus colaboradores.

“Hay muchos trastornos que conducen a la sensación de disnea y provienen de prácticamente todas las partes del cuerpo. Una persona puede tener disnea por una enfermedad pulmonar parenquimatosa o una enfermedad cardiaca y es en lo que la mayoría de la gente piensa al principio. Desde luego, hay que descartar esos problemas en este contexto. Pero lo más frecuente es que se trate de algo totalmente diferente”, indicó el Dr. Systrom a Medscape Noticias Médicas.

Dijo que aun cuando algunos pacientes que presentan síntomas tras la enfermedad aguda por COVID-19 tienen alguna enfermedad pulmonar parenquimatosa, hipertensión pulmonar o miocardiopatía residual, “la mayoría de los pacientes que hemos visto en el Brigham con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2 no tiene ninguno de estos problemas. Suelen ser pacientes más jóvenes con una enfermedad más leve y aguda, que estaban perfectamente bien antes de la infección aguda por el SARS-CoV-2. Entonces acaban teniendo lo que hemos estado estudiando durante casi 10 años en personas con un diagnóstico de encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica: signos de disautonomía y disfunción neurovascular”.

Advertisements

El laboratorio del Dr. Systrom utiliza de hecho la prueba cardiopulmonar de ejercicio invasiva, en la cual los pacientes se ejercitan en posición vertical con catéteres insertados en sus arterias pulmonares y radiales para permitir la monitorización continua de la dinámica pulmonar y sistémica y el intercambio de gases.

Utilizando este método en 10 pacientes con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2 que no tenían enfermedad cardiopulmonar, el Dr. Systrom y sus colaboradores observaron reducciones en el consumo máximo de oxígeno de un límite periférico más que central en la capacidad de ejercicio, así como una respuesta hiperventilatoria excesiva durante el ejercicio, como lo había observado el grupo de la Dra. Mancini. Esos datos fueron publicados en agosto de 2021 en Chest.

En otro estudio sobre la prueba cardiopulmonar de ejercicio invasiva que se llevó a cabo antes de la COVID-19 en 160 pacientes con encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica, el equipo del Dr. Systrom identificó dos tipos de desregulación neurovascular periférica que podrían contribuir a la intolerancia al ejercicio: el gasto cardiaco deprimido por el deterioro del retorno venoso y el deterioro de la extracción periférica de oxígeno.

En biopsias cutáneas casi un tercio presentaba datos de neuropatía de fibras pequeñas. En esos pacientes, la desregulación neuropática que causa la dilatación vascular puede limitar el esfuerzo al desviar la sangre oxigenada del músculo que se ejercita y reducir el retorno venoso al hemicardio derecho, señalan los autores.

Estos hallazgos también fueron publicados en agosto de 2021 en Chest.[2] El Dr. Systrom presentó datos parciales en 2019 en el congreso de National Institutes of Health dedicado a encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica.

El Dr. Systrom y su equipo colaboran ahora con National Institutes of Healthpara desarrollar biomarcadores plasmáticos que se pueden utilizar en combinación con la prueba cardiopulmonar de ejercicio para evitar o minimizar la invasividad, pero que permitan obtener estimaciones del intercambio de gases y del consumo máximo de oxígeno para su uso tanto en pacientes con encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica como con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2. “Tenemos algunos datos preliminares indicativos de que hay perfiles o firmas metabólicos, proteómicos y de citocinas diferentes en el plasma, provocados por un breve episodio de ejercicio que son muy diferentes de los normales”, dijo, señalando que es posible que estos marcadores puedan obtenerse a través de un pequeño catéter insertado en una vena antecubital en vez de directamente en las arterias radiales o pulmonares.

Advertisements

Añadió que actualmente sin duda la prueba cardiopulmonar de ejercicio no invasiva es útil en pacientes con secuelas posagudas de la infección por el SARS-CoV-2 o encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica, al igual que la evaluación del sistema nervioso autónomo con los métodos disponibles, tales como la prueba de la mesa basculante, la prueba cuantitativa del reflejo axónico sudomotor (QSART), las exploraciones sudomotoras y la biopsia de piel. “Yo también ampliaría el estudio de problemas autoinmunitarios porque muchos de estos pacientes después de la COVID-19 tienen biomarcadores inflamatorios, tanto los habituales como los no habituales. El panel de autoanticuerpos paraneoplásicos de la Mayo Clinictendrá resultados positivos en una proporción significativa de estos pacientes”.

Estas evaluaciones pueden dar lugar a tratamientos para detener los procesos inflamatorios. El equipo de Systrom recientemente llevó a cabo un ensayo prospectivo aleatorizado con el inhibidor de la acetilcolinesterasa piridostigmina o placebo en 50 pacientes con encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica. El objetivo era mejorar las variables hemodinámicas, ventilatorias y de intercambio de oxígeno, como las presiones de llenado biventricular y la extracción sistémica de oxígeno, evaluadas mediante una réplica de la prueba cardiopulmonar de ejercicio invasiva.

Estos datos se enviarán pronto para su publicación y podrían presentarse antes en un próximo congreso.

“El inicio de una línea de investigación”

En el estudio de la Dra. Mancini, los 41 pacientes realizaron prueba cardiopulmonar de ejercicio y se sometieron a una evaluación de los síntomas de encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica utilizando los criterios de Fukuda de 1994 en un lapso promedio de 8,9 meses después de la COVID-19 aguda.[4] El promedio de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo fue de 59%. El consumo máximo de oxígeno (VO2) fue en promedio de 20,3 ml/kg/min (77% del VO2 previsto). La pendiente de la ventilación minuto respecto a la producción de dióxido de carbono (VE/VCO2) fue de 30. La presión de dióxido de carbono al final del volumen corriente espirado en reposo fue de 33,5 mm Hg.

Más de la mitad (58,5%) de los pacientes tenía un consumo máximo de oxígeno inferior a 80% del previsto y todos ellos presentaban una limitación circulatoria con el ejercicio. De los 17 con consumo máximo de oxígeno normal, se identificaron anomalías respiratorias, incluidos tres con una frecuencia respiratoria máxima superior a 55 y 26 con una respiración disfuncional (rápida y errática). En general, 88% (36) tenía anomalías ventilatorias con respiración disfuncional, aumento de la pendiente de la ventilación minuto respecto a la producción de dióxido de carbono o hipocapnia, presión parcial de dióxido de carbono exhalado < 35, o los tres tipos de problemas a la vez.

Advertisements

Por último, 19 pacientes (46%) cumplían los criterios de 1994 del “síndrome de fatiga crónica”. La Dra. Mancini señaló que no creía que los resultados tuvieran diferencias significativas si se hubieran notificado los criterios más recientes publicados en 2015.

“Creo que este es el comienzo de una línea de investigación. En mi opinión, en el futuro habrá que hacer estudios de reentrenamiento respiratorio para ver si podemos ayudarlos a sentirse mejor resolviendo la hiperventilación. Esto aún no se ha hecho. Creo que todo esto es generación de hipótesis. En el lado positivo, señaló que esta respiración disfuncional no conlleva una alta mortalidad. Por ahora, aconseja a los pacientes que consideren el yoga y en la medida de sus posibilidades, respiren lenta y profundamente”, concluyó la Dra. Mancini.

La Dra. Mancini ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Systrom ha recibido honorarios por consultoría y apoyo para investigación de parte de Astellas Pharma.

Para más contenido siga a Medscape en FacebookTwitterInstagram y YouTube.