Una alta frecuencia cardiaca en reposo se asocia con riesgo de demencia

Una frecuencia cardiaca en reposo más alta se asocia con un mayor riesgo de demencia y un deterioro cognitivo acelerado en los adultos mayores, independientemente de la presencia de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, muestra una nueva investigación.

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“La frecuencia cardiaca en reposo es fácil de medir y podría usarse para identificar a los adultos mayores potencialmente en alto riesgo de demencia y deterioro cognitivo para realizar intervenciones tempranas”, comentó a Medscape Noticias Médicas la Dra. Yume Imahori, Ph. D., del Aging Research Center, Karolinska Institutet, en Estocolmo, Suecia.

“Los profesionales de la salud deben ser conscientes de las posibles consecuencias cognitivas asociadas con una frecuencia cardiaca en reposo elevada en las personas mayores y pueden aconsejar a las personas mayores con una frecuencia cardiaca en reposo alta que se sometan a una evaluación de seguimiento de la función cognitiva”, indicó la Dra. Imahori.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 3 de diciembre en Alzheimer’s & Dementia.

Conexión corazón-cerebro

Los hallazgos se basan en 2.147 adultos (62% de sexo femenino) de 60 años o más (edad promedio: 70,6 años) del estudio Swedish National Aging and Care in Kungsholmen (SNAC-K). Todos estaban libres de demencia al inicio del estudio y se les hizo un seguimiento regular de 2001 a 2004 y de 2013 a 2016.

La frecuencia cardiaca en reposo promedio al inicio del estudio fue de 65,7 latidos por minuto. Los individuos en los grupos de frecuencia cardiaca en reposo más altos eran mayores, con menor nivel educativo y tenían más probabilidades de ser fumadores, sedentarios y tener hipertensión. No hubo diferencias entre los grupos de frecuencia cardiaca en reposo en la prevalencia de enfermedad cardiovascular al inicio del estudio.

Durante una mediana de seguimiento de 11,4 años, se diagnosticó demencia a 289 participantes.

En el modelo totalmente ajustado, los participantes con frecuencia cardiaca en reposo de 80 latidos por minuto o más tenían un riesgo 55% mayor de desarrollar demencia en comparación con sus compañeros con frecuencia cardiaca en reposo más bajo de 60 a 69 latidos por minuto (hazard ratio [HR]: 1,55; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,06 a 2,27).

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“Esta asociación no se debió a enfermedades cardiovasculares subyacentes como la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca, que es importante porque la frecuencia cardiaca en reposo elevada a menudo se relaciona con enfermedades cardiacas”, comentó la Dra. Imahori a Medscape Noticias Médicas.

Con respecto a la función cognitiva, las puntuaciones del Mini-Examen del Estado Mental (MMSE) disminuyeron con el tiempo durante el periodo de seguimiento en todos los grupos de frecuencia cardiaca en reposo, pero los participantes con frecuencia cardiaca en reposo de 70 a 79 y más de 80 latidos por minuto tuvieron una mayor disminución en comparación con aquellos con frecuencia cardiaca en reposo más baja con 60 a 69 latidos por minuto.

La Dra. Imahori destacó que estos hallazgos están en línea con los datos del estudio US Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) de Estados Unidos, que asocia una frecuencia cardiaca en reposo elevada de más de 80 latidos por minuto en la mediana edad con la demencia y el deterioro cognitivo en la vejez.

Implicaciones para la salud pública

Cuando se le solicitaron sus comentarios, Claire Sexton, doctora en Filosofía, directora de programas científicos y divulgación de la Alzheimer’s Association,agregó que este estudio se suma al “creciente cuerpo de investigación que muestra que la salud del corazón y el cerebro tiene estrecha conexión. Sin embargo, este estudio solo muestra una correlación entre la frecuencia cardiaca en reposo y la cognición, no su causalidad. Se necesita más investigación”.

“La evidencia muestra que otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular e ictus (obesidad, presión arterial alta y diabetes) tienen un impacto negativo en la salud cognitiva”, manifestó Sexton a Medscape Noticias Médicas.

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“La Alzheimer’s Association cree que el manejo de la salud del corazón es algo que todos deberían hablar con su médico”, destacó.

“Hay cosas que puede hacer hoy para reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular, incluido el ejercicio regular y mantener una dieta saludable. Mejorar la salud de su corazón es un paso importante para mantener la salud de su cerebro a medida que envejece”, agregó Sexton.

SNAC-K cuenta con el apoyo del Ministerio de Salud y Asuntos Sociales de Suecia y los consejos de los municipios participantes y en parte cuenta con subvenciones adicionales del Consejo Sueco de Investigación y el Consejo Sueco de Investigación para la Salud, la Vida Laboral y el Bienestar. La Dra. Imahori y Sexton han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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La psoriasis se asocia con un pequeño aumento del riesgo de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica

El tromboembolismo venoso y la enfermedad vascular periférica podrían tener un poco más de probabilidad de desarrollarse entre los pacientes con psoriasis que entre quienes no la padecen, sugiere una revisión sistemática con metanálisis.

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“Los médicos y los pacientes con psoriasis deben ser conscientes del riesgo de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica”, escribieron los autores en JAMA Dermatology.

“Esta revisión sistemática y metanálisis complementa la guía actual de psoriasis sobre la concientización de las comorbilidades cardiovasculares como el tromboembolismo venoso y la enfermedad vascular periférica, que no se aclararon antes. Las presentaciones típicas de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica no deben ser ignoradas por los médicos que tratan a pacientes con psoriasis (disnea inexplicable, dolor en el pecho e inflamación dolorosa, así como ausencia de pulso y anomalías sensoriomotrices de la pierna)”, comentó a Reuters Health el autor principal, Dr. Ching-Chi Chi, de Chang Gun Memorial Hospital, en Taoyuan, Taiwán. 

“Nuestro estudio también señala la importancia de la modificación de los factores de riesgo en pacientes con psoriasis. Los factores de riesgo, como la obesidad, la inactividad física, el tabaquismo y las venas varicosas, deben seguirse o tratarse cuidadosamente en pacientes con psoriasis y los fármacos, como los tratamientos hormonales, deben administrarse con precaución”, agregó el Dr. Chi.

Para examinar más de cerca los riesgos de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica en pacientes con psoriasis, los investigadores realizaron una revisión cuantitativa basada en 13 estudios (nueve de tromboembolismo venoso y cuatro de enfermedad vascular periférica), mientras que su metanálisis se basó en nueve estudios (siete de tromboembolismo venoso y dos de enfermedad vascular periférica).

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De los 13 estudios de cohorte, que incluyeron un total de más de 12 millones de participantes, ocho se realizaron en Europa, cuatro en Norteamérica y uno en Asia.

Un análisis de los nueve estudios (12.052.781 participantes) que exploraron una posible asociación entre la psoriasis y el tromboembolismo venoso reveló que los pacientes con psoriasis tenían un riesgo 26% mayor (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 8% a 48%) de tromboembolismo venoso que los pacientes sin la afección cutánea.

Según los cuatro estudios (383.201 participantes) que analizaron la enfermedad vascular periférica, los pacientes con psoriasis tenían un riesgo 27% mayor (IC 95%: 16% a 40%) de trastorno vascular que los pacientes que no tenían la afección cutánea.

Los investigadores deben ser felicitados por su estudio, ya que “la literatura actual sobre este tema ha arrojado resultados distintos”, dijo la Dra. Tina Nandi, profesora asistente de dermatología en la Johns Hopkins University School of Medicine, en Baltimore, Estados Unidos.

“Cabe señalar que el tromboembolismo venoso es bastante raro en general. Uno de los estudios citados encontró que la tasa de tromboembolismo venoso en pacientes con psoriasis fue de 37 en una población de estudio de 38.608 (aproximadamente 0,096%) pacientes, efectivamente menos de 1/10 de 1%. Según los hallazgos del estudio actual, la tasa esperada de tromboembolismo venoso en la población general es bastante similar, con 7 de cada 10.000 (0,07%)”, indicó la Dra. Nandi a Reuters Health.

“Se ha informado anteriormente y se ha aceptado ampliamente que la psoriasis representa una afección de inflamación crónica con una asociación significativa con comorbilidades cardiovasculares. El hallazgo de que hay un ligero aumento en la incidencia de coágulos sanguíneos y enfermedad vascular periférica en pacientes con psoriasis no es del todo sorprendente, pero no debería ser motivo de alarma”, agregó la Dra. Nandi.

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“Una pregunta que este estudio dejó sin responder es la relación de la gravedad de la psoriasis con el riesgo de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica. La siguiente pregunta lógica que debemos abordar como especialidad es si un control más estricto de la actividad de la psoriasis puede mitigar la mayor incidencia de tromboembolismo venoso y enfermedad vascular periférica. Esto podría llevar a los pacientes con psoriasis a considerar un manejo temprano y agresivo de su enfermedad de la piel”, añadió la Dra. Nandi.

Si bien tanto los dermatólogos como los médicos de atención primaria reconocerán el valor de abordar la obesidad, la inactividad física y el tabaquismo entre todos los pacientes, agregó, es importante reconocer que “hay evidencia limitada para cambiar la práctica con respecto a los tratamientos hormonales (como la anticoncepción oral) en pacientes con psoriasis y todos los pacientes deben recibir asesoría sobre el aumento del riesgo de coágulos de sangre con el tratamiento hormonal”.

Traducido y adaptado por el equipo de Medscape en español.

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Nueva esperanza farmacológica para tratar la miocardiopatía hipertrófica, enfermedad del músculo cardíaco

La miocardiopatía hipertrófica no causa mayores síntomas, pero por su asociación con muerte súbita recalca la necesidad de que más médicos conozcan las causas de la enfermedad, y puedan hacer el referido a tiempo a  un especialista en cardiología.

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Así lo estableció el Dr. Edmundo Jordan, durante el Puerto Rico Congress of Cardiology que se celebró recientemente y que contó con más de 300 médicos y especialistas registrados. 

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad en la que el músculo cardíaco tiene un engrosamiento anormal (hipertrofia), que puede dificultar el flujo y volumen de la sangre. 

El reto clínico de la afección es que presenta pocos síntomas. Sin embargo, en algunas personas que padecen una miocardiopatía hipertrófica, el engrosamiento del músculo cardíaco puede causar falta de aliento, dolor en el pecho o problemas en el sistema eléctrico del corazón, lo que tiene como consecuencia ritmos cardíacos anormales que ponen en riesgo la vida (arritmias) o muerte repentina.

“Se trata de una entidad rara. En nuestra práctica manejamos entre 5 a 6 pacientes en nuestras oficinas. Podría ser una condición hereditaria, y la prevalencia (rango) de la misma es entre una persona de 200, o entre una de 500 personas. Está asociada a muerte súbita y es de suma importancia que los médicos la podamos reconocer”, enfatizó.  

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“Esta entidad puede desarrollar una cardiomiopatía, pues el músculo del corazón crece hacia adentro de la cavidad, específicamente en el septo, y no permite un flujo adecuado del movimiento de volumen de sangre y el paciente tendrá síntomas como falta de aire, dolor de pecho, especialmente cuando el paciente está haciendo ejercicios. Por eso a los atletas se les realiza un cernimiento con un electrocardiograma, donde se evalúa si tiene una cavidad hipertrófica, porque está asociada al sobrecrecimiento de la cámara del ventrículo izquierdo (TSVI). Aquí viene la consulta al cardiólogo”, afirmó, refiriéndose al término médico hipercontractilidad del músculo cardíaco.

Añadió que precisamente los cardiólogos sospechan de esta condición cuando escuchan casos de pacientes saludables que, practicando deporte, colapsan de manera repentina. 

“Precisamente cuando conocemos que un atleta sufre un colapso, lo primero que pensamos es en miocardiopatía hipertrófica, al tratarse de un evento que ocurre de repente en pacientes que entendemos que están saludables. Si el paciente tiene cerca un desfibrilador, podemos traerlo de vuelta”, reiteró.

“El seguimiento debe ser uno cercano, y una estratificación de clasificación de riesgos. A medida que haya un sobrecrecimiento del septo, a mayor tamaño hacia dentro de la cavidad, mayor riesgo de muerte súbita. A muchos de estos pacientes no les permitimos ejercicios de alta intensidad y al atleta se le elimina la actividad deportiva de alto rendimiento“, detalló.

Nueva esperanza farmacológica a punto de aprobarse 

Entre los tratamientos disponibles se encuentran los bloqueadores de calcio y betabloqueadores, con la misión de bajar el ritmo cardíaco, su frecuencia -entre 40 a 50 latidos por minuto- para permitir que la cavidad cardíaca tenga más tiempo de ´llenado” de volumen sanguíneo y proveer una contracción más fuerte. 

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De esta manera el paciente experimentará menos síntomas y menos riesgos de muerte súbita.

“No curamos la entidad, pero también podemos hacer cirugías con instrumentación para hacer que el músculo cardíaco rebaje en tamaño. Cuando el músculo rebasa tres milímetros de espesor, se refiere al paciente a miomectomía. También tenemos la técnica de ablación del septo por alcohol, donde mediante cateterismo, se canalizan arterias septales, se inyecta alcohol y eso ocasiona una cicatriz y el músculo no contraerá tan fuerte como antes, pero principalmente tratamos los síntomas y evitar la muerte súbita”, formuló.

Recalcó que el paciente que es diagnosticado a tiempo con esta condición, con el debido tratamiento puede vivir una vida normal, siempre y cuando se evite terapéuticamente que ese músculo cardíaco crezca en tamaño.

“En estos momentos tenemos una noticia alentadora pues hay un medicamento en Fase 3 de estudio que ha tenido unos resultados prometedores porque trata la condición desde la infraestructura de lo que causa la cardiomiopatía hipertrófica. Se llama mavacamten, que afecta el crecimiento normal del músculo cardíaco, y provee una fisiología normal del corazón del paciente, permitiendo mayor relajación y menor contracción del músculo”, concluyó el especialista, que culminó la presidencia de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología el pasado 12 de octubre. 

Este medicamento figuraría como el primer fármaco de una nueva clase de inhibidores de la miosina cardiaca. 

Por: Belinda Burgos González

Médicos demuestran que dieta cetogénica contrarresta el riesgo cardiovascular sin intervención farmacológica

En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), Paola Verónica Daza, residente de Medicina Familiar del último año en el Hospital de Bella Vista y una de las integrantes del grupo de investigación, resalta que el trabajo investigativo se realizó con el fin de buscar cambiar algunos parámetros y con la intención de aportar información para los avances de la medicina.

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La dieta de las personas hispanas es muy rica en carbohidratos y sus efectos respecto a otras enfermedades como las cardiovasculares reflejan porcentajes de afectación en la salud en grandes medidas.

La residente en Medicina, Viviana Daza señala que, en el 2012, se publicó un estudio en los Estados Unidos en el que casi un el 34% de la población padecía de síndrome metabólico (SMet), y de ese 34%, alrededor de un 46% de los mismos, eran hispanos y puertorriqueños incluyendo a mujeres en su mayoría.

Por eso, estos especialistas en medicina de familia trataron de darle un manejo general a esta particular patología, logrando determinar un mayor beneficio para la salud.

Luego de revisar muchas publicaciones hechas en el campo de la medicina, se evidencia que para el año 2008 en una publicación de Volek et. y colaboradores demostró que las dietas restringidas en carbohidratos (DRC) confieren mayor reducción de factores de riesgo cardiovascular (CV) comparado con una dieta baja en grasas.

Si bien se cree que la eliminación de algunas grasas demuestra un efecto más positivo en la reducción de enfermedades cardiovasculares en 2008 se evidencia a través de diferentes estudios que realmente no existe un aporte positivo en bajar la grasa.

La Dra. Daza además indicó que la dieta baja en carbohidratos permite un balance gracias al cual se disminuye de manera significativa los parámetros de enfermedades cardiovasculares.

Refiriéndose a otros estudios, señaló “Se ha demostrado que, al disminuir el consumo de grasa, más bien se aumentan pequeñas partículas de grasa dentro del organismo que nos puede predisponer a enfermedades cardiovasculares, la dieta cetogénica en estos estudios ha demostrado que se encuentra un balance en el que va disminuyendo de manera significativa los parámetros de enfermedades cardiovasculares”.

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Objetivo del estudio

La investigación que se adelantó entre noviembre de 2019 y terminó en enero de 2020 ha demostrado ser hasta el momento el único estudio específico en esta población que liga los índices metabólicos con los índices que aumentaban las enfermedades cardiovasculares.

El SMet, predispone a las personas a la enfermedad cardiovascular (ECV), la causa principal de muerte a nivel mundial. Además de factores comunes como el peso, presión, valores de colesterol y azúcar, se evidenciaron otros predictores de enfermedad cardiovascular como la resistencia a la insulina medida por un modelo homeostático (HOMA-IR), la relación cintura-altura y triglicéridos-HDL..

En base al enfoque y estudio de 2008 de Volet y colaboradores, los investigadores evaluaron que haciendo el cambio en una dieta baja en carbohidratos en vez de baja en grasa traería efectos más favorecedores.

Población que hizo parte del estudio

Se dio a conocer la intención del estudio y se tuvo un registro de 655 posibles pacientes a los cuales se les realizó un proceso de inclusión y exclusión teniendo que 50 personas harían parte del estudio, se realizaron laboratorios pre y post y lograron entrar al estudio 32 pacientes de los cuáles, el estudio se finalizó con 22.

En ocho sesiones en los que se les brindo educación sobre una dieta baja en carbohidratos, no se les dijo específicamente que tienen que comer, sino que se educaron frente a las flexibilidades que se pueden tener, los horarios, agarramos muchos pacientes que tenían diabetes e hipertensión y que estaban tomando medicamentos orales, los medimos, los pesamos y al final del estudio, volvimos a hacer todo eso, los volvimos a medir, los volvimos a pesar, les hicimos los laboratorios y logramos determinar que la dieta baja en carbohidratos si hizo un impacto significativamente importante en los números y parámetros de nuestros pacientes“, expresó.

Resultados prometedores

Se evidenció que el control glicémico a largo plazo con la dieta baja en carbohidratos fue muy importante y arrojó un cambio positivo, además de una disminución significativa en la hemoglobina glicosilada que es prácticamente un promedio del azúcar que se encuentra en los últimos tres meses y que es como un reporte del azúcar de las mañanas, además de los niveles de insulina y la reducción de los colesteroles

En la investigación se resaltan alentadores resultados frente a importantes campos como HOMA-IR, HbA1c, insulina, colesterol total, triglicéridos, relación de triglicéridos/HDL, relación cintura/altura, peso corporal, circunferencia abdominal, creatinina, GFR e IMC. En el PHQ no se registraron efectos psicológicos adversos como resultado de la intervención médica o ajustes al cambio de alimentación. 

Los resultados son alentadores para el uso de DRC- cetogénicas para mejorar además de factores como la reducción de peso y talla, y la mejora en la función renal y posiblemente prevenir el SMet sin intervención farmacológica.  

Los participantes del estudio mostraron una mejora estadísticamente significativa de los parámetros de SMet (triglicéridos y circunferencia abdominal).

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Otras menciones en la literatura médica

En 1920 el Dr. Wilder de la Clínica Mayo propuso los beneficios de la cetosis para el tratamiento de epilepsia refractaria o convulsiones y también dio un efecto positivo, sin embargo, en relación a enfermedades cardiovasculares solo se ha estudiado en los últimos años.

El estudio se utilizó como un piloto para investigaciones que se realizaran más adelante, con un grupo más grande de pacientes . Hasta ahora se pudo comparar los efectos de la dieta baja en carbohidratos con los parámetros que predisponen a enfermedades cardiovasculares.

La dieta sería una buena arma para controlar estas enfermedades y lo mejor es que es en base solamente a dieta y no a base de medicamentos, incluso muchos de los participantes del estudio dejaron de usar algún tipo de medicina“, concluyó la residente en Medicina.

Pr: Belinda Burgos Gonzalez

Diferencias entre el síndrome coronario agudo y la enfermedad coronaria

El doctor Gilberto Rivera, cardiólogo y expresidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología aclaró en un artículo escrito para la Revista de Medicina y Salud Pública que, aunque la enfermedad coronaria y el síndrome coronario son enfermedades cardíacas, la aparición de estas condiciones y su intensidad son distintas, y es importante aprender a reconocerlas.

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La enfermedad coronaria es causada por una lesión que se llama aterosclerosis. Durante la aterosclerosis las diferentes partes de la pared de las arterias son invadidas de un material, primordialmente inflamatorio, donde hay células, lípidos, colesterol, calcio o compuestos que pueden afectar en cualquier área del cuerpo donde hay una arteria. Cuando hablamos de enfermedad coronariahablamos del proceso patológico o esa anormalidad en la pared que puede ir creciendo, lo que llamamos la placa de aterosclerosis, y obstruyendo progresivamente el espacio interno de la arteria por donde tiene que viajar la sangre”, expresó el doctor Gilberto Rivera.

Mientras la enfermedad coronaria puede ocurrir durante el transcurso de la vida de una persona, el síndrome coronario agudo se presenta súbitamente. Según el Dr. Rivera, los síntomas entre ambas condiciones pueden tener ciertas semejanzas, pero la diferencia está en la intensidad o forma de manifestarse. 

El dolor de pecho suele presentarse como un síntoma típico de la enfermedad coronaria y se describe como un “dolor opresivo y quemante usualmente en el centro del pecho o la boca del estómago que ocurre al esfuerzo y si la persona detiene el esfuerzo físico ese síntoma va aliviándose”. Otras manifestaciones de la enfermedad de las arterias coronarias son dificultad al respirar, mareo, palpitaciones y sudoración fría.

Contrario a la enfermedad coronaria, los signos del síndrome coronario agudo aparecen repentinamente y son por un esfuerzo físico o ejercicio realizado no acostumbrado o por un evento de estrés emocional que promueve la fractura de una placa de arteriosclerosis.

“Este evento produce una obstrucción en el flujo normal de la sangre hacia el músculo del corazón y produce que aparezcan estos síntomas súbitamente. Si esa persona ha padecido de angina (dolor de pecho) anteriormente lo describe de características similares a lo que sufría antes, pero de mayor intensidad o severidad. Puede venir acompañado de náuseas y palidez. Pudiera verse afectada la adecuada capacidad de bombeo del corazón porque se debilita de momento el músculo del corazón y eso puede provocar que la presión disminuya y la persona no sea capaz de mantenerse de pie o no tenga fuerzas suficientes para caminar”, agregó el cardiólogo con 16 años de experiencia en esa especialidad.

Otros síntomas

También el paciente puede sufrir de un edema pulmonar o que la función de la bomba del corazón no sea la adecuada y se congestionan los pulmones a consecuencia del síndrome coronario. Una arritmia maligna pudiera presentarse y no permitir un bombeo adecuado en el corazón provocando el cese de flujo de sangre a los tejidos, lo que podría causar la muerte.

“Cuando una persona tiene un síndrome coronario agudo por lo general puede reconocer que lo que le está ocurriendo es algo serio y lo hace buscar ayuda médica. El paciente que tiene angina crónica estable que tiene una severidad menor usualmente llega a sus visitas de rutina y describe la sintomatología. Está en el médico reconocer que los síntomas pueden deberse a enfermedad coronaria”, añadió el doctor sobre otras diferencias de estas condiciones.

Tratamientos

Respecto a las maneras de tratar la enfermedad coronaria se destacan lo relacionado a controlar los factores de riesgo como hipertensión, diabetes, colesterol y tener un estilo de vida adecuado. También se le pueden administrar a los pacientes antiplaquetarios como la aspirina para tratar las arterias obstruidas y prevenir ataques cardíacos.

El Dr. Rivera describe que a las personas que padecen síndrome coronario agudo se le proveen tratamientos adicionales con medicinas como los antiplaquetarios y anticoagulantes que ayudan a romper los coágulos de sangre. Un cateterismo cardíaco podría ser también un tratamiento para pacientes con síndrome coronario agudo por elevación de segmento ST.

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“Si el servicio médico o el centro a donde acude a recibir servicio posee las facilidades de realizar un cateterismo cardiaco de manera emergencia ese sería el tratamiento por elección. No un cateterismo cardíaco diagnóstico únicamente, sino un cateterismo cardíaco con el propósito de identificar la arteria ocluida y que se pueda realizar angioplastia para ayudar a aliviar los síntomas del paciente”, precisó el galeno, quien dijo que además de las angioplastias, los pacientes con enfermedad severa en varias arterias del corazón pueden someterse a intervenciones como cirugía de corazón abierto de bypass o puentes aortocoronarios.

Por: Yolimarian Torres

Dar mayor prioridad al control del colesterol en la diabetes

Los médicos deben prestar más atención a los niveles elevados de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, un marcador de riesgo de enfermedades cardiovasculares en pacientes con diabetes de tipo 2, indica un nuevo estudio poblacional realizado en Finlandia.

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En el estudio, publicado en la versión electrónica de Scientific Reports, los autores demostraron que el control del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad y la prescripción de estatina siguen siendo no óptimos en esta población de pacientes en la práctica clínica.

Identificaron cuatro trayectorias de colesterol de lipoproteínas de baja densidad a 5 años, junto con niveles simultáneos de tratamiento con estatina. Los porcentajes de pacientes de cada grupo fueron:

  • Colesterol de lipoproteínas de baja densidad moderadamente estable: 2,3 mmol/l (90 mg/dl): 86%.
  • Colesterol de lipoproteínas de baja densidad estable alto: 3,9 mmol/l (152 mg/dl): 7,7%.
  • Disminución del colesterol de lipoproteínas de baja densidad: 3,8%.
  • Aumento del colesterol de lipoproteínas de baja densidad: 2,5%.

“El segundo grupo más grande estaba formado por pacientes predominantemente no tratados (7,7%) con niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad alarmantemente ‘altos estables’ de cerca de 3,9 mmol/l”, destacaron los investigadores.

Y entre los pacientes con colesterol de lipoproteínas de baja densidad “creciente”, el tratamiento con estatina “disminuyó drásticamente”.

Además, a 42% de los pacientes no se les había prescrito estatinas al final del seguimiento.

Estos hallazgos muestran que “es necesario redoblar esfuerzos para controlar el colesterol de lipoproteínas de baja densidad en especial en pacientes con niveles continuamente elevados, iniciando e intensificando el tratamiento con estatina antes y reiniciando el tratamiento después de la interrupción, si es posible”, indicó a Medscape Noticias Médicas la autora principal, Laura Inglin, maestra en salud pública.

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Hablar con los pacientes de los riesgos frente a los beneficios de las estatinas 

Es posible que los pacientes no comprendan los beneficios frente a los posibles efectos secundarios de las estatinas, señaló Inglin, del Institute of Public Health and Clinical Nutrition, de la University of Eastern Finland, en Kuopio, Finlandia.

Para mejorar el control de los niveles de colesterol, “las conversaciones entre médico y paciente son cruciales, a fin de abordar los riesgos-beneficios y los objetivos del tratamiento y ofrecer fuentes acreditadas” de información sobre las estatinas.

Cuando los pacientes suspenden el tratamiento con estatinas “los médicos deben intentar reiniciar otra estatina o reducir la dosis si es posible, apegándose a las guías sobre cómo hacerlo”, ya que en otras investigaciones se ha informado de que más de 70% de los pacientes que suspenden una estatina debido a sus efectos secundarios, la toleran cuando la reinician, destacó Inglin.

En el estudio también se identificaron diferencias de sexo, continuó. En comparación con los hombres, las mujeres tenían niveles medios de colesterol de lipoproteínas de baja densidad significativamente más altos, pero era menos probable que se les prescribiera una estatina o que se les recetara una dosis más baja de estatina y era más probable que interrumpieran el tratamiento con estatina.

Cuatro trayectorias de las lipoproteínas de baja densidad con diferencias en el tratamiento con estatina

Los perfiles lipídicos no óptimos, en especial el colesterol de lipoproteínas de baja densidad elevado, están muy relacionados con la enfermedad cardiovascular aterosclerótica en individuos con diabetes de tipo 2, informaron Inglin y sus colaboradores.

“Para prevenir o al menos retrasar las complicaciones, en la atención médica de la diabetes son cruciales las consultas regulares y el seguimiento y un buen control de la hemoglobina glucosilada, el colesterol de lipoproteínas de baja densidad, la presión arterial y otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las guías han identificado sistemáticamente las estatinas como el principal tratamiento hipolipidemiante, recomendado sobre todo con una intensidad moderada o alta”, señalaron.

Los investigadores se propusieron identificar las trayectorias del nivel de colesterol de lipoproteínas de baja densidad y el tratamiento con estatina concomitante en pacientes con diabetes de tipo 2.

Identificaron 8.592 pacientes, 4.622 hombres (54%) y 3.970 mujeres (46%), con diabetes de tipo 2 atendidos por médicos de atención primaria o especialistas en Karelia del Norte, al Este de Finlandia, entre 2011 y 2017.

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Durante este tiempo, al igual que otras guías internacionales, la Finnish Current Care Guideline recomendaba evaluar los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad cada 1 a 3 años en pacientes con diabetes de tipo 2, con objetivos de tratamiento de colesterol de lipoproteínas de baja densidad < 2,5 mmol/l (< 100 mg/dl) para aquellos con alto riesgo de enfermedad cardiovascular a consecuencia de la diabetes y objetivos < 1,8 mmol/l (< 70 mg/dl) o una reducción de 50% a partir del inicio en aquellos con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular a causa de factores de riesgo adicionales.

Al inicio del estudio los hombres tenían una media de 66 años de edad y habían padecido diabetes durante ocho años; 60% recibía una estatina y 56% tenía colesterol de lipoproteínas de baja densidad < 2,5 mmol/l.

Las mujeres tenían un promedio de edad de 69 años y habían padecido diabetes durante 8 años; 56% estaba recibiendo una estatina y 51% tenía colesterol de lipoproteínas de baja densidad < 2,5 mmol/l.

Los investigadores identificaron las cuatro trayectorias distintas de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, cada una con diferencias en el tratamiento con estatina.

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En el grupo con colesterol de lipoproteínas de baja densidad “moderadamente estable”, 67% de los hombres y 64% de las mujeres recibían una estatina y las tasas de estatina de alta intensidad aumentaron tanto en hombres como en mujeres.

En el grupo con colesterol de lipoproteínas de baja densidad “altamente estable”, las tasas de utilización de estatina disminuyeron de 42% a 27% en los hombres y de 34% a 23% en las mujeres.

En el grupo con colesterol de lipoproteínas de baja densidad “decreciente”, la proporción de pacientes que requirieron una estatina aumentó; el porcentaje de pacientes que recibieron una estatina de alta intensidad también se incrementó en los hombres (de 6,2% a 29%) y en las mujeres (de 7,7% a 14%).

En el grupo con colesterol de lipoproteínas de baja densidad “en aumento”, el porcentaje de pacientes que recibieron una estatina disminuyó desde más de 64% hasta menos de 43%.

“Los médicos deberían redoblar esfuerzos para alcanzar los objetivos del tratamiento de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, especialmente en el grupo de pacientes con niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad constantemente elevados, prestando atención a la iniciación más temprana del tratamiento con estatinas, la intensificación de los tratamientos cuando sea necesario y la reiniciación si es posible”, reiteraron los investigadores.

“Los resultados de nuestro estudio pueden servir de apoyo a los médicos para identificar a los pacientes que necesitan un seguimiento más estrecho aparte de una medición puntual”, concluyeron.

El estudio fue financiado en parte por el Consejo de Investigación Estratégica de la Academia de Finlandia (proyecto IMPRO), la Asociación Finlandesa de Diabetes y el Comité de Investigación del Hospital Universitario de Kuopio para la Financiación Estatal de la Investigación (proyecto QCARE). Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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Investigación en Puerto Rico refleja el impacto de la artritis reumatoide y enfermedades vasculares

Un estudio transversal que contó con una cohorte de 405 ciudadanos puertorriqueños con artritis reumatoide (AR) sostiene datos que apuntan al riesgo directo de esta población al desarrollo de enfermedades vasculares arteriales.

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Autores de la Sección de Reumatología del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) indican que se ha registrado un aumento en la morbilidad y la letalidad asociada con eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad de AR se ha relacionado con factores tradicionales y no tradicionales. Sin embargo, estos factores varían entre diferentes etnias.

Igualmente, sostienen que pocos estudios han descrito estas características en poblaciones hispanas. Por tal razón, evaluaron posibles correlaciones clínicas asociadas a enfermedades vasculares arteriales en pacientes hispanos de Puerto Rico.

Las enfermedades vasculares arteriales se tratan de problemas circulatorios o condiciones que afectan su sistema vascular. Son comunes y pueden ser graves, incluyendo el desarrollo de un aneurisma, infarto de miocardio, angina de pecho, procedimientos vasculares para enfermedad de las arterias coronarias, accidente cerebrovascular o enfermedad de las arterias periféricas.

Los autores explican que el proceso intrínseco a la AR pareciera que contribuye también a la aparición de eventos vasculares arteriales, debido al riesgo de vulnerabilidad y rotura de placas ateroscleróticas. Además, sostienen que estudios han vinculado la incidencia de eventos vasculares con niveles altos de biomarcadores inflamatorios. Por tal razón, surgió la necesidad de realizar un estudio para determinar los factores asociados con la ocurrencia de eventos vasculares arteriales en una cohorte de hispanos de Puerto Rico con RA.

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Del total de la población del estudio, el 87.2% fueron mujeres. Los eventos vasculares arteriales se reportaron en 43 pacientes (10.6%). 

En el análisis multivariado ajustado por edad y sexo, hipertensión arterial, dislipidemia, síndrome metabólico, manifestaciones extraarticulares, y la puntuación obtenida de un cuestionario administrado y el número de hospitalizaciones, se asociaron con eventos cardiovasculares arteriales, establecieron los resultados de la investigación.

“Dichas asociaciones pueden ayudar a implementar estrategias clínicas en este grupo de pacientes con artritis reumatoide en riesgo de padecer enfermedades vasculares arteriales”, enfatiza el grupo de estudio.

“La hipertensión arterial, la dislipidemia, el síndrome metabólico y manifestaciones extraarticulares se asociaron con eventos vasculares arteriales en nuestra cohorte evaluado. Este estudio respalda además la noción de que tanto los factores tradicionales como los no tradicionales juegan un papel importante en la ocurrencia de eventos vasculares arteriales en pacientes con AR. Nuestros datos contribuyen a los pocos estudios que se han realizado evaluando este tipo de condiciones en pacientes hispanos con AR”, concluyen los autores.

Otro dato que destaca el estudio es que en la cohorte de pacientes evaluados, las manifestaciones pulmonares fueron asociadas con eventos vasculares y el 70% de las pacientes tenía enfermedad pulmonar intersticial, lo que ha sido descrito previamente en este perfil de pacientes con AR.

Belinda Z. Burgos González 

  • Periodista y MPH, Bachillerato en Periodismo y Prejurídico de la Universidad del Sagrado Corazón y graduada de la Maestría en Salud Pública, de la Escuela de Medicina San Juan Bautista, Jefa de Redacción con 11 años de experiencia y líder de Redacción de la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).

Cambios en la presión arterial y función ventricular izquierda en niños concebidos por reproducción asistida

La tecnología de reproducción asistida, ampliamente utilizada en el tratamiento de la infertilidad, puede provocar resultados adversos en la salud cardiovascular de la descendencia, según sugieren nuevos datos.

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En un estudio de cohorte observacional realizado en China, los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida tuvieron un aumento de la presión arterial y cambios desfavorables en la estructura y función del ventrículo izquierdo, en comparación con los niños que fueron concebidos de forma natural, informaron los investigadores.

Los hallazgos, publicados en versión electrónica en JAMA Network Open, sugieren la necesidad de más investigación para evaluar los posibles mecanismos y resultados a largo plazo asociados con estas diferencias, escribieron la Dra. Linlin Cui, Ph. D., de Center for Reproductive Medicine, Shandong University, en Jinan, China, y sus colaboradores.

Se estima que más de 8 millones de bebés han nacido con tecnología de reproducción asistida desde que nació la primer “bebé probeta”, Louise Brown, en Reino Unido en 1978. Representan de 2% a 6% de los nacimientos en países de ingresos altos, señalaron los autores.

“La tecnología de reproducción asistida requiere la manipulación in vitro de gametos y embriones en un ambiente de cultivo sintético, y estas exposiciones no fisiológicas pueden estar asociadas con resultados adversos en el desarrollo embrionario y la salud de la descendencia”, escribieron.

Los resultados obstétricos desfavorables, incluidos el parto prematuro, el bajo peso al nacer y los recién nacidos pequeños para la edad gestacional, se han relacionado con tecnología de reproducción asistida, al igual que los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

“La evidencia de los orígenes de la salud y la enfermedad en la teoría del desarrollo también sugiere que los eventos adversos (p. ej., crecimiento fetal restringido y parto prematuro) en la vida temprana están asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en el futuro. Por tanto, la salud cardiovascular de la descendencia concebida por tecnología de reproducción asistida ha ganado mucha atención”, señalaron los autores.

En el estudio actual, los investigadores compararon la salud cardiovascular de 382 niños concebidos por tecnología de reproducción asistida con la de 382 niños que fueron concebidos naturalmente. Los sujetos fueron reclutados desde noviembre de 2017 hasta febrero de 2019 y fueron pareados según su sexo, edad y edad materna al momento del nacimiento del niño.

Se midió la presión arterial y se realizó una ecocardiografía para determinar los parámetros estructurales y funcionales del ventrículo izquierdo.

Los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida tenían un aumento estadísticamente significativo de la estatura (media: 130 cm frente a 128 cm; p = 0,007) y el índice de masa corporal (media: 17,6 frente a 17,1; p = 0,03), en comparación con los niños concebidos naturalmente.

También tenían un aumento estadísticamente significativo de la presión arterial sistólica (media: 105,5 mm Hg frente a 103,5 mm Hg; p ajustada < 0,001), presión arterial diastólica (67,2 mm Hg frente a 62,2 mm Hg; p ajustada < 0,001).

La prevalencia de hipertensión arterial también fue mayor en el grupo de tecnología de reproducción asistida (80 niños: 21%) en comparación con el grupo de concepción natural (50 niños: 13%), y la prevalencia de hipertensión arterial también fue mayor en el grupo de tecnología de reproducción asistida (69 niños: 18,1%) en comparación con el grupo concebido naturalmente (54 niños: 14,1%; p ajustada = 0,002).

Los niños con tecnología de reproducción asistida también tenían más disfunción sistólica del ventrículo izquierdo. En el grupo tecnología de reproducción asistida, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo media fue del 64,6%, en comparación con 66,7% de los niños concebidos de forma natural (p < 0,001). Los niños nacidos por tecnología de reproducción asistida también tenían más disfunción diastólica, tasa de velocidades diastólicas tempranas/tardías mitral/tricúspide: 1,66 frente a 2,21; (p ajustada < 0,001).

Además se encontró que los niños con tecnología de reproducción asistida tenían parámetros estadísticamente significativos relacionados con la estructura del ventrículo izquierdo, incluido el índice de masa ventricular izquierdo (media: 31,97 g/m2,7 frente a 28,28 g/m2,7p ajustada < 0,001) y el grosor de la pared derecha (3,30 mm frente a 2,98 mm; p ajustada < 0,001).

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También hubo un aumento estadísticamente significativo de la prevalencia de hipertrofia ventricular izquierda entre los niños nacidos mediante tecnología de reproducción asistida, en comparación con los niños concebidos de forma natural (9 niños frente a 2; p = 0,03), un grosor alto de la pared derecha (61 niños frente a 0; p < 0,001) y patrones de remodelado ventricular, que incluyen remodelado concéntrico (60 niños frente a 0), hipertrofia excéntrica (8 niños frente a 2) e hipertrofia concéntrica (1 niño frente a 0).

Los autores señalaron las limitaciones de su estudio. Por un lado, escribieron que no pueden sacar conclusiones sobre si el perfil cardiovascular adverso asociado con tecnología de reproducción asistida se debe al procedimiento en sí u otras variables no medidas en el estudio.

También señalaron que debido a que no existen criterios unificados para definir hipertrofia del ventrículo izquierdo, grosor de la pared derecha alto o patrones de remodelación geométrica del ventrículo izquierdo, utilizaron puntos de corte del percentil 95 específicos por edad y sexo basados en definiciones establecidas entre los niños occidentales y los puntos de corte pueden ser demasiado altos para ser utilizados entre los niños chinos. Otra limitación potencial es que todos los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida en este estudio eran de un solo centro médico en China y, por tanto, los hallazgos “deben generalizarse con precaución”.

Los investigadores concluyeron que sus hallazgos pueden tener importancia para la salud clínica y pública y además sugieren una mayor vigilancia en la población de tecnología de reproducción asistida.

“Debido a que la infancia es una ventana crítica para la detección temprana, la posible intervención y la mejora de la salud cardiaca entre los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida, es posible revertir las alteraciones desfavorables en su estructura y función cardiacas. Se necesitan más estudios para confirmar la asociación”.

El estudio fue financiado por National Key Research and Development Program of China, Shandong Provincial Key Research and Development Program, National Natural Science Foundation of China y Shandong Province Medical and Health Technology Development Project. 

Los autores del estudio han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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