Siguen disparándose los casos de COVID-19 en Puerto Rico

El Departamento de Salud reportó hoy una muerte adicional y 53 personas hospitalizadas por COVID-19, según las estadísticas que publica en el portal covid19datos.salud.gov.pr.

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El deceso corresponde a un hombre de 60 años de la región de Caguas. Su fallecimiento se registró el pasado 18 de diciembre. Debido a su muerte, el total de decesos acumulados desde el comienzo de la pandemia, que fue en marzo del 2020, aumentó a 3,285.

Mientras, de los 53 pacientes hospitalizados, 10 son pediátricos. También, se reportaron nueve adultos en intensivo.

Por otro lado, se registró un promedio de 686 casos positivos confirmados, que se detectan a través de pruebas moleculares, con un total acumulado de 160,4056, y un promedio de 526 casos positivos probables, que se identifican mediante pruebas de antígenos, con un total acumulado de 38,245.

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El total incluye casos con muestras tomadas del 4 de diciembre de 2021 al 18 de diciembre de 2021, y los números no implican que estos corresponden a las últimas 24 horas.

La tasa de positividad se encuentra en 13 por ciento, según el portal.

La FDA autoriza los refuerzos de la vacuna Pfizer / BioNTech Covid-19 para jóvenes de 16 y 17 años

La Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. Autorizó el jueves la vacuna Pfizer / BioNTechCovid-19 para su uso como refuerzo en personas de 16 y 17 años . Es el primer refuerzo de la vacunaCovid-19 autorizado para este grupo de edad en los Estados Unidos.

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Al igual que con los adultos, los jóvenes de 16 y 17 años son elegibles para recibir una dosis de refuerzo seis meses después de su segunda dosis de la vacuna Pfizer / BioNTech. Aproximadamente 2.6 millones de adolescentes estadounidenses en este grupo de edad ya serían elegibles para refuerzos, una pequeña adición a los 141 millones de adultos que ya son elegibles para refuerzos.

“La decisión de hoy de la FDA de ampliar aún más la Autorización de uso de emergencia de una dosis de refuerzo de nuestra vacuna COVID-19 es un hito fundamental a medida que continuamos vigilantes para abordar el virus”, dijo el presidente y director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, en un comunicado. “Desde el principio, nuestro objetivo era brindar una protección sólida y segura a la mayor cantidad de personas posible en un esfuerzo por poner fin a esta pandemia. Si bien surgen nuevas variantes, incluido Omicron, en todo el mundo, creemos que la mejor manera de minimizar la propagación de COVID-19 y cualquier variante futura está logrando que todas las personas elegibles estén completamente vacunadas con la primera serie de dos dosis y una dosis de refuerzo según lo recomendado “, indica el documento. 

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La vacuna de refuerzo aumenta el nivel de inmunidad y mejora drásticamente la protección contra COVID-19 en todos los grupos de edad estudiados hasta ahora”, dijo el Dr. Ugur Sahin, director ejecutivo y cofundador de BioNTech. “En la situación actual, es importante ofrecer a todos un refuerzo, particularmente en el contexto de las variantes emergentes como Omicron”.

Ahora, las personas de 16 años o más pueden recibir un refuerzo de Pfizer seis meses después de su segunda inyección; Los receptores de la vacuna Moderna de 18 años o más pueden recibir cualquier refuerzo seis meses después de su segunda inyección; y los receptores de la vacuna Johnson & Johnson pueden recibir cualquier refuerzo dos meses después de su dosis única. Los adultos pueden mezclar y combinar refuerzos; Los jóvenes de 16 y 17 años solo son elegibles para recibir el refuerzo de Pfizer.

Los funcionarios de salud de EE. UU. Han estado presionando para que los estadounidenses reciban un impulso durante meses, y hasta la semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Dicen que todos los adultos deberían recibirlos.

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El miércoles, Pfizer y BioNTech anunciaron datos preliminares que sugieren que su vacuna de dos dosis no brinda protección suficiente contra la infección con la variante del coronavirus Omicron, aunque aún puede proteger contra enfermedades graves. Sin embargo, las empresas descubrieron que una dosis de refuerzo aumentaba la protección de manera significativa, casi al nivel de protección que proporcionaba su vacuna de dos dosis contra la cepa anterior del virus.

Sergio Ortiz Cortes

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

Salud y Voces anuncian nuevo evento de vacunación masiva contra el COVID-19

Alrededor de 1.2 millones de personas ya pueden recibir su dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 en Puerto Rico. Pero hasta hoy, solo unas 485,000 habían acudido a uno de los proveedores de vacunación a recibirla, alertó el Departamento de Salud (DS) este domingo, reconociendo un ritmo menor al esperado.

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“De cara a los nuevos retos que pueden representar las nuevas variantes como ómicron, hacemos un llamado a las personas que no han recibido una dosis de vacuna o que cualifican para el refuerzo, a que este es el momento de hacerlo, para podernos defender y protegernos del SARS-Cov-2 en general, y de esta amenaza de la nueva variante”, puntualizó la doctora Iris Cardona, principal oficial médico de la agencia, durante una conferencia de prensa en la sede de la agencia en San Juan.

Toda persona de 18 años o más que completó su serie de dosis hace seis meses o más, vacunados con Moderna o Pfizer pueden recibir su dosis de refuerzo. Mientras, aquellos vacunados con Johnson & Johnson hace dos meses o más, también cualifican para recibir el refuerzo.

En vías de seguir aumentando la cobertura de vacunación contra el COVID-19 en Puerto Rico, Salud junto a la Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud de Puerto Rico (Voces), anunciaron el VacuTrulla, un evento de vacunación masiva por 15 horas consecutivas el viernes, 17 de diciembre.

El evento transcurrirá desde las 9:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, en el Centro de Convenciones en San Juan.

“Queremos aprovechar y hacer un llamado a los puertorriqueños sobre todo en esta época de navidad donde hay muchas reuniones familiares, actividades y muchos salen fuera de Puerto Rico a que se inoculen con el refuerzo para que así podamos estar más protegidos sobre todo ante las distintas variantes”, expresó por escrito el secretario de Salud, Carlos Mellado. “Estamos en un escenario ante la aparición de una nueva variante, ómnicron, que se va propagando rápidamente, aunque al momento no se ha identificado ningún caso en Puerto Rico, necesitamos reforzar la protección y aumentar la cobertura comunitaria”, añadió.

El llamado también incluye a los padres o encargados, a que acudan lo antes posible a un centro de vacunación para la inoculación de los menores de 5 a 11 años. En ese renglón de edad, hasta ayer 67,580 niños ya tenían al menos una dosis, mientras cerca de 14,000 habían completado la serie de vacunación.

La vacunación de estos menores inició el 4 de noviembre. La meta del gobierno de Puerto Rico es vacunar alrededor 220,000 niños y niñas en este grupo de edad con la primera dosis antes del 15 de diciembre,y con la segunda dosis para el 15 de enero de 2022.

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En el evento masivo se atenderá por orden de llegada, aunque se podrá reservar el turno, registrándose en vacutrulla.eventbrite.com. También estará disponible la vacuna de influenza para los adultos y niños y pruebas de COVID-19 completamente libre de costos. Las personas pueden recibir ambas vacunas el mismo día, reiteró yaer Lilliam Rodríguez, CEO y fundadora de VOCES.

“La VacuTrulla se realiza con el fin de prepararnos para la llegada inminente de la variante ómicron y las fiestas navideñas como parte de los esfuerzos de inoculación en la isla para la protección de todos”, afirmó.

Para el evento, los niños de 5 a 11 años deben estar acompañados por mamá, papá o tutor legal quien deberá presentar un ID con foto. En el caso de los abuelos, que acompañen a sus nietos deben traer carta firmada de los padres con una identificación con foto de quién autoriza, este requerimiento aplica a los menores de 5 a 20 años. Todos los participantes con dosis anteriores, deben presentar su tarjeta de vacunación original e identificación con foto.

Salud recordó que habrá intérprete de lenguaje de señas disponible para la comunidad sorda y fila expreso para embarazadas y personas discapacitadas. Asimismo, reiteró que las personas que requieran recibir la vacuna en su hogar, pueden llamar al 787-709-4601 para una cita.

“Siempre ha habido pandemias a través de la historia de la humanidad. La diferencia es que esta es la primera vez que tenemos las herramientas médicas y científicas para hacerle frente, mantener la sociedad operante, mantenernos saludables y salvar vidas. Y la herramienta más efectiva y segura que tenemos en ese arsenal de estrategias basadas en ciencia, es la vacuna. Las sociedades que hagan uso de la vacuna podrán controlar la pandemia”, sostuvo el doctor Daniel Colón, presidente de la Coalición Científica.

“Ese ha sido el caso para Puerto Rico durante los últimos meses, y mientras continuemos escuchando la ciencia y manteniéndonos protegidos, será nuestro escenario en el futuro previsible. Para lograrlo, necesitamos la colaboración de la sociedad en ponerse todas las dosis, incluyendo los refuerzos, que son necesarios para mantener la protección óptima contra contagios”, subrayó.

Por: El Nuevo Día

La vacunación contra el virus del papiloma humano de dosis única es muy eficaz

Una sola dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano fue muy eficaz para prevenir la infección oncogénica, rivalizando con la protección que ofrecen los esquemas multidosis, según los resultados del ensayo KEN SHE, con sede en Kenia.

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Los hallazgos, publicados en el servidor de preimpresión Research Square y presentados el 17 de noviembre en la 34ª International Papillomavirus Conference en Toronto, Canadá, aportan “energía renovada al impulso para hacer del cáncer cervicouterino el primer cáncer en ser eliminado a nivel mundial”, según la coinvestigadora principal, Dra. Ruanne V. Barnabas, Ph. D., profesora de salud global en la University of Washington School of Medicine, en Seattle, Estados Unidos.

Los responsables de la toma de decisiones considerarán estos hallazgos, que aún no han sido revisados por pares, junto con otras pruebas para determinar si se justifican cambios en el horario de dosificación, indicó a Medscape Noticias Médicas.

En un comunicado de prensa, Samuel Kariuki, Ph. D., director general interino del Kenya Medical Research Institute, en Nairobi, Kenya, que no participó en la investigación, calificó los hallazgos como un “cambio de juego” que podría “reducir sustancialmente la incidencia de cáncer de cuello uterino atribuible al virus del papiloma humano”.

Entre 2018 y 2019, la Dra. Barnabas y sus colaboradores inscribieron a 2.275 mujeres sexualmente activas que no habían recibido la vacuna contra el virus del papiloma humano en Kenia en su estudio. Las mujeres, de 15 a 20 años de edad, fueron asignadas al azar para recibir una vacuna bivalente (virus del papiloma humano 16/18), una vacuna nonavalente (virus del papiloma humano 16/18/31/33/45/52/58/6/11) o una vacuna contra la meningitis meningocócica.

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La mayoría de las participantes (57%) tenía entre 15 y 17 años, 61% informó tener una pareja sexual de por vida. Las mujeres se sometieron a frotis genitales y cervicales en el momento de la inscripción para analizar el ADN del virus del papiloma humano y se les extrajo sangre para analizar los anticuerpos. Durante los 18 meses de seguimiento, se hicieron hisopados cervicales cada 6 meses y un hisopado vaginal a los 3 meses para analizar el ADN del virus del papiloma humano.

Los investigadores detectaron 38 infecciones persistentes por virus del papiloma humano 16/18 en mujeres que habían dado negativo en las pruebas de anticuerpos contra el virus del papiloma humano 16/18 en el momento de la inscripción y para el ADN del virus del papiloma humano 16/18 en la inscripción y el mes 3, una en cada uno de los grupos de vacuna contra el virus del papiloma humano y 36 en el grupo de vacuna meningococica. Esta tasa de infección correspondió a una eficacia de la vacuna de 97,5% (p < 0,001) contra el virus del papiloma humano 16/18 para las vacunas bivalentes y nonavalentes, que es “comparable a la observada en los ensayos de vacunas multidosis”, escribieron los investigadores.

Entre las mujeres negativas para virus del papiloma humano 16/18/31/33/45/52/58 al comienzo del ensayo, 33 tenían infecciones persistentes: cuatro en el grupo de vacuna nonavalente y 29 en el grupo de meningococo, demostrando una eficacia de 89% (p < 0,001) contra las siete cepas oncogénicas contenidas en la vacuna.

Incluso si las mujeres dieron positivo en una cepa del virus del papiloma humano, la vacuna las protegió de otras variantes del virus, anotaron los investigadores.

Los eventos adversos graves ocurrieron en 4,5% a 5,2% de las participantes en los grupos del estudio.

El ensayo KEN SHE se produce 15 años después de que la Food and DrugAdministration (FDA) de Estados Unidos aprobara la primera vacuna contra el virus del papiloma humano: Gardasil de Merck. Otras dos, Cervarix y Gardasil-9, han sido aprobadas desde entonces, pero los problemas de costo y suministro han inhibido la cobertura, particularmente en áreas donde la carga del cáncer de cuello uterino es alta, anotaron los investigadores.

Datos recientes indican que solo 15% de las niñas en todo el mundo está vacunado contra el virus del papiloma humano, pero una vacuna de dosis única “simplificaría la logística y reduciría los costos”, mejorando así las posibilidades de alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar a 90% de las niñas de 15 años de edad contra el virus del papiloma humano para 2030, manifestó la Dra. Barnabas en un comunicado de prensa sobre el ensayo.

La coinvestigadora principal, Dra. Nelly Mugo, maestra en salud pública, científica principal de investigación clínica del Center for Clinical Research delKenya Medical Research Institute, en Nairobi, Kenya, enfatizó aún más la importancia de los hallazgos y señaló en el comunicado de prensa que el “ensayo trae nueva energía para la eliminación del cáncer de cuello uterino. Brinda una gran esperanza a las mujeres que viven en países como Kenia, que tienen una gran carga de la enfermedad”.

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La Dra. Mugo también es profesora asociada de investigación de salud global en la University of Washington, en Seattle, Estados Unidos.

La Dra. Barnabas dijo que las mujeres han recibido múltiples dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano debido a “lagunas en la evidencia de la efectividad de una vacuna de dosis única y preocupaciones sobre diferencias clínicamente significativas en la eficacia”.

“Los datos de observación sugirieron que la vacuna contra el virus del papiloma humano de dosis única podría tener una buena eficacia, pero debido a que los datos no provienen de ensayos aleatorizados, eso podría haber sido por casualidad, sin embargo, pruebas suficientes respaldaron la disminución de las dosis de tres a dos dosis para niñas de 15 años o menos”, destacó.

En el futuro, los investigadores realizarán estudios de inmunopuente en otras poblaciones y continuarán el seguimiento para evaluar la durabilidad de la eficacia de una dosis única, señaló la Dra. Barnabas.

“Los resultados del ensayo KEN SHE respaldan el uso de la vacuna contra el virus del papiloma humano de dosis única para aumentar el acceso y la cobertura”, concluyó.

Esta investigación es de un estudio de preimpresión.

El ensayo KEN SHE fue financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF). La Dra. Barnabas informa subvenciones de BMGF y subvenciones de la cátedra King K. Holmes en ETS y SIDA durante la realización del estudio y subvenciones de BMGF, los Institutos Nacionales de Salud y el apoyo a la redacción de manuscritos y resúmenes de Regeneron Pharmaceuticals fuera del trabajo presentado.

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Organización Panamericana de la Salud: “No tenemos evidencia para pensar que las vacunas protejan menos contra ómicron”

Aunque todavía no se conoce el comportamiento de la nueva variante de preocupación ómicron (B.1.1.529) del SARS-CoV-2, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) resaltó que no existen pruebas de que esa variante pueda eludir la respuesta inmune inducida por la vacunación e instó a la población a seguir completando los esquemas tan pronto tenga acceso.

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“Es muy temprano para predecir el impacto de ómicron en términos de transmisión, gravedad, letalidad o escape de la respuesta inmune. Pero es importante recordar que ninguna vacuna es 100% eficaz y, hasta el momento, todas aquellas autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para uso de emergencia han sido eficientes para proteger contra todas las variantes circulantes, disminuyendo dramáticamente el riesgo de hospitalización y muerte. Y no tenemos evidencia para pensar que el desempeño de esas vacunas para proteger contra ómicron sea diferente”, sostuvo el Dr. Sylvain Aldighieri, comandante de Incidente para COVID-19 de la OPS, durante la sesión informativa semanal que ofrece el organismo.

Reportada por primera vez el 24 de noviembre en Sudáfrica y catalogada como variante de preocupación dos días más tarde, hasta el momento la variante ómicron ha sido detectada en 23 países, incluyendo dos de la región de las Américas, Canadá y Brasil, aunque en esos casos se trata de viajeros y no se ha demostrado transmisión en la comunidad, destacó el Dr. Aldighieri.

Sin embargo, es probable que “pronto” otros países de la región vayan a ver esa variante en circulación, señaló en sus palabras de apertura la directora de la OPS, Dra. Carissa F. Etienne, quien también reconoció que “tenemos mucho que aprender de esa variante”.

La funcionaria también advirtió que se requiere “algún tiempo” para aislar el virus y realizar las pruebas de neutralización frente a suero de convalecientes o vacunados. “Hasta que se completen estas pruebas y otros ensayos de laboratorio, no tendremos suficiente evidencia para determinar el grado de transmisibilidad o gravedad de la variante ómicron o para evaluar la efectividad de las vacunas COVID-19 contra ella”, aclaró.

Este martes 30 de noviembre, el Dr. Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) de Estados Unidos, señaló que aun cuando las vacunas pudieran ser menos eficaces contra ómicron, “de la experiencia con delta podemos sacar la conclusión razonable de que no se va a eliminar por completo la protección contra esta variante”.

Altas autoridades de la OMS, incluyendo a la directora científica, Dra. Soumya Swaminathan, señalaron este miércoles que la agencia también cree que las vacunas seguirán siendo efectivas, según reportó Reuters.

Datos, no rumores

Los funcionarios de la OPS aprovecharon la oportunidad para instar a seguir avanzando en la cobertura de vacunación contra la COVID-19 tan pronto haya dosis disponibles. Asimismo recomendaron intensificar los esfuerzos de vigilancia genómica de los países y compartir las secuencias en las plataformas públicas existentes.   

“Hay muchos rumores de que unas vacunas funcionan y otras no… pero son rumores. Hay determinados estudios que se están haciendo y creo que en 2 o 3 semanas van a aportar información más validada sobre la capacidad de los anticuerpos inducidos por vacunas con autorización de la OMS de neutralizar esta nueva variante. Hasta que se tenga más información, vamos a seguir vacunando porque es la mejor manera de no tener nuevas variantes de preocupación”, alentó el Dr. Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS.

La Dra. Etienne también hizo un llamamiento a respetar las medidas no farmacológicas de salud pública, como el uso de mascarilla, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos, definiéndolas como las “acciones más eficientes para reducir la diseminación del virus SARS-CoV-2, reducir hospitalizaciones y salvar vidas”.

“Es importante señalar que estas medidas son efectivas contra todas las variantes, incluido ómicron”, recordó.

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Vacunas contra el COVID-19: cinco dudas comunes

La pandemia de la COVID-19 revolucionó nuestra forma de vivir, de relacionarnos y trajo a la boca de todos un tema que ha sido central en la medicina moderna y que tal vez pasa desapercibido como pilar de nuestra calidad de vida actual: la vacunación.

Debido a la gravedad de la pandemia, diferentes organizaciones públicas, gobiernos y la industria privada unieron sus recursos y esfuerzos para acelerar el desarrollo y estudio de la vacuna contra la COVID-19, lo que permitió que se realizaran los ensayos clínicos de forma rápida y en cumplimiento con todas las medidas regulatorias, éticas y científicas.

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“Una de las dudas más frecuentes sobre la vacunación contra la COVID-19 tiene que ver con que debido al rápido desarrollo las personan recelan de la seguridad de las vacunas. Es importante resaltar que las vacunas han pasado ya por estudios de seguridad y efectividad, por supuesto que se han reportado efectos secundarios, y se siguen estudiando algunos aspectos a largo plazo, pero estos efectos no superan el riesgo que implica contraer la enfermedad”, afirma la Dra. Suria Loza Jalil, médica internista e infectóloga, jefa del Departamento de Infectología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI de la Ciudad de México, México.

De acuerdo con datos del Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos gracias al desarrollo de vacunas se han logrado controlar enfermedades como la polio, tétanos, influenza, hepatitis B, rubeola, entre otras. Cada año la vacunación salva millones de vidas.

Con tanta información (y desinformación) rondando por ahí aquí abordamos 5 dudas sobre la vacuna anti-COVID-19.

¿La vacuna me va a causar alteraciones menstruales o infertilidad?

Algunas personas han reportado cambios en su menstruación después de recibir la vacuna contra la COVID-19, incluidos cambios en la duración, el flujo y otros síntomas como dolor menstrual. No existe certeza de si estos cambios pueden asociarse directamente a la vacuna ni cuales podrían ser los mecanismos involucrados. Actualmente varias universidades de los Estados Unidos como la Harvard University y la Johns Hopkins University, entre otras, se encuentran estudiando específicamente la asociación entre la vacunación contra la COVID-19 y los cambios en la menstruación.

Un artículo publicado recientemente en BMJ señala que las alteraciones en la menstruación podrían deberse a la respuesta inmunológica tras la vacunación y no a un componente en particular.[1] Resaltan también que cambios en la menstruación también se han observado con la vacunación contra el virus del papiloma humano, así como otras infecciones virales. La mayoría de los cambios reportados se dan en el corto plazo, sin embargo, la investigación en este tema resulta de gran importancia pues entre la población en edad reproductiva, una de las principales razones por la cual se evita la vacunación es la influencia de información erronea sobre los efectos de la vacuna sobre la fertilidad.

Aunque faltan datos a largo plazo, a la fecha no hay evidencia de que la vacunación contra la COVID-19 tenga algún efecto sobre la fertilidad. Con la información que se tiene de la vacuna contra COVID-19 y otras vacunas, varias organizaciones sostienen que “no existe un vínculo, ni tampoco una razón teórica por la cual alguna de las vacunas COVID-19 podría afectar la fertilidad”.

En hombres un estudio mostró que no se presentaron alteraciones en el recuento de espermatozoides antes y después de recibir las dos dosis de vacuna.[3] Si bien las investigaciones de efectos adversos a largo plazo continúan, no hay a la fecha estudios que demuestren afectaciones en la fertilidad de hombres y mujeres.

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¿Si estoy embarazada tengo que esperar al segundo trimestre para aplicarme la vacuna?

El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) recomiendaaplicar la vacuna a la brevedad para maximizar la salud materna y fetal, particularmente si tienen un alto riesgo de exposición o si hay comorbilidades que aumentan el riesgo de enfermedad grave. Resaltan también que la inmunización puede ocurrir de forma segura en cualquier trimestre del embarazo y durante la lactancia, y puede ser administrada simultaneamente con otras vacunas usadas durante el embarazo como influenza y la vacuna contra difteria, tosferina y tétanos (Tdap).

La evidencia sobre la seguridad y efectividad de la vacuna en el embarazo y lactancia va en aumento. En general, se ha comprobado la efectividad de la vacuna y se sugiere que los beneficios de recibirla son mayores que los riesgos, siendo que no se han presentado efectos adversos graves debido a la vacunación en mujeres embarazadas.[4]

Una de las razones por las que se habla de esperar a poner la vacunación en los últimos dos trimestres, es porque se ha observado que los recién nacidos de personas que presentaron fiebres altas durante el primer trimestre de embarazo tienen un mayor riesgo de presentar algunos tipos de alteraciones congénitas, sin embargo, el riesgo es pequeño. Este riesgo parece disminuir con el uso de antipiréticos por lo que en caso de ser necesario el médico puede indicar medicamento para contrarrestar la fiebre.[5]

La evidencia que tenemos hasta el momento refuerza que “es mucho más seguro que una mujer embarazada se vacune, a que no se vacune. El COVID-19 en mujeres embarazadas, particularmente en el último trimestre, puede ser fatal y las mujeres sin vacuna tienen mayor riesgo de complicaciones”, resalta la Dra. Izeta.

Estudiar la vacunación en mujeres embarazadas implica estudiar también los efectos de la inmunización en los recién nacidos. Lo que nos lleva a la siguente pregunta frecuente sobre la vacunación anti-COVID-19.

¿La vacuna va a alterar el sistema inmune de mi hijo?

Existe información limitada sobre el efecto en la inmunidad neonatal en mujeres vacunadas contra la COVID-19 durante su embarazo.

En la vacunación contra otras enfermedades virales como la influenza, se ha observado que los anticuerpos IgG producidos como respuesta a la vacunación atraviesan la placenta y reducen la morbimortalidad neonatal debida a influeza. De igual manera, existen reportes de que neonatos nacidos de madres que tuvieron COVID-19 durante el embarazo, nacieron con anticuerpos IgG para SARS-CoV-2 como resultado de la transferencia a través de la placenta.[6]

Un estudio realizado en Israel comparó los anticuerpos para la COVID-19 presentes en muestras de sangre obtenidas del cordón umbilical de recién nacidos de mujeres que tuvieron infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo y mujeres que fueron vacunadas durante el último trimestre. En ambos grupos se observó la presencia de anticuerpos, siendo significativamente más alta en las mujeres que recibieron la vacuna. Los autores conluyen que esto puede mostrar que estimular la inmunidad durante el embarazo tiene beneficios a nivel serológico para el bebé.[7]

Se necesitan más estudios para ampliar el conocimiento sobre cómo se afecta el sistema inmunológico del recién nacido, sin embargo, la inmunización durante el embarazo y la lactancia puede resultar importante pues “los anticuerpos generados por las vacunas pueden cruzar la barrera placentaria e incluso pueden pasar al bebé a través de la leche manterna, ese es uno de los principales objetivos de la lactancia, que a través de la leche las madres puedan dar anticuerpos que protegen a los bebés de infecciones, sobretodo en el primer año de vida”, resalta la Dra. Suria Izeta.

¿Me puedo poner al mismo tiempo la vacuna contra la COVID-19 y la de influenza?

Con la temporada de influeza llegando a varias partes del mundo es importante activar las campañas de vacunación para proteger a la población y reducir la carga de enfermedades respiratorias durante esta época. En la mayor parte del mundo, la vacunación contra la COVID-19 continúa, trayendo la duda de si estas dos vacunas pueden ser aplicadas al mismo tiempo.

El Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos resalta que “para la temporada de influenza 2021-2022, la vacunación contra la influenza será fundamental para reducir el impacto de las enfermedades respiratorias atribuidas a la influenza y las cargas resultantes en el sistema de salud durante la pandemia de COVID-19”.

“No hay ninguna contraindicación, incluso se pueden aplicar las dos vacunas juntas. En estos momentos hay muchas personas que ya recibieron las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19, y algunas que están en espera de la segunda, en cualquiera de los dos casos, la recomendación es que se vacunen contra la influenza”, explica la Dra. Suria Izeta.

Los efectos que pueden manifestarse después de estas vacunas incluyen fiebre, dolor en el cuerpo, dolor de cabeza y otros síntomas, sin embargo de acuerdo al Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, se ha visto que poner diferentes vacunas al mismo tiempo no causa peores efectos secundarios.

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¿La vacuna facilita el desarrollo de SIDA u otras enfermedades infecciosas?

Esta preocupación surge tras la editorial de Susan P. Buchbinder y colaboradores en la prestigiosa revista The Lancet.[8] En esta publicación los autores expresan su preocupación sobre le uso de vector de adenovirus recombinante tipo 5 (Ad5) para un estudio fase 1 de vacuna anti-COVID-19.

Existen diferentes métodos por los cuales las vacunas generan una respuesta inmune, “algunas vacunas usan virus modificados para introducir información que el cuerpo usa para protegernos, es importante aclarar que no es el virus, sino un virus inocuo. Esto produce una reacción en el cuerpo para producir que se llama proteína de espigabloqueando la capacidad del virus de unirse a los receptores de las células, y sin esta unión entonces no hay infección”, explica la Dra. Izeta.

Este es el caso del adenovirus recombinante tipo 5 (Ad5) que fue utilizado en estudio clínicos en una vacuna contra el virus de la inmunodeficiencia humana. Durante esos estudios los investigadores observaron un incremento en el riesgo de adquirir el virus de la inmunodeficiencia humana. Cabe mencionar que este incremento en el riesgo fue particularmente elevado en hombres que tuvieron relaciones sexuales con parejas que al ingresar al estudio eran seropositivas a virus de la inmunodeficiencia humana o se desconocía su estatus serológico para virus de la inmunodeficiencia humana.

En 2013 se celebró una conferencia de consenso sobre los vectores Ad5 con la participación de distintos Institutos Nacionales de Salud, donde concluyeron que los ensayos de vacunas no relacionadas con el virus de la inmunodeficiencia humana que utilizaron vectores similares en áreas de alta prevalencia del virus de la inmunodeficiencia humana podrían conducir a un mayor riesgo de contraer el virus de la inmunodeficiencia humana-1 en la población vacunada.[8]

El uso de adenovirus como vector se ha usado de forma efectiva y segura en vacunas contra virus como el ébola, zika, etc., sin resultados que indiquen un aumento de esas enfermedades o de contraer virus de la inmunodeficiencia humana, por lo que los observado por Susan P. Buchbinder y colaboradores podría ser solo aplicable para vacunas contra el virus de la inmunodeficiencia humana.

Las vacunas contra la COVID-19 que usan vectores virales son sometidos a los mismos estándares científicos y éticos que otros estudios, por lo que sólo aquellos que sean seguros podrán avanzar a las siguientes fases hasta su aprobación para uso en la población en general.

Así que esto no quiere decir que la vacuna contra la COVID-19 per se aumente el riesgo de virus de la inmunodeficiencia humana, y menos aún si no existen conductas de riesgo.

La Dra. Suria ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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El abuso de sustancias incrementa el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 aun después de la vacunación

Los individuos con trastornos por uso de sustancias tienen el doble del riesgo de hospitalización y muerte relacionadas con COVID-19 aun después de la vacunación, según nueva investigación.

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Los investigadores analizaron datos de más de 10.000 individuos vacunados con diferentes trastornos por uso de sustancias y de casi 600.000 individuos vacunados sin un trastorno por uso de sustancias. Descubrieron que aproximadamente el doble de individuos con un trastorno por uso de sustancias tenía una infección por COVID-19 que sus homólogos sin un trastorno por uso de sustancias (7% frente a 3,6%, respectivamente).

Además, el riesgo de hospitalizaciones y muertes como resultado de la infección intercurrente también fue más elevado en personas con trastornos por uso de sustancias que en las que no lo tenían.

“Es decisivo que los médicos continúen priorizando la vacunación en personas con trastornos por uso de sustancias y que a la vez reconozcan que incluso después de la vacunación, este grupo tiene un mayor riesgo y han de continuar tomando medidas protectoras contra la COVID-19”, declaró a Medscape Noticias Médicas la Dra. Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse.

“Además, los médicos deben indagar si sus pacientes tienen un trastorno por uso de sustancias para comprender mejor sus riegos y necesidades asistenciales ya que muchos médicos no evalúan ni preguntan sobre el trastorno por uso de sustancias, lo cual es una tremenda oportunidad que se pasa por alto y que probablemente ponga en riesgo su capacidad para atender eficazmente a sus pacientes”, dijo.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 5 de octubre en World Psychiatry.

Fase preocupante

Los trastornos por uso de sustancias “suelen asociarse con múltiples trastornos concomitantes que representan factores de riesgo para un desenlace grave de la COVID-19”, señalan los investigadores.

Los estudios publicados al inicio de la pandemia demostraron que pacientes con trastorno por uso de sustancias, que incluye alcohol, cannabis, cocaína, opioides y trastorno por uso de tabaco, tenían “un mayor riesgo de COVID-19 y desenlaces graves asociados, en especial los afroestadounidenses”, añaden.

Hasta el momento, ninguna investigación se ha centrado en el riesgo potencial de COVID-19 en individuos con trastorno por uso de sustancias tras la vacunación. Además, aunque las vacunas son “muy eficaces”, se han registrado infecciones intercurrentes, “lo que resalta la necesidad de identificar poblaciones que podrían ser más vulnerables, pues hemos entrado en una nueva fase preocupante de la pandemia”, afirman los autores.

Para el estudio, los investigadores utilizaron una plataforma analítica de datos que incluyó información anonimizada de 63 organizaciones asistenciales de Estados Unidos para estimar el riesgo de COVID-19 intercurrente en pacientes vacunados que tenían un trastorno por uso de sustancias (n = 30.183; media de edad: 59,3 años; 51,4% hombres; 63,2% blancos, 26,2% afroestadounidenses), en comparación con individuos vacunados sin trastorno por uso de sustancias (n = 549.189; media de edad: 54,7 años; 43,2% hombres, 63,4% blancos, 14,3% afroestadounidenses) entre diciembre de 2020 y agosto de 2021.

También llevaron a cabo análisis estadísticos para examinar cómo se modificaba la tasa de casos intercurrentes durante ese periodo.

Las cohortes fueron equiparadas por características demográficas, determinantes socioeconómicos adversos de la salud, trastornos médicos y psiquiátricos concomitantes en el curso de la vida y tipo de vacuna.

De los pacientes con trastorno por uso de sustancias vacunados, tres cuartas partes recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech, una quinta parte recibió la vacuna de Moderna y 3,3% recibieron la vacuna de Johnson & Johnson.

En cambio, de la población sin trastorno por uso de sustancias vacunada, casi todos (88,2%) recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech, 10% recibieron la de Moderna y solo 1,2% recibió la vacuna de Johnson & Johnson.

Factores subyacentes condicionantes

La prevalencia de determinantes socioeconómicos adversos de la salud fue más elevada en individuos vacunados con trastorno por uso de sustancias que en aquellos sin trastornos por uso de sustancias (7,9% frente a 1,2%, respectivamente). Además, los pacientes vacunados con trastorno por uso de sustancias tenían una mayor prevalencia de todos los trastornos concomitantes, así como de trasplantes (p < 0,001 para todos) en el curso de la vida.

El riesgo de infección intercurrente fue significativamente mayor en individuos vacunados con trastorno por uso de sustancias que en aquellos sin trastorno por uso de sustancias (p < 0,001 para todos).

Tabla. Riesgo de COVID-19 intercurrente en poblaciones con y sin trastorno por uso de sustancias equiparadas por puntuación de propensión.

TrastornoRiesgo en la cohorte con trastorno por uso de sustanciasRiesgo en la cohorte sin trastorno por uso de sustancias equiparadaHazard ratio (IC de 95%)
Alcohol
(n = 7.802)
7,2%3,7%1,17
(1,01 a 1,35)
Cannabis
(n = 2.055)
7,8%2,3%1,92
(1,39 a 2,66)
Cocaína
(n = 1.011)
7,7%2,4%2,06
(1,30 a 3,25)
Opioides
(n = 2.379)
7,1%3,2%1,31
(1,00 a 1,71)
Tabaco
(n = 21.935)
6,8%3,9%1,06
(0,98 a 1,15)

Después de ajustar los factores socioeconómicos adversos determinantes de la salud y trastornos médicos concomitantes, el riesgo de infección intercurrente “ya no fue diferente en las cohortes con trastorno por uso de sustancias que en aquellas sin trastorno por uso de sustancias, excepto para los pacientes con un trastorno por uso de cannabis, que permanecieron con un riesgo significativamente aumentado”, informan los autores.

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En las dos poblaciones, la tasa de infecciones intercurrentes “aumentó constantemente” entre enero y agosto de 2021.

MesPoblación con trastorno por uso de sustanciasPoblación sin trastorno por uso de sustancias
Enero de 20210 casos/días-persona0 casos/días-persona
Junio de 20210,001 casos/días-persona0,0009 casos/días-persona
Agosto de 20210,0025 casos/días-persona0,0049 casos/días-persona

El riesgo de hospitalización y muerte fue más alto en aquellos con infecciones intercurrentes que en los de la cohorte equiparada sin infecciones intercurrentes, pero el riesgo de hospitalización y muerte fue más elevado en la población con trastorno por uso de sustancias que en la población sin trastornos por uso de sustancias.

DesenlaceRiesgo general: trastorno por uso de sustanciasRiesgo general: sin trastorno por uso de sustancias
HospitalizaciónCohorte intercurrente: 22,5%;
cohorte no intercurrente: 1,6%
Cohorte intercurrente; 17,5%;
cohorte no intercurrente: 0,5%
MuerteCohorte intercurrente: 1,7;
cohorte no intercurrente: 0,5%
Cohorte intercurrente: 1,1%;
cohorte no intercurrente: 0,2%

En los pacientes con trastorno por uso de sustancias, después de equiparar diversos factores demográficos, socioeconómicos y médicos, así como el tipo de vacuna, solo el trastorno por uso de cannabis se asoció con un mayor riesgo en afroestadounidenses, en comparación con blancos equiparados (HR = 1,63; IC de 95%: 1,06 a 2,51).

“Cuando ajustamos los datos para tener en cuenta comorbilidades y antecedentes socioeconómicos, ya no observamos ninguna diferencia entre aquellos con trastornos por uso de sustancias y los que no los tenían; la única excepción fueron las personas con trastorno por uso de cannabis”, dijo la Dra. Volkow.

“Esto parece indicar que estos factores, que a menudo se asocian con trastornos por uso de sustancias, probablemente son los factores subyacentes que determinan el mayor riesgo”, continuó.

Añadió que es importante que en otros estudios se investigue porqué los individuos con trastorno por uso de cannabis tienen más riesgo de infecciones intercurrentes.

Buenas y malas noticias

En su comentario para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Anna Lembke, profesora de psiquiatría y ciencias de la conducta de Stanford University, en Stanford, Estados Unidos, dijo que el estudio es importante y contiene buenas y malas noticias.

La buena noticia, dijo, “es que, después de ajustar trastornos concomitantes y variables socioeconómicas, los pacientes con trastorno por uso de sustancias no tienen más probabilidades que los pacientes sin trastorno por uso de sustancias de contraer COVID-19 después de vacunarse, y la mala noticia es que si los pacientes vacunados con trastorno por uso de sustancias desarrollan COVID-19 son más propensos a terminar hospitalizados o a morir a consecuencia de la enfermedad”, dijo la Dra. Lembke, quien no intervino en el estudio.

“La conclusión práctica para los médicos es que si un paciente vacunado con un trastorno por uso de sustancias contrae COVID-19, hay que estar alerta a un desenlace médico más complicado y un mayor riesgo de muerte”, advirtió la Dra. Lembke.

Este estudio fue financiado por el US National Institute on Drug Abuse, el US National Institute of Aging y la Clinical and Translational Science Collaborative (CTSC) de Cleveland. No se mencionaron conflictos de intereses en el estudio original. La Dra. Lembke ha declarado no tener relaciones económicas pertinentes.

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“La única alternativa para eliminar la poliomielitis de las Américas es abandonar la vacuna oral atenuada”

Eliminar de los esquemas regulares o refuerzos la vacuna oral atenuada contra la poliomielitis (OPV) es la única forma de garantizar la eliminación de la enfermedad de las Américas, en especial, por la amenaza latente de la infección por poliovirus circulante derivado de la vacuna (cVDPV), que en varios países fuera de la región ha provocado un aumento “explosivo” de casos en los últimos años.

Así lo propuso la Dra. Luiza Helena Falleiros-Arlant, infectóloga del Departamento de Salud de la Niñez de la Facultad de Medicina de la Universidade Metropolitana de Santos , en Santos, Brasil, y expresidenta de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE), durante una conferencia en el XIX Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica (SLIPE 2021) que tuvo lugar de manera virtual entre el 13 y 15 de octubre.

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“La única alternativa actual para eliminar el poliovirus es abandonar la vacuna oral atenuada y pasar a la vacuna inactivada, la cual no propaga virus de polio derivado de la vacuna atenuada en la comunidad”, enfatizó la Dra. Falleiros-Arlant a Medscape en español.

“Cuantos más virus atenuados pones en circulación y se diseminan en la comunidad por los intestinos de los que recibieron la vacuna, mayor es el riesgo, porque la cobertura es muy baja y heterogénea”, agregó.

La Dra. Falleiros-Arlant firmó en 2020 un alegato en The Lancet con cinco colegas de Estados Unidos y Costa Rica: “Aunque la vacuna oral haya sido extremadamente útil en el proceso de eliminación de la polio [el continente americano fue el primero en certificar la erradicación de los tres serotipos de poliovirus salvaje en 1994, tres años después del último caso detectado en la región], hoy es la principal causa de polio en las Américas”.[2] La ecuación riesgo-beneficio cambió con el tiempo.

Basar los esquemas de vacunación contra la poliomielitis solamente en la vacuna inactivada “es imprescindible”, coincidió la Dra. Silvia González Ayala, profesora titular de la cátedra de Infectología en la Facultad de Ciencias Médica de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina.

“Es inadmisible que un niño quede paralítico por virus vacunales”, dijo la Dra. González Ayala a Medscape en español.

Los efectos del switch

Los poliovirus circulantes derivados de la vacuna provocan brotes cuando un virus atenuado de la vacuna (cepa Sabin) se transmite de persona a persona en sitios con bajas coberturas de vacunación, en ese proceso muta y recupera su neurovirulencia y capacidad de diseminación.

A mediados de la década pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó un “switch” o cambio de la vacuna oral trivalente por una bivalente, sin el serotipo 2, el más involucrado en brotes de poliovirus circulante derivado de la vacuna. También recomendó comenzar el esquema con al menos una dosis de la vacuna inactivada (IPV), política que adoptaron todos los países de la región y que logró bajar los casos de poliomielitis paralítica asociada con las vacunas atenuadas (VAPP), cuyo riesgo es más grande en pacientes inmunocomprometidos y después de una primera dosis. 

Pero la historia con el poliovirus circulante derivado de la vacuna fue distinta. “Al principio, se pensaba que con el ‘switch’ sería suficiente, pero los casos aumentaron muchísimo después del cambio. Esto ocurrió porque seguramente ya estaban circulando y no habían sido detectados. Por otro lado, para combatir esos brotes se usó una vacuna atenuada oral monovalente con el serotipo 2 (mOPV2), lo cual puso más virus derivado de la vacuna por serotipo 2 en la comunidad y aumentó los casos”, puntualizó la Dra. Falleiros-Arlant.

Según describió la especialista en su exposición, solo en 2019 se produjeron más de 40 brotes de poliovirus circulante derivado de la vacuna en países de África y Asia, cuando en 2016 solo se habían reportado 13 personas afectadas. Según un informe del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la OMS, en 2020 los casos reportados fueron 1.087, casi el triple de los de 2019.[3]

En comparación, en lo que va del 2021, solo hubo dos casos reportados de parálisis flácida por poliovirus salvaje (serotipo 1) en los dos países endémicos, Afganistán y Pakistán, “aunque probablemente haya varios poliovirus salvajes circulando en el medio ambiente de aquella región, independiente de no haber casos notificados”, señaló la Dra. Falleiros-Arlant.

En 2018, se investigó un supuesto caso de poliomielitis en Venezuela asociado a un poliovirus salvaje o a un virus circulante derivado de la vacunación, lo que habría significado la reemergencia de la enfermedad en un área libre de polio. El temor fue infundado. Pero ese escenario todavía sigue siendo posible en Latinoamérica, advirtió la Dra. Falleiros-Arlant en diálogo con Medscape en español.

“Como todavía tenemos virus salvajes en Pakistán y Afganistán, el riesgo de importación de un virus salvaje existe. Pero todavía es mayor el riesgo de importación de un poliovirus circulante derivado de la vacunación de serotipo 2, porque en 2020 fueron notificados más de 1.000 casos de parálisis flácida aguda por esa causa, especialmente en el continente africano. En 2021 ya superan los 300 casos, con algunos de poliovirus circulante derivado de la vacunación del serotipo 1. Y por cada caso detectado o notificado, se calcula que hay centenares de portadores asintomáticos, no reconocidos, capaces de diseminar el virus”, añadió.

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El desafío: aumentar las coberturas y la vigilancia de las parálisis flácidas

En la actualidad, solo cinco países de Latinoamérica quitaron la vacuna oral atenuada de sus esquemas o refuerzos: Costa Rica, Chile, Uruguay y, más recientemente, Argentina y México. Todos ellos aplican cuatro dosis de la vacuna inactivada, sola o en combinación con otras vacunas. Estados Unidos y Canadá ya habían abandonado la vacuna oral desde fines del siglo pasado, al igual que todos los países de Europa. En cambio, según datos de OPS de octubre de 2020, 34 países y territorios de la región todavía la usan.

Pero además de avanzar hacia el abandono de esa vacuna, la Dra. Falleiros-Arlant instó a fortalecer las coberturas de vacunación.

“La pandemia impactó mucho de manera general en las campañas de inmunización y las coberturas para todas las vacunas cayó muchísimo. Y para polio, igualmente. La recomendación es vacunar, vacunar y vacunar, usando vacunas combinadas para simplificar calendarios, facilitar la logística y bajar los costos”, dijo.

Según materiales difundidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para este Día Mundial de la Lucha contra la Poliomielitis, “estamos a un paso de erradicar la poliomielitis en el mundo”, pero para ello se requiere que los niños de 2 meses a 6 años completen sus esquemas “con las dosis recomendadas”.

La Dra. Falleiros-Arlant también sugirió fortalecer la vigilancia activa de las parálisis flácidas agudas (para evaluar si fueron causadas por un poliovirus). “Lo que la OMS recomienda para la mayoría de los países del continente es que haya al menos un caso notificado cada 100.000 habitantes menores de 15 años. Pero estamos por la mitad de esa tasa, lo que significa que la mitad de los casos de parálisis flácida aguda que debieron haber sido investigados, ni siquiera fueron notificados”, lamentó. Además, reclamó complementarlo con estrategias de vigilancia ambiental, por ejemplo, en aguas residuales, para detectar la circulación “silenciosa” de virus.

“¿Cómo sabemos si no tenemos casos de poliovirus circulantes derivados de la vacuna en la región simplemente porque no se los busca?”, preguntó.

Este miércoles 20, la directora de la OPS, la Dra. Carissa F. Etienne, sostuvo que, “aunque nuestra región no ha visto un caso de polio debido al poliovirus salvaje en 30 años, todos nuestros estados miembros continúan monitoreando la polio y vacunando contra la enfermedad hoy para que todos podamos estar a salvo”.

La Dra. Falleiros-Arlant y la Dra. González Ayala han declarado no tener ningún conflicto de interés económicos pertinente. 

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