El abuso de sustancias incrementa el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 aun después de la vacunación

Los individuos con trastornos por uso de sustancias tienen el doble del riesgo de hospitalización y muerte relacionadas con COVID-19 aun después de la vacunación, según nueva investigación.

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Los investigadores analizaron datos de más de 10.000 individuos vacunados con diferentes trastornos por uso de sustancias y de casi 600.000 individuos vacunados sin un trastorno por uso de sustancias. Descubrieron que aproximadamente el doble de individuos con un trastorno por uso de sustancias tenía una infección por COVID-19 que sus homólogos sin un trastorno por uso de sustancias (7% frente a 3,6%, respectivamente).

Además, el riesgo de hospitalizaciones y muertes como resultado de la infección intercurrente también fue más elevado en personas con trastornos por uso de sustancias que en las que no lo tenían.

“Es decisivo que los médicos continúen priorizando la vacunación en personas con trastornos por uso de sustancias y que a la vez reconozcan que incluso después de la vacunación, este grupo tiene un mayor riesgo y han de continuar tomando medidas protectoras contra la COVID-19”, declaró a Medscape Noticias Médicas la Dra. Nora Volkow, directora del National Institute on Drug Abuse.

“Además, los médicos deben indagar si sus pacientes tienen un trastorno por uso de sustancias para comprender mejor sus riegos y necesidades asistenciales ya que muchos médicos no evalúan ni preguntan sobre el trastorno por uso de sustancias, lo cual es una tremenda oportunidad que se pasa por alto y que probablemente ponga en riesgo su capacidad para atender eficazmente a sus pacientes”, dijo.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 5 de octubre en World Psychiatry.

Fase preocupante

Los trastornos por uso de sustancias “suelen asociarse con múltiples trastornos concomitantes que representan factores de riesgo para un desenlace grave de la COVID-19”, señalan los investigadores.

Los estudios publicados al inicio de la pandemia demostraron que pacientes con trastorno por uso de sustancias, que incluye alcohol, cannabis, cocaína, opioides y trastorno por uso de tabaco, tenían “un mayor riesgo de COVID-19 y desenlaces graves asociados, en especial los afroestadounidenses”, añaden.

Hasta el momento, ninguna investigación se ha centrado en el riesgo potencial de COVID-19 en individuos con trastorno por uso de sustancias tras la vacunación. Además, aunque las vacunas son “muy eficaces”, se han registrado infecciones intercurrentes, “lo que resalta la necesidad de identificar poblaciones que podrían ser más vulnerables, pues hemos entrado en una nueva fase preocupante de la pandemia”, afirman los autores.

Para el estudio, los investigadores utilizaron una plataforma analítica de datos que incluyó información anonimizada de 63 organizaciones asistenciales de Estados Unidos para estimar el riesgo de COVID-19 intercurrente en pacientes vacunados que tenían un trastorno por uso de sustancias (n = 30.183; media de edad: 59,3 años; 51,4% hombres; 63,2% blancos, 26,2% afroestadounidenses), en comparación con individuos vacunados sin trastorno por uso de sustancias (n = 549.189; media de edad: 54,7 años; 43,2% hombres, 63,4% blancos, 14,3% afroestadounidenses) entre diciembre de 2020 y agosto de 2021.

También llevaron a cabo análisis estadísticos para examinar cómo se modificaba la tasa de casos intercurrentes durante ese periodo.

Las cohortes fueron equiparadas por características demográficas, determinantes socioeconómicos adversos de la salud, trastornos médicos y psiquiátricos concomitantes en el curso de la vida y tipo de vacuna.

De los pacientes con trastorno por uso de sustancias vacunados, tres cuartas partes recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech, una quinta parte recibió la vacuna de Moderna y 3,3% recibieron la vacuna de Johnson & Johnson.

En cambio, de la población sin trastorno por uso de sustancias vacunada, casi todos (88,2%) recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech, 10% recibieron la de Moderna y solo 1,2% recibió la vacuna de Johnson & Johnson.

Factores subyacentes condicionantes

La prevalencia de determinantes socioeconómicos adversos de la salud fue más elevada en individuos vacunados con trastorno por uso de sustancias que en aquellos sin trastornos por uso de sustancias (7,9% frente a 1,2%, respectivamente). Además, los pacientes vacunados con trastorno por uso de sustancias tenían una mayor prevalencia de todos los trastornos concomitantes, así como de trasplantes (p < 0,001 para todos) en el curso de la vida.

El riesgo de infección intercurrente fue significativamente mayor en individuos vacunados con trastorno por uso de sustancias que en aquellos sin trastorno por uso de sustancias (p < 0,001 para todos).

Tabla. Riesgo de COVID-19 intercurrente en poblaciones con y sin trastorno por uso de sustancias equiparadas por puntuación de propensión.

TrastornoRiesgo en la cohorte con trastorno por uso de sustanciasRiesgo en la cohorte sin trastorno por uso de sustancias equiparadaHazard ratio (IC de 95%)
Alcohol
(n = 7.802)
7,2%3,7%1,17
(1,01 a 1,35)
Cannabis
(n = 2.055)
7,8%2,3%1,92
(1,39 a 2,66)
Cocaína
(n = 1.011)
7,7%2,4%2,06
(1,30 a 3,25)
Opioides
(n = 2.379)
7,1%3,2%1,31
(1,00 a 1,71)
Tabaco
(n = 21.935)
6,8%3,9%1,06
(0,98 a 1,15)

Después de ajustar los factores socioeconómicos adversos determinantes de la salud y trastornos médicos concomitantes, el riesgo de infección intercurrente “ya no fue diferente en las cohortes con trastorno por uso de sustancias que en aquellas sin trastorno por uso de sustancias, excepto para los pacientes con un trastorno por uso de cannabis, que permanecieron con un riesgo significativamente aumentado”, informan los autores.

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En las dos poblaciones, la tasa de infecciones intercurrentes “aumentó constantemente” entre enero y agosto de 2021.

MesPoblación con trastorno por uso de sustanciasPoblación sin trastorno por uso de sustancias
Enero de 20210 casos/días-persona0 casos/días-persona
Junio de 20210,001 casos/días-persona0,0009 casos/días-persona
Agosto de 20210,0025 casos/días-persona0,0049 casos/días-persona

El riesgo de hospitalización y muerte fue más alto en aquellos con infecciones intercurrentes que en los de la cohorte equiparada sin infecciones intercurrentes, pero el riesgo de hospitalización y muerte fue más elevado en la población con trastorno por uso de sustancias que en la población sin trastornos por uso de sustancias.

DesenlaceRiesgo general: trastorno por uso de sustanciasRiesgo general: sin trastorno por uso de sustancias
HospitalizaciónCohorte intercurrente: 22,5%;
cohorte no intercurrente: 1,6%
Cohorte intercurrente; 17,5%;
cohorte no intercurrente: 0,5%
MuerteCohorte intercurrente: 1,7;
cohorte no intercurrente: 0,5%
Cohorte intercurrente: 1,1%;
cohorte no intercurrente: 0,2%

En los pacientes con trastorno por uso de sustancias, después de equiparar diversos factores demográficos, socioeconómicos y médicos, así como el tipo de vacuna, solo el trastorno por uso de cannabis se asoció con un mayor riesgo en afroestadounidenses, en comparación con blancos equiparados (HR = 1,63; IC de 95%: 1,06 a 2,51).

“Cuando ajustamos los datos para tener en cuenta comorbilidades y antecedentes socioeconómicos, ya no observamos ninguna diferencia entre aquellos con trastornos por uso de sustancias y los que no los tenían; la única excepción fueron las personas con trastorno por uso de cannabis”, dijo la Dra. Volkow.

“Esto parece indicar que estos factores, que a menudo se asocian con trastornos por uso de sustancias, probablemente son los factores subyacentes que determinan el mayor riesgo”, continuó.

Añadió que es importante que en otros estudios se investigue porqué los individuos con trastorno por uso de cannabis tienen más riesgo de infecciones intercurrentes.

Buenas y malas noticias

En su comentario para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Anna Lembke, profesora de psiquiatría y ciencias de la conducta de Stanford University, en Stanford, Estados Unidos, dijo que el estudio es importante y contiene buenas y malas noticias.

La buena noticia, dijo, “es que, después de ajustar trastornos concomitantes y variables socioeconómicas, los pacientes con trastorno por uso de sustancias no tienen más probabilidades que los pacientes sin trastorno por uso de sustancias de contraer COVID-19 después de vacunarse, y la mala noticia es que si los pacientes vacunados con trastorno por uso de sustancias desarrollan COVID-19 son más propensos a terminar hospitalizados o a morir a consecuencia de la enfermedad”, dijo la Dra. Lembke, quien no intervino en el estudio.

“La conclusión práctica para los médicos es que si un paciente vacunado con un trastorno por uso de sustancias contrae COVID-19, hay que estar alerta a un desenlace médico más complicado y un mayor riesgo de muerte”, advirtió la Dra. Lembke.

Este estudio fue financiado por el US National Institute on Drug Abuse, el US National Institute of Aging y la Clinical and Translational Science Collaborative (CTSC) de Cleveland. No se mencionaron conflictos de intereses en el estudio original. La Dra. Lembke ha declarado no tener relaciones económicas pertinentes.

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