El COVID-19 respeta la función pulmonar en adultos jóvenes

Por una vez hay noticias alentadoras en relación con las infecciones por el SARS-CoV-2: un estudio de adultos jóvenes con datos de espirometría disponibles antes de la pandemia demostró que la COVID-19 no tenía una repercusión importante en la función pulmonar, incluso en pacientes con asma.

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Entre 853 participantes suecos (media de edad: 22 años) que fueron parte de un estudio de una cohorte de nacimiento, no hubo diferencias significativas en el volumen espiratorio forzado en el primer segundo o en el cociente de volumen espiratorio forzado en el primer segundo a capacidad vital forzada, informó la Dra. Ida Mogensen, Ph. D., becaria posdoctoral en el Karolinska Institute, en Estocolmo, Suecia.

“No encontramos ningún efecto de la COVID-19 sobre la función pulmonar espirométrica en adultos generalmente sanos”, señaló en un resumen oral presentado en el Congreso Internacional de la European Respiratory Society (ERS) de 2021, que tuvo lugar de forma virtual.

Los resultados hacen eco de los de un estudio pequeño que incluyó 73 niños y adolescentes con COVID-19 y 45 personas de control sin infección. Los investigadores en ese estudio, que también se presentó en European Respiratory Society 2021, encontraron que no hubo diferencias significativas en la frecuencia de valores de función pulmonar normales entre los pacientes con la infección y los pacientes de control.

“Los resultados de estos dos estudios proporcionan tranquilidad importante acerca del impacto de la infección por el SARS-CoV-2 sobre la función pulmonar en niños y adultos jóvenes”, comentó la Dra. Anita Simonds, consultora honoraria en medicina respiratoria y del sueño en el Royal Brompton Hospital, en Londres, Reino Unido.

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“Ya sabemos que este grupo tiene menos probabilidades de padecer enfermedad grave si contrae el virus y estos estudios, que de manera importante incluyen grupos de comparación sin COVID-19, demuestran que también tienen menos probabilidades de sufrir las consecuencias en la función pulmonar a largo plazo”, añadió la Dra. Simonds, quien no intervino en ninguno de los dos estudios.

Estudio de adultos jóvenes

La Dra. Mogenson y sus colaboradores evaluaron datos de 853 participantes en el Proyecto BAMSE, un estudio prospectivo de una cohorte de nacimiento que incluyó 4.089 niños nacidos en Estocolmo entre 1994 y 1996. De los participantes, 147 tenían asma. Se les había efectuado seguimiento periódico con cuestionarios sobre síntomas respiratorios y medicación. Además, en el seguimiento a 8 y 16 años, se evaluaron parámetros espirométricos y los niveles de fracción exhalada de óxido nítrico, se aplicaron pruebas de sensibilización alérgica y se determinaron los valores de eosinófilos en sangre.

En 2020 y 2021, durante la pandemia, los participantes se sometieron a pruebas de espirometría y se les evaluó para determinar anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y autonotificaron el uso de corticoesteroides inhalados.

Los investigadores definieron el asma como cualquier diagnóstico establecido por un médico y síntomas de asma o uso de medicación antiasmática en el año previo. Se determinó que los participantes eran seropositivos para SARS-CoV-2 si habían tenido anticuerpos inmunoglobulina G a la proteína en espiga del SARS-CoV-2 mayor a 25,09 AU/ml, anticuerpos inmunoglobulina M mayor a 14,42 AU/ml o anticuerpos inmunoglobulina A mayor a 2,61 AU/ml, según la determinación mediante enzimoinmunoanálisis de adsorción.

Se excluyó a los participantes que se habían vacunado contra la COVID-19.

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Sin disminuciones importantes

Un total de 243 participantes, incluidos 38 con asma, fue seropositivo para el SARS-CoV-2. El cambio medio de la función pulmonar desde antes de la pandemia hasta la fecha de terminación del estudio durante la pandemia no fue significativamente diferente entre los participantes seropositivos y los participantes seronegativos o entre los participantes positivos para IgM o los seronegativos.null

Asimismo, no hubo diferencia significativa en la función pulmonar entre participantes seropositivos y seronegativos en un análisis que se ajustó con respecto a sexo, índice de masa corporal, antecedente de tabaquismo o función pulmonar previa a la pandemia.

Aunque hubo una tendencia a una función un poco más baja en participantes con asma seropositivos en comparación con los pacientes con asma seronegativos, no fue estadísticamente significativa, añadió la Dra. Mogenson.

Tampoco se observaron reducciones importantes de la función pulmonar desde la medición prepandémica hasta la presente en cualquiera de los parámetros de inflamación, incluidos niveles sanguíneos de eosinófilos fracción exhalada de óxido nítrico, sensibilización alérgica o uso de corticoesteroides inhalados.null

Posible clasificación incorrecta

En el periodo de preguntas y respuestas que siguió a la presentación, el comoderador de la sesión, Dr. Sam Bayat, Ph. D., de la University of Grenoble, en Grenoble, Francia, quien no intervino en el estudio, señaló que “algunos sujetos pueden tener serología positiva sin ningún síntoma, mientras que otros pueden tener enfermedad sintomática y un par de meses más tarde tienen serología negativa”.

Preguntó a la Dra. Mogenson si habían incluido en su estudio a participantes con COVID-19 sintomática y si eso modificaría los resultados.

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“No tuvimos acceso a las pruebas de ARN, por lo que solo tuvimos pruebas serológicas y desde luego algunos participantes podrían haberse clasificado incorrectamente como portadores de la enfermedad, probablemente alrededor de 15%”, reconoció.null

Señaló que no hubo cambios significativos en la función pulmonar en pacientes que refirieron síntomas respiratorios.

El estudio fue financiado por el Consejo de Investigación Sueco, la Fundación Cardiopulmonar Sueca, el Consejo de Investigación Sueco para la Salud, Vida Laboral y Bienestar, el Instituto Karolinska, Formas, el Consejo de Investigación Europea y Región Estocolmo. La Dra. Mogenson, la Dra. Simonds y el Dr. Bayat han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Neil Osterweil, periodista médico galardonado, es un experimentado colaborador de Medscape.

Los ensayos clínicos siguen siendo inadecuados para decir si los cigarrillos electrónicos ayudan a las personas a dejar de fumar

(Reuters Health) – Los ensayos clínicos registrados actuales y anteriores sobre los cigarrillos electrónicos a menudo son demasiado pequeños, demasiado cortos y carecen del apoyo conductual que podría ayudar a las personas a dejar de fumar, sugiere un nuevo estudio.


Un análisis de 66 ensayos registrados completados y en curso que examinaron los efectos de los cigarrillos electrónicos en el abandono o la reducción del tabaquismo también reveló que pocos incluyeron resultados a los 6 meses o más, o informaron sobre los aromas de los cigarrillos electrónicos, y ninguno evaluó dispositivos de cápsula más nuevos “que son diseñado para suministrar nicotina de manera más similar a los cigarrillos “, según el informe de JAMA Psychiatry.

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“Esta es un área de investigación realmente importante”, dijo la coautora del estudio Krysten Bold, profesora asistente en el departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Yale en New Haven, Connecticut. “Y se necesita mucha más información para comprender si estos productos pueden ayudar a las personas que quieren dejar de fumar y cómo pueden hacerlo”.

“Lo que vimos en nuestra revisión es que muchos de los estudios son a corto plazo y no tienen un seguimiento de seis meses o más”, dijo Bold. “Otra cosa que falta es que ninguno de ellos miró los tipos de dispositivos más nuevos. Los cigarrillos electrónicos han cambiado rápidamente en los últimos años”.


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Ha habido alguna evidencia, a partir de un gran metanálisis que se actualiza constantemente, de que los cigarrillos electrónicos han ayudado a algunas personas a dejar de fumar, dijo Bold. El metanálisis sugiere “que los cigarrillos electrónicos funcionan para algunas personas que quieren dejar de fumar y quizás funcionan mejor que algunos otros métodos, pero todavía hay muchas cosas que no sabemos en términos de qué dispositivos, concentraciones de nicotina o sabores pueden ser importante para ayudar a alguien a dejar de fumar “.


Además, “no sabemos lo suficiente acerca de quiénes pueden beneficiarse o incluso cuál es la mejor manera de usarlos”, dijo Bold. “No conocemos las concentraciones de nicotina, cuánto tiempo las personas deberían planear usarlas y cómo deberían reducirse”.


Para observar más de cerca la calidad de la evidencia que se recopila, Bold y sus colegas buscaron en todos los registros de la Red de registros de la Organización Mundial de la Salud, desde el inicio hasta el 11 de enero de 2021, para identificar ensayos que estudian los efectos de los cigarrillos electrónicos en la reducción o el abandono del hábito de fumar. con resultados primarios o secundarios de dejar de fumar, reducción o biomarcadores relacionados.


Los investigadores identificaron 29 ensayos completados y 37 en curso en cuatro registros. Treinta y cinco de los 66 ensayos (53%) estaban reclutando individuos motivados para dejar de fumar, y solo 23 (35%) incluían apoyo conductual para dejar de fumar. La abstinencia de fumar fue un resultado primario o secundario en 49 ensayos (74%), mientras que 17 (26%) evaluó únicamente la reducción del tabaquismo. Los ensayos completados y en curso tenían tamaños de muestra (mediana 140), duraciones (mediana 12 semanas) y comparadores similares; por ejemplo, el 35% comparó los cigarrillos electrónicos con la terapia de reemplazo de nicotina. Pero los ensayos en curso tenían menos probabilidades (38%) de evaluar los resultados a los 6 meses o más que los ensayos completados (72%).

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Ninguno de los ensayos completados informó el estudio de dispositivos de cápsulas más nuevos y solo una pequeña proporción de los ensayos en curso lo hizo (16%). La concentración de nicotina se informó en aproximadamente la mitad (55%) de los ensayos completados y en curso, pero rara vez se informaron sabores de cigarrillos electrónicos (8%).


El Dr. Panagis Galliatsatos no cree que haya una “investigación sólida” que demuestre que estos productos tienen valor como herramientas para dejar de fumar.
“Podría haber un beneficio, pero no lo sé”, dijo el Dr. Galliatsatos, profesor asistente en la división de medicina pulmonar y de cuidados críticos y director de la Clínica de Tratamiento del Tabaco en Johns Hopkins Medicine en Baltimore. “Y no podrá hacerlo a menos que estén dispuestos a hacer todo lo posible y ser regulados”, agregó.”Están poniendo el carro delante del caballo”, dijo el Dr. Galliatsatos. “Están fabricando un producto destinado a ser agradable como los cigarrillos combustibles, pero luego quieren presentar hallazgos médicos que no han sido probados. Si desea promocionar los beneficios médicos, debe pasar por la aprobación de la FDA.

Tenemos productos aprobados por la FDA que hacen el trabajo “.
FUENTE: https://bit.ly/3mSh6C1 JAMA Psychiatry, en línea el 1 de septiembre de 2021.

El asma leve y bien controlada puede ir mejor con corticoesteroides inhalados continuos

Se recomiendan corticoesteroides inhalados como el tratamiento de primera línea para el asma, pero muchos médicos tienen dificultades a la hora de determinar si los pacientes con asma leve bien controlada deberían continuar o suspender el tratamiento.[1]

Investigación previa indica que en los pacientes con asma leve la enfermedad se puede seguir controlando después de suspender el tratamiento de primera línea. Sin embargo, un nuevo estudio a largo plazo indica que mantener el tratamiento con corticoesteroides inhalados puede dar lugar a un mejor control y desenlaces más favorables para algunos pacientes con enfermedad leve persistente y bien controlada.

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El cumplimiento del tratamiento del asma puede ser difícil para muchos pacientes y la falta de cumplimiento puede originar exacerbaciones del asma. Aunque en general se recomienda el tratamiento con corticoesteroides inhalados, hay un riesgo potencial de ciertos efectos secundarios a largo plazo.

Dado este riesgo de posibles efectos adversos, a veces se pide a los médicos que determinen si se pueden suspender o reducir sustancialmente los corticoesteroides inhalados en pacientes cuya enfermedad está bien controlada.

En el estudio DISCO (Discontinuation of Inhaled Steroid in Controlled Asthmatics Over 6 Months) los investigadores examinaron los resultados clínicos de pacientes con asma leve bien controlada a quienes se suspendió el corticoesteroide inhalado. Los investigadores compararon los desenlaces de estos pacientes con los de los que continuaron recibiendo el tratamiento con corticoesteroides inhalados durante aproximadamente 3 años. Los hallazgos del estudio fueron publicados el 1 de julio en la versión electrónica de Annals of Allergy, Asthma and Immunology.

Los investigadores observaron una diferencia significativa en el tiempo transcurrido hasta la pérdida del control de la enfermedad entre aquellos en quienes se suspendieron los corticoesteroides inhalados y aquellos cuyo tratamiento se continuó (hazard ratio: 2,56; IC 95%: 1,52 a 4,33; < 0,001).

Hubo una asociación significativa, aunque débil, entre el riesgo de perder el control de la enfermedad y los niveles crecientes de la fracción de óxido nítrico exhalado (= 0,008) y el recuento de eosinófilos en el esputo (= 0,015) en el grupo que continuó con los corticoesteroides inhalados.

Se observaron cuentas de eosinófilos en esputo (= 0,039) y niveles de inmunoglobulina E total en suero (= 0,014) significativamente más elevados en el grupo en que se perdió el control, en comparación con el grupo que continuó el tratamiento y logró el control estable de la enfermedad.

“Los pacientes no siempre hacen lo que les recomendamos ni utilizan de manera constante los fármacos una vez que se sienten mejor o que están bien”, indicó la Dra. Chiu, especialista en alergia e inmunología del Medical College of Wisconsin, en Wauwatosa, Estados Unidos. “Muchos pacientes dejarán de tomar los fármacos cuando sienten que están controlados sus síntomas”.

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La Dra. Chiu, quien no intervino en el estudio DISCO, explicó a Medscape Noticias Médicas que los beneficios de continuar corticoesteroides inhalados incluyen mejoras o mantenimiento de las mejoras en el control del asma y disminución de la inflamación en los pulmones.

“Las desventajas del uso de corticoesteroides inhalados incluyen los costos de la medicación, así como la posible absorción sistémica y los efectos secundarios. Aun cuando la absorción sistémica de los esteroides de los corticoesteroides inhalados es mucho menor que la de los esteroides orales, todavía pueden presentarse efectos secundarios con cualquier medicación, por lo que es importante tratar de utilizar la menor cantidad de medicación que sea necesaria para controlar los síntomas”, añadió.

“En el caso de los pacientes con asma que se tratan con corticoesteroides inhalados, algunos pueden deteriorarse después de suspender el tratamiento con estos fármacos, mientras que otros no”, comentó el Dr. James Li, alergólogo e inmunólogo de la Mayo Clinic, en Rochester, Estados unidos.

Pero puede ser complicado decidir si se suspenden los corticoesteroides inhalados. “Continuar es una opción; como dice el dicho: ‘Si no está roto no lo arregles’. Suspender los corticoesteroides inhalados también tiene sentido para ciertos pacientes, porque ¿quién quiere tomar una medicina que no necesita?”, añadió el Dr. Li.

El Dr. Li resaltó que los médicos deben asegurarse de que los pacientes que suspenden los corticoesteroides inhalados reciban educación adecuada sobre la identificación y el tratamiento inmediato de síntomas en caso de que se presenten. Los médicos también deben vigilar cuidadosamente y de manera sistemática el asma después de suspender el fármaco.

La Dra. Chiu añadió que continuar o suspender el corticoesteroide inhalado se ha de basar en la toma de decisiones compartida entre los pacientes, las familias y el médico clínico.

Los autores del estudio y la Dra. Chiu han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Li ha recibido honorarios por consultoría de GlaxoSmithKline.

Brandon May es un periodista médico independiente que ha escrito más de 900 artículos para publicaciones médicas en Estados Unidos y el Reino Unido. Radica en Brooklyn, Estados Unidos.