Riesgo del virus del herpes e infecciones graves en la dermatitis atópica

Además se relacionó tanto en niños como en adultos, siendo el riesgo mayor en aquellos con enfermedades graves de la piel.

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La dermatitis atópica, es una enfermedad crónica de larga duración que hace que la piel se inflame e irrite. Actualmente esta condición no tiene cura, sin embargo su tratamiento puede controlar los síntomas, acompañado de cuidados en la piel y una dieta sana

El aumento del riesgo de estas infecciones, tales como estafilococos y el virus del herpes simple, fue independiente del uso de medicamentos inmunosupresores para la dermatitis atópica.

Estos hallazgos se suman a la evidencia existente al analizar múltiples tipos de infecciones y enfocarse en las infecciones incidentes después del diagnóstico de dermatitis atópica.

En el estudio se incluyó a 409.431 pacientes con dermatitis atópica y a 1´’809.029 participantes sin la enfermedad.

Los resultados según los investigadores arrojaron que los niños con dermatitis atópica tenían un mayor riesgo de citomegalovirus, herpes y virus de varicela zóster, además el riesgo aumentó de manera dependiente de la dosis al empeorar la gravedad de la dermatitis atópica.

Además el riesgo del virus de Epstein-Barr fue ligeramente mayor en niños con dermatitis atópica leve, pero fue menor en niños con dermatitis atópica moderada y dermatitis atópica severa.

Los niños con dermatitis atópica frente a quienes no la tenían, tuvieron un mayor riesgo de infección nosocomial, además el riesgo fue mayor en aquellos con dermatitis moderada y dermatitis atópica grave.

Por su parte los adultos con dermatitis atópica tuvieron un riesgo mayor de herpes simple y varicela en todos los niveles de gravedad, con el riesgo más alto observado en aquellos con dermatitis atópica severa.

También la dermatitis atópica se asoció con un mayor riesgo del virus de Epstein-Barr, pero esto se debió principalmente a la dermatitis atópica grave. 

La dermatitis atópica no se asoció con un mayor riesgo de infecciones oportunistas en los niños, pero se asoció con un mayor riesgo de infecciones oportunistas en los adultos.

Los resultados se mantuvieron consistentes después de excluir a los pacientes que recibieron tratamientos inmunosupresores para la dermatitis atópica.

Por: Sergio Ortiz Cortes

Mejora de la función sexual con dupilumab en pacientes con dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una enfermedad sistémica inflamatoria crónica y autoinmune de la piel, intensamente pruriginosa y que comprende un amplio grupo de comorbilidades que van mucho más allá del picor y erupciones cutáneas, pudiendo llegar a tener un fuerte impacto psicológico en quienes la padecen. Dentro de este tipo de dolencias se encuentran la ansiedad y la depresión, cuya relación con la dermatitis atópica ha sido objeto de numerosos estudios, pero no son las únicas. Otra patología que padecen de manera significativa las personas, tanto hombres como mujeres, con dermatitis atópica es la disfunción sexual pero, sin embargo, pocos estudios se han ocupado hasta ahora de esta relación.

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Es por ello que investigadores del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, la Universidad de Granada y el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, en España, decidieron estudiar la prevalencia de la disfunción sexual en pacientes con dermatitis atópica de moderada a grave, y ver el posible impacto de la terapia con dupilumab sobre esta patología. Los resultados fueron publicados a mediados de octubre en International Journal of Dermatology.

Dermatitis atópica y disfunción sexual

En un principio puede sorprender que la dermatitis atópica pueda tener un impacto relevante en la vida sexual de quienes la padecen, ya que se trata de una enfermedad de la piel. Por ello, lo primero es definir qué es la disfunción sexual. En el caso masculino se define como la incapacidad persistente de lograr y mantener una erección suficiente para permitir un desempeño sexual satisfactorio. Es decir, disfunción eréctil. Con respecto a las mujeres, esta disfunción se define como la ausencia o reducción del interés en la actividad sexual, disminución de los pensamientos eróticos, reducción del placer sexual durante la actividad sexual o ausencia o disminución de sensaciones durante los encuentros sexuales.

Teniendo en cuenta esta definición, la relación dermatitis atópica/disfunción sexual cobra sentido, ya que “las personas con dermatitis atópica tienen una peor calidad de vida, el continuo picor les puede ocasionar problemas para concentrarse o dormir, las numerosas erupciones cutáneas en su cuerpo pueden bajar su autoestima, etc., lo que hace que sea más complicado que puedan disfrutar de una vida sexual satisfactoria”, declaró a Univadis España el Dr. Ricardo Ruíz Villaverde, dermatólogo del Hospital Universitario San Cecilio en Granada, España, investigador en este estudio.

“Además, hay que tener en cuenta que esta enfermedad en ocasiones se manifiesta en la piel de los genitales, lo cual también puede favorecer la aparición de la disfunción sexual. Es por ello que es de gran interés estudiar si disminuir los síntomas de la dermatitis atópica tienen un impacto positivo en la vida sexual de las personas, tanto hombres como mujeres”, continuó el Dr. Ruíz.

Efecto del dupilumab en la disfunción sexual

Dupilumab es un anticuerpo monoclonal anti-receptor alfa de la interleucina-4 (IL-4) que inhibe la señalización IL-4/IL-13. Se utiliza para tratar los síntomas de la dermatitis atópica en adultos y niños mayores de 12 años que no pueden tomar otros medicamentos, o en aquellos que no han respondido satisfactoriamente a tratamientos previos con otros fármacos.

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Para estudiar su posible impacto sobre la disfunción sexual en personas con dermatitis atópica, se realizó un estudio transversal con 31 pacientes (18 hombres y 13 mujeres) diagnosticados con dermatitis atópica de moderada a grave en la Unidad de Dermatología del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, desde el 1 de julio de 2019 hasta el 30 de junio de 2020, y sin ninguna otra enfermedad que pudiera tener una relación directa con la disfunción sexual. En estos pacientes, cuya edad media fue de 35 (±15) años en los hombres y 33 (±10) en las mujeres, se evaluó la evolución de la disfunción sexual durante un periodo de 6 meses bajo tratamiento con dupilumab.

En el momento de iniciar el tratamiento, 22 pacientes (70,97%) tenían disfunción sexual. De ellos, 10 eran mujeres (76,92%) y 12 hombres (66,67 %). Esta disfunción se evaluó en hombres mediante el cuestionario Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF-5), mientras que para las mujeres se utilizó el cuestionario Índice de Función Sexual Femenina (FSFI). En ambos casos, cuanto menor sea el valor resultante del cuestionario, mayor será la disfunción sexual. En los hombres la disfunción sexual empieza a partir de una puntuación de 17, mientras que en las mujeres a partir de 26,5.

Al finalizar el periodo de 6 meses, todos los índices relacionados con la dermatitis atópica: Índice de evaluación de la dermatitis atópica (SCORAD), Índice de área y gravedad del eccema (EASI), Physician Global Assessment (PGA), Escala análogica visual (VAS) del prurito y Dermatology Life Quality Index (DLQI), habían mejorado en más de 50% respecto al inicio del tratamiento.

En cuanto a la disfunción sexual, la media del Índice Internacional de Función Eréctil en los hombres subió de 19,72 ± 3,32 a 23,80 ± 2,14, mientras que en las mujeres el Índice de Función Sexual Femenina pasó de 21,22 ± 9,64 a 25,14 ± 4,56.

Conclusiones y próximos pasos

La principal conclusión de este estudio es que dupilumab, al mejorar el estado de la dermatitis atópica en pacientes de moderados a graves, mejora también su función sexual.

Sin embargo, este trabajo presenta una serie de limitaciones, tales como “solo considera pacientes con dermatitis atópica de moderada a grave, dejando de lado a los pacientes de leves a moderados. También sería necesario ampliar el número de personas participantes en este estudio clínico, ya que 31 es un número bajo, además de ampliar el rango de edad, ya que todos los pacientes incluidos eran de edades donde la disfunción sexual tiene una incidencia reducida” criticó constructivamente para Univadis España la Dra. Laura Álvarez, dermatóloga del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y ajena al estudio.

“Sin embargo, es muy positivo que hayan incluido la perspectiva de género, y más en un campo, el de la disfunción sexual, que generalmente se reduce a la disfunción eréctil masculina, dejando en el olvido a las mujeres”, continuó la especialista.

La dermatitis atópica duplica el riesgo de problemas de salud mental en los niños

Los pacientes pediátricos con dermatitis atópica grave tienen aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar depresión y comportamiento de internalización, en comparación con aquellos sin esta afección, según un estudio de cohorte recientemente publicado de más de 11.000 participantes de edades entre 3 y 18 años.

Junto con estudios previos que también han relacionado la dermatitis atópica con la depresión y otros problemas de salud mental en los niños, estos datos destacan la correspondencia de “conciencia clínica de las necesidades psicosociales de los niños y adolescentes con dermatitis atópica”, informó un equipo multicéntrico de investigadores de la University of California en San Francisco (UCSF), Estados Unidos, la University of Pennsylvania, en Filadelfia, Estados Unidos y la London School of Hygiene & Tropical Medicine, en Londres, Inglaterra.

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A diferencia de algunos estudios anteriores, en este estudio publicado en versión electrónica en JAMA Dermatology el 1 de septiembre, los participantes fueron evaluados longitudinalmente, en lugar de en un solo punto en el tiempo, con un seguimiento medio de 10 años. Para aquellos con dermatitis atópica activa, en comparación con los participantes sin dermatitis atópica, los odds ratio [OR] de depresión en general en cualquier paciente con dermatitis atópica en relación con aquellos sin dermatitis atópica no fue significativa después del ajuste de variables tales como factores socioeconómicos.

Sin embargo, entre los pacientes con dermatitis atópica grave, el riesgo fue más del doble incluso después del ajuste (odds ratio ajustado [ORa]: 2,38; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,21 a 4,72), informaron los investigadores, dirigidos por la autora principal, Dra. Katrina Abuabara, profesora asociada de dermatología y epidemiología en la UCSF.

Síntomas de internalización que se observan en la dermatitis atópica de leve a grave

El comportamiento de internalización, que está estrechamente relacionado con la depresión y describe un espectro de actividades centradas en el interior, como el aislamiento social, fue significativamente más común en pacientes con cualquier grado de dermatitis atópica en comparación con aquellos sin dermatitis atópica. Después del ajuste, el riesgo subió de 29% de aumento del riesgo en aquellos con dermatitis atópica leve (ORa: 1,29; IC 95%: 1,06 a 1,57) a un riesgo mayor de 80% en pacientes con dermatitis atópica moderada (ORa: 1,84; IC 95%: 1,40 a 2,41) y dermatitis atópica grave (ORa: 1,90; IC 95%: 1,14 a 3,16).

En el estudio, la depresión se midió con el instrumento Short Moods and Feelings Questionnaire (SMFQ). Se utilizó la respuesta de los padres a la subescala de Síntomas Emocionales del Cuestionario de Capacidades y Dificultades (SDQ) para medir las conductas de internalización.

Los datos se obtuvieron del Estudio longitudinal de Avon para padres e hijos (ALSPAC), una cohorte que inscribió a mujeres embarazadas en un área definida en el suroeste de Inglaterra y luego siguió a los niños nacidos de estos embarazos. De los 14.062 niños inscritos en ALSPAC, los datos de 11.181 niños estaban disponibles para este estudio.

En un metanálisis anterior de estudios que han documentado un vínculo entre la dermatitis atópica y los efectos adversos sobre el estado de ánimo y la salud mental, se identificó un impacto tanto en niños como en adultos. En los niños, la dermatitis atópica se asoció con un aumento del 27% en el riesgo de depresión (OR: 1,27; IC 95%: 1,12 a 1,45). En los adultos, el riesgo fue más del doble (OR: 2,19; IC 95%: 1,87 a 2,57). El mismo metanálisis encontró que el riesgo de ideación suicida entre adolescentes y adultos con dermatitis atópica se multiplicó por más de cuatro (OR: 4,32; IC 95%: 1,93 a 9,66).

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En los datos de ALSPAC, los investigadores no pudieron encontrar evidencia convincente de que los trastornos del sueño o el asma concomitante contribuyan al aumento del riesgo de depresión, que es un mecanismo propuesto por investigadores anteriores.

En una entrevista, la Dra. Abuabara dijo que estos y otros datos proporcionan la base para fomentar la conciencia clínica de las necesidades psicológicas de los pacientes pediátricos con dermatitis atópica, pero sugirió que existe una brecha en la comprensión de lo que esto significa clínicamente. “Necesitamos más datos sobre cómo los dermatólogos pueden evaluar y manejar de manera efectiva a estos pacientes antes de intentar establecer expectativas para la práctica clínica”, puntualizó.

Además, estos datos, junto con estudios publicados anteriormente, sugieren que el cambio en los resultados de salud mental debe incluirse en la evaluación de nuevas terapias, según la Dra. Abuabara. Señaló que existen varias herramientas para evaluar la salud mental en los niños que podrían ser apropiadas, cada una con sus propias ventajas y desventajas.

“Idealmente, las recomendaciones se emitirían a través de un proceso de consenso grupal con pacientes, médicos, investigadores y representantes de la industria trabajando juntos como se ha hecho para otros resultados a través del grupo de Harmonizing Measures for Eczema (HOME)”, dijo la Dra. Abuabara.

Se recomiendan evaluaciones de salud mental

Otros que han analizado la relación entre la dermatitis atópica y la depresión también han recomendado agregar resultados de salud mental a una evaluación de la eficacia de las terapias para la dermatitis atópica.

El Dr. Jonathan I. Silverberg, Ph. D., maestro en salud pública, profesor asociado de dermatología en la George Washington University en Washington D. C., Estados Unidos, es uno de los investigadores que ya está evaluando la depresión de manera sistemática con la Escala de Depresión y Ansiedad Hospitalaria (HADS).

“La Escala de Depresión y Ansiedad Hospitalaria ha sido validado en la dermatitis atópica y proporciona información muy importante sobre la carga emocional de esta patología”, explicó el Dr. Silverberg, cuyo artículo más reciente sobre este tema fue publicado a principios de este año.[3] En ese estudio, se encontró que la relación entre la dermatitis atópica y la depresión era más pronunciada en los niños blancos de familias con ingresos más bajos.

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“Hace apenas unas horas, uno de mis pacientes me agradeció por preguntar sobre su salud mental y reconocer los efectos holísticos de la dermatitis atópica”, dijo Silverberg.

El estudio reciente basado en datos de ALSPAC se suma a la evidencia de que la dermatitis atópica, particularmente la dermatitis atópica grave, produce efectos deletéreos sobre la salud mental en los niños, y el Dr. Silverberg cree que los médicos deberían actuar con base en esta evidencia.

“Recomiendo encarecidamente a los médicos que evalúen la salud mental de forma sistemática. Mejorará la calidad de la atención que brindan y sus pacientes los apreciarán más por ello”, agregó.

La Dra. Abuabara y otro autor han declarado haber recibido fondos de investigación de Pfizer para sus universidades para trabajos no relacionados; no hubo otros conflictos de interés declarados. El Dr. Silverberg informó relaciones financieras con más de 15 compañías farmacéuticas.

Este artículo fue publicado originalmente en MDedge.com, parte de la Red Profesional de Medscape.