Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos: continuar las pruebas de detección de gonorrea y clamidias en adolescentes y mujeres jóvenes sexualmente activas

La Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) anunció que mantiene sus recomendaciones de 2014 de que adolescentes y mujeres jóvenes sexualmente activas se sometan a pruebas de detección de clamidia y gonorrea. Pero el panel no está listo para brindar orientación sobre el cribado en varones, incluso en medio de un brote de infecciones por gonorrea entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

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“Generalmente para los hombres no hay suficiente evidencia para determinar si las pruebas de cribado reducirán el riesgo de complicaciones o la transmisión de infecciones a otros. Necesitamos más investigación para saber cómo hacer esas recomendaciones”, comentó a Medscape Noticias Médicas Marti Kubik, Ph. D., R. N. Kubik es profesora en la School of Nursing de la George Mason University, en Fairfax, Estados Unidos, y miembro del grupo de trabajo.

Las recomendaciones de cribado de clamidia y gonorrea se publicaron el 14 de septiembre en Journal of the American Medical Association (JAMA). La guía es idéntica a las recomendaciones del panel de 2014. El grupo de trabajo recomienda el cribado de clamidia y gonorrea en todas las mujeres sexualmente activas de 24 años o menos y en mujeres sexualmente activas de 25 años o más si tienen un riesgo mayor debido a factores como nuevas o múltiples parejas sexuales.

“Seguimos viendo tasas crecientes de estas infecciones a pesar de las recomendaciones sistemáticas de cribado. En 2019 Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos registró casi 2 millones de casos de clamidia y medio millón de casos de gonorrea. El gran factor decisivo es que la clamidia y la gonorrea pueden ocurrir sin síntomas. Es fundamental realizar pruebas de detección si vamos a prevenir complicaciones de salud graves”, añadió la especialista.

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El informe señala que la clamidia y la gonorrea pueden provocar una enfermedad inflamatoria pélvica en las mujeres y múltiples complicaciones en los bebés nacidos de madres infectadas. Los hombres pueden desarrollar uretritis y epididimitis. Ambas enfermedades pueden aumentar el riesgo de infección y transmisión del virus de inmunodeficiencia humana.

“Queremos que los médicos revisen la nueva recomendación y se sientan seguros de la base de evidencia que respalda la necesidad de que estemos evaluando a mujeres jóvenes y mujeres mayores que tienen un mayor riesgo”, dijo Kubik, agregando que casi dos tercios de los casos de clamidia y más de la mitad de los casos de gonorrea ocurren en hombres y mujeres de 15 a 24 años.

A diferencia de CDC, que recomienda el cribado anual de clamidia y gonorreaen pacientes mujeres con ciertas características, el grupo de trabajo no proporciona orientación sobre la frecuencia del cribado. “No teníamos la base de evidencia para hacer una recomendación sobre la frecuencia con la que se deben realizar las pruebas de cribado. Pero reconociendo que estos a menudo ocurren sin síntomas, es razonable que los médicos examinen a los pacientes cuyos antecedentes sexuales revelen factores de riesgo nuevos o constantes”, destacó Kubik.

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El Dr. Philip A. Chan, profesor asociado de la Brown University en Providence, Estados Unidos, que dirige una clínica de enfermedades de transmisión sexual, señaló a Medscape que le resultaba frustrante que el grupo de trabajo no hiciera recomendaciones sobre el cribado en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Según un comentario que acompaña a las nuevas recomendaciones, la tasa de gonorrea en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (5.166 casos por cada 100.000 o más de 5%) se encuentra en un nivel histórico.

A diferencia del grupo de trabajo, CDC recomienda pruebas anuales o más frecuentes para gonorrea y clamidia más virus de inmunodeficiencia humana y sífilis en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres sexualmente activos.

El Dr. Chan señaló que la orientación del grupo de trabajo “tiende a ser la recomendación más basada en evidencia que existe. Si la evidencia no está ahí, usualmente no hacen una recomendación. Aún así, diría que hay buena evidencia de que en los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres el riesgo de contraer virus de inmunodeficiencia humana justifica un cribado de rutina”.

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La Dra. Jeanne Marrazzo, maestra en salud pública, directora del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la University of Alabama at Birmingham School of Medicine, en Alabama, Estados Unidos, también señaló los límites de la insistencia del grupo de trabajo en ciertos tipos de evidencia. La Dra. Marrazzo, quien es coautora de un comentario que acompaña a las recomendaciones, manifestó a Medscape Noticias Médicas que la “dependencia del panel en la evidencia de ensayos controlados aleatorizados tiende a limitar su capacidad para desarrollar sus recomendaciones de una manera que pueda explicar la evolución epidemiología o avances en nuestra comprensión de la fisiopatología de estas infecciones”.

El Dr. Chan señaló que existen obstáculos para los pacientes incluso cuando existen recomendaciones de cribado. Aunque las aseguradoras generalmente cubren los costos de las pruebas de cribado de clamidia y gonorrea, es posible que las personas sin seguro tengan que pagar 100 dólares o más por cada una.

La Comisión de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) cuenta con el apoyo de la US Agency for Healthcare Research and Quality. Kubik, el Dr. Chan y la Dra. Marrazzo han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Randy Dotinga es un periodista independiente que vive en San Diego y se especializa en salud y medicina

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