¿Cómo afecta el cambio climático al cáncer?

La temperatura global promedio ha aumentado cada década desde 1901, con el año más cálido registrado en 2016 y el segundo más cálido en 2020. Sin embargo, desde la década de 1970 se ha calentado más rápido, señalan los autores, Dr. Robert A. Hiatt, Ph. D., y Naomi Beyeler, maestra en salud pública, en una publicación en Lancet Oncology en noviembre de 2020, una entrevista en ASCO Post en 2021 y una correspondencia, sobre el efecto del cambio climático y el cáncer.

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Efectos del cambio climático sobre el cáncer 

Los principales mecanismos a través de los cuales es probable que el cambio climático afecte el control del cáncer son: vías causales que involucran la contaminación del aire, exposición a la radiación ultravioleta, interrupciones en el suministro de alimentos y agua, exposición a sustancias tóxicas industriales y posibles causas infecciosas del cáncer.

Estos efectos se asocian principalmente con cánceres de pulmón y del tracto respiratorio superior, piel, tracto gastrointestinal e hígado.

Más allá de estos factores causales enunciados, otro efecto es la interrupción en la infraestructura de los sistemas de atención médica para el control del cáncer, que podrían afectar a todos los cánceres.

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Efecto directo: interrupciones en la atención médica

Los exámenes preventivos de cáncer de mama, de cuello uterino y de colon se desplomaron entre 86% y 94% durante los primeros cuatro meses de 2020, debido a la pandemia de COVID-19. Como resultado del retraso en los exámenes de detección y atención, el National Cancer Institute predice que 10.000 decesos adicionales de cáncer de mama y colorrectal ocurrirán durante la próxima década.

Además, su revisión encontró que las interrupciones en las operaciones hospitalarias causadas por desastres climáticos, como los huracanes, pueden resultar en retrasos sustanciales en el tratamiento del cáncer.Se necesita preparar a sistemas de salud resistentes al clima para garantizar la continuidad de la atención.

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Fenómenos meteorológicos: afectan el tratamiento y la sobrevida del cáncer

Uno de los efectos más destacados de la investigación es que, a pesar de los avances médicos, se encontraron muchos desafíos para lidiar con COVID-19.

Además, se observaron importantes interrupciones en las operaciones hospitalarias y retrasos en el tratamiento del cáncer debido a la infraestructura hospitalaria dañada durante varios huracanes en las últimas 2 décadas, incluido el huracán Katrina en 2005. En Nueva Orleans las áreas circundantes redujeron el acceso a la atención del cáncer durante años después del desastre y un estudio encontró que la sobrevida a 10 años del cáncer de mama fue menor para las personas afectadas por el huracán que para las que no fueron afectadas por Katrina.

Además, una revisión sistemática de los desastres naturales y el cáncer encontró evidencia de una mayor mortalidad por cáncer después de estos desastres que antes de estos eventos climáticos.

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Hacia una medicina sostenible

Los estudios han demostrado que los mayores contribuyentes a la huella de carbono en el sistema de salud de Estados Unidos son los sectores de la industria farmacéutica y hospitalaria, por lo que la optimización de la ventilación del quirófano en función de la ocupación y la demanda y el uso de máquinas de tomografía computarizada y resonancia magnética más eficientes en energía puede ayudar a reducir emisiones de gases de efecto invernadero.

Pensando en cómo utilizar la energía de una forma más sostenible en todo el sistema sanitario, por ejemplo:

  1. Evitar la duplicación en el seguimiento de la atención del cáncer para múltiples subespecialidades de oncología y atención primaria.
  2. Promulgar políticas para aumentar el transporte público y alentar a caminar o andar en bicicleta a los centros de cáncer.
  3. Usar la telemedicina para citas relacionadas con el cáncer cuando sea posible puede ayudar a reducir el impacto ambiental del cambio climático.

Este análisis y recomendaciones, realizado por el Dr. Hiatt y Beyeler, da un enfoque más tangible sobre las acciones que debemos de tomar para hacer nuestra práctica más sostenible.

Los profesionales de la salud pública y los líderes políticos debemos pensar en cómo anticipar las crisis ambientales causadas por el cambio climático que es probable que ocurran y qué políticas podrían implementarse para minimizar los riesgos de la atención médica. Lo hemos visto, con la última pandemia mundial, aún en curso, los incendios forestales en todo el mundo. Lo hemos visto en el último huracán y el deshielo del Ártico. Habrá retos futuros que tendremos que afrontar. Se necesita preparar a sistemas de salud resistentes al clima para garantizar la continuidad de la atención durante los eventos relacionados con el clima.

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