Mujeres con lupus eritematoso sistémico (LES) que tienen riesgo de padecer preeclampsia pueden beneficiarse de un tratamiento oportuno con dosis bajas de ácido acetilsalicílico y tal vez hidroxicloroquina, de acuerdo con investigadores alemanes.
En un estudio prospectivo del mundo real sobre 190 embarazos en 148 mujeres (edad promedio: ~ 30 años), el uso de dosis bajas de ácido acetilsalicílico a partir de la 16ª semana gestacional se relacionó con menos riesgo de preeclampsia que en mujeres que no utilizaron el medicamento (odds ratio ajustado [ORa]: 0,21; p < 0,05).
La utilización de hidroxicloroquina a partir del primer trimestre tuvo un “efecto moderador”, dijo la Dra. Isabell Haase, científica clínica principal del Departamento de Reumatología de la Hiller-Research Unit, en Dusseldorf, Alemania. Aunque no se trataba de un efecto estadísticamente significativo (ORa: 0,47; p = 0,21), la asociación se intensificaba si solo se consideraban los embarazos de alto riesgo (ORa: 0,28; p = 0,075).
“Creo que esto nos demuestra una vez más que el asesoramiento y la evaluación del riesgo en las pacientes con lupus es muy importante para descubrir a aquellas con mayor riesgo y tratarlas lo mejor posible”, dijo la Dra. Haase, quien participó en el 14° International Congress on Systemic Lupus Erythematosus que tuvo lugar con el 6° International Congress on Controversies in Rheumatology and Autoimmunity (LUPUS & CORA 2021).
Preeclampsia y lupus
“Las mujeres con lupus eritematoso sistémico tienen un alto riesgo de preeclampsia debido a su enfermedad autoinmunitaria”, explicó la Dra. Haase. “Este riesgo puede aumentar más si una mujer es portadora de factores de riesgo adicionales como hipertensión o nefritis por lupus“.
Se sabe que la dosis baja de ácido acetilsalicílico protege contra el desarrollo de preeclampsia en mujeres sin enfermedades autoinmunitarias si se empieza a tomar antes de la semana 16 de la gestación, añadió la Dra. Haase. Por eso la recomienda tanto el American College of Rheumatology como la European Alliance of Associations for Rheumatology.
“En el caso de la hidroxicloroquina, solo contamos con algunos estudios pequeños y su mecanismo de acción que nos conducen a pensar que podría tener un efecto beneficioso sobre la preeclampsia en pacientes con lupus”, dijo.
Diseño del estudio y resultados
El objetivo del estudio fue ver si en una cohorte del mundo real tenía algún efecto beneficioso el ácido acetilsalicílico o la hidroxicloroquina en lo que respecta al desarrollo de preeclampsia.
Los investigadores utilizaron datos recogidos de forma prospectiva de embarazos atendidos en una clínica obstétrica de pacientes externas durante 1995 a 2019. Utilizaron la regresión logística múltiple para determinar si tenían algún efecto cuatro tratamientos sobre el desarrollo de preeclampsia: ácido acetilsalicílico (n = 39 pacientes) o hidroxicloroquina (n = 39) sola, en combinación (n = 43) o ninguno de los dos fármacos (n = 69).
En general, 56% de las mujeres tuvieron factores de riesgo significativos para preeclampsia, entre ellos un antecedente previo, gestación multifetal, hipertensión crónica, nefritis por lupus o anticuerpos antifosfolípido. Otras más (28%) tenían factores de riesgo moderado, como el no haber tenido descendencia, un índice de masa corporal (IMC) > 30 kg/m2 y una edad mayor de 35 años.
La tasa global de preeclampsia en la población del estudio fue de 13,2%, “lo que es congruente con otros estudios de pacientes con lupus embarazadas”, puntualizó la Dra. Haase. Las tasas en cada uno de los cuatro grupos de tratamiento fueron 15,4% con ácido acetilsalicílico solo, 7,7% con hidroxicloroquina sola, 14% con ambos fármacos y 14,5% con ninguno de ellos.
Las probabilidades de desarrollar preeclampsia fueron más bajas con ácido acetilsalicílico o hidroxicloroquina por igual. Los factores que aumentaron las probabilidades fueron gran actividad de la enfermedad en el primer trimestre (ORa: 4,55), un índice de masa corporal de > 30 kg/m2 (ORa: 6,14), tener anticuerpos antifosfolípido de alto riesgo o síndrome antifosfolípidos (ORa: 8,02) y un antecedente de preeclampsia (ORa: 9,78).
Solo la gran actividad en la enfermedad en el primer trimestre y un índice de masa corporal de > 30 kg/m2 se mantuvieron predictores independientes de preeclampsia cuando los investigadores consideraron únicamente los embarazos de alto riesgo (ORa: 7,74 para la gran actividad de la enfermedad en el primer trimestre y 10,04 para un índice de masa corporal elevado).
Los resultados son “en realidad impresionantes”, declaró la Dra. Angela Tincani, consultora sénior en la Unidad de Reumatología e Inmunología Clínica de Spedali Civili di Brescia, en Italia.
La Dra. Tincani observó que el estudio había abarcado “un gran número de años” (1995 a 2020).
“Creo que nuestra actitud al cuidar a los pacientes con lupus ha cambiado durante este tiempo. Como un ejemplo, creo que probablemente utilizamos menos corticoesteroides ahora que en la década de 1990”, declaró.
Cuando se le preguntó si los cambios en la práctica han influido en los hallazgos, reconoció que “se puede ver que la prescripción de los diferentes medicamentos ha cambiado mucho. También pensamos que debemos tener en cuenta los años como un factor de confusión, pero no hemos analizado estadísticamente eso, aunque definitivamente es algo que haremos en un futuro próximo”.
El estudio no recibió financiación externa. La Dra. Haase ha recibido honorarios por viáticos de AbbVie, Celgene, Chugai, Janssen-Cilag, Eli Lilly y Medac. La Dra. Tincani ha declarado no tener ninguna relación económica pertinente.
Sara Freeman es una periodista médica con sede en Reino Unido que se especializa en reportaje de congresos médicos y contenido para sitios web.
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