La prevención salva vidas: conozca las pruebas de detección temprana para cáncer de mama, cervical y colorrectal

La pandemia de covid-19 ha provocado una enorme disminución en el uso de las pruebas de detección del cáncer. Estas demoras en los exámenes de detección durante los pasados años podrían provocar una progresión del cáncer a etapas más avanzadas. El cáncer es más fácil de tratar en etapas tempranas y antes de que aparezcan los síntomas. En este artículo discutimos las pruebas de detección temprana para cáncer colorrectal, mama y cervical. Conozca si es momento de realizarse los exámenes de detección temprana de cáncer según su edad, sexo, historial familiar y factores de riesgo.

Cáncer colorrectal

Según el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, el cáncer de colon y recto es el segundo tipo más común en hombres y mujeres en la Isla. La tasa de mortalidad es de 24 por cada 100 mil hombres y 17 por cada 100 mil mujeres.

La Comisión de Servicios Preventivos de los Estados Unidos recomienda la prueba de sangre oculta en la excreta o la colonoscopía a todo adulto, comenzando a la edad de 45 años hasta los 75 años de edad, como detección temprana para cáncer colorrectal.

El Departamento de Salud de Puerto Rico decretó la Orden Administrativa #334 para establecer la prueba de sangre oculta en la excreta, específicamente la prueba inmunoquímica fecal (FIT), como requisito anual a partir de los 40 años. Fue emitida debido a que una tercera parte de los casos de cáncer colorrectal en la Isla afecta a personas entre los 40-59 años.

Si tiene 40 años o más, consulte con su médico cuál es la prueba adecuada para usted y con cuánta frecuencia debe hacerla.

Cáncer cervical

El cáncer cervical, conocido como “cáncer de cuello uterino”, es uno de los tipos más comunes en Puerto Rico, siendo la infección con el Virus de Papiloma Humano (VPH) el principal factor de riesgo para desarrollarlo.

Sin embargo, este tipo de cáncer es prevenible. El primer paso en la prevención para este cáncer es vacunarse contra el VPH, que además de prevenir contra el cáncer cervical, previene contra otros cinco tipos de cáncer: oral, anal, vaginal, de vulva y pene. El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) recomienda la vacuna contra el VPH desde los 9 hasta los 45 años. La dosis dependerá de la edad en que la persona inició la serie de vacunación. Si se inicia la serie de vacunación entre las edades de 9 a 14 años, se recomienda dos dosis de la vacuna. Si se inicia desde los 15 años en adelante, se debe administrar tres dosis de la vacuna contra el VPH.

En mayo de 2018, el Departamento de Salud de Puerto Rico incluyó en el listado de vacunas requeridas la que protege contra el VPH. Para comenzar el curso escolar, los adolescentes de 11 a 18 años de edad deben tener al menos una dosis de esta vacuna y deben completar la serie según indicado en el itinerario de vacunación.

Detección temprana y seguimiento para el cáncer cervical

Existen dos pruebas de detección temprana para este tipo de cáncer: la prueba del Virus del Papiloma Humano (VPH) y la prueba de Papanicolaou (Pap). La frecuencia y el tipo de exámenes de detección para el cáncer de cuello uterino dependen de su edad y sus antecedentes médicos. La Comisión de Servicios Preventivos de los Estados Unidos recomienda que:

• Entre los 21 a 29 años: Hacerse la primera prueba de Pap a los 21 años y a partir de ese momento, repetir la prueba cada tres años.

• Entre los 30 a 65 años: Se recomienda que la detección de cáncer cervical se haga mediante los siguientes métodos:

—Prueba de VPH de cada cinco años

—Prueba conjunta de VPH y Pap cada cinco años

—Prueba de Pap cada tres años

• Mayores de 65 años: Consultar con su médico para conocer si es necesario hacerse estas pruebas. Para poder descontinuar la prueba de Pap a los 65 años, debe haber obtenido tres pruebas normales consecutivas sin resultados anormales en los últimos 10 años.

Recuerde consultar con su médico o pediatra de su hijo acerca de la vacuna contra el VPH.

• Si usted o sus hijos cualifican, reciban la vacuna contra el VPH.

• Programe una cita con su médico para realizarse la prueba de Pap.

Cáncer de mama

Este es el tipo de cáncer más común y responsable del mayor número de muertes en las mujeres en Puerto Rico. Se estima que 1 de cada 10 mujeres en la Isla recibirá un diagnóstico de cáncer de mama en algún momento de su vida. Afortunadamente, existen medidas para detectar este cáncer a tiempo y aumentar la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad. La pandemia de covid-19 pudo haber atrasado su intención de visitar al médico para obtener el referido para realizarse la mamografía. Ahora es tiempo de retomar sus cuidados preventivos.

Si tiene 40 años o más y lleva más de dos años sin hacerse la mamografía y no tiene alto riesgo —por ejemplo, antecedentes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovario y mutaciones genéticas— busque el referido y ponga en agenda su mamografía lo antes posible. Dialogue con su médico si necesita añadir otros estudios a su plan de detección temprana.

Si tiene 50 años o más se recomienda que se haga una mamografía cada dos años. Consulte con su médico para más detalles.

Si no tiene plan médico y no cualifica para el Plan de Salud del Gobierno, el Programa de Prevención y Detección Temprana de Cáncer de Mama y Cuello Uterino de Puerto Rico puede ser una alternativa para usted. Comuníquese al 787-522-3265 para conocer si es elegible para este programa.

Las autoras son parte del equipo de Alcance Comunitario, PR-CEAL, Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico.

Más evidencia vincula algunos antipsicóticos con un mayor riesgo de cáncer de mama

Una nueva investigación proporciona más evidencia de que los antipsicóticos que aumentan los niveles de prolactina están asociados con un riesgo significativamente mayor de cáncer de mama.

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El riesgo relativo de cáncer de mama fue un 62% más alto en las mujeres que tomaron antipsicóticos de categoría 1 asociados con niveles altos de prolactina. Estos incluyen haloperidolpaliperidona y risperidona. Además, el riesgo fue un 54% más alto en quienes que tomaban antipsicóticos de categoría 2 que tienen efectos de rango medio sobre la prolactina. Estos incluyen iloperidonalurasidona y olanzapina.

Por el contrario, los antipsicóticos de categoría 3 que tienen un efecto menor sobre los niveles de prolactina no se asociaron con ningún aumento en el riesgo de cáncer de mama. Estos medicamentos incluyen aripiprazol, asenapina, brexpiprazol, cariprazina, clozapina, quetiapinay ziprasidona.

Si bien el riesgo “absoluto” de cáncer de mama de estos medicamentos no está claro, “podemos argumentar que los niveles altos de prolactina circulante están asociados con el riesgo de cáncer de mama. Esto sigue lo que ya se sabe sobre la prolactina en estudios anteriores, en particular los estudios de salud de las enfermeras”, dijo a Medscape Noticias Médicas el Dr. Tahir Rahman, profesor asociado de psiquiatría de Washington University School of Medicine, en San Luis, Estados Unidos.

“No queremos alarmar a los pacientes que toman medicamentos antipsicóticos por problemas de salud mental que amenazan la vida, pero también creemos que es hora de que los médicos hagan un seguimiento de los niveles de prolactina y monitoreen a sus pacientes que están siendo tratados con antipsicóticos”, agregó el Dr. Rahman en un comunicado de prensa.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 3 de diciembre en Journal of Clinical Psychopharmacology.

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Evalúe los niveles de prolactina

Utilizando datos de reclamaciones administrativas, los investigadores evaluaron el riesgo de cáncer de mama en mujeres de 18 a 64 años expuestas a medicamentos antipsicóticos en comparación con anticonvulsivos o litio.

Identificaron 914 casos de cáncer de mama invasivo entre 540.737 mujeres.

Aproximadamente el 52% de la población del estudio surtió al menos una receta de un agente antipsicótico de categoría 3, mientras que el 15% surtió al menos una receta de un agente de categoría 1; el 49% de las mujeres surtieron al menos una receta de un medicamento anticonvulsivo durante el periodo de estudio.

La exposición a todos los antipsicóticos se asoció de forma independiente con un 35% más de riesgo de cáncer de mama (hazard ratioajustado [HRa]: 1,35; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,14 a 1,61).

En comparación con los anticonvulsivos o el litio, el riesgo de cáncer de mama aumentó significativamente para los antipsicóticos con alto contenido de prolactina (categoría 1) (HRa: 1,62; IC 95%, 1,30 a 2,03) y para los medicamentos de prolactina media (categoría 2) (HRa: 1,54 ; IC 95%: 1,19 a 1,99), sin aumento del riesgo para los antipsicóticos de categoría 3.

“Nuestra investigación es, obviamente, de interés para prevenir el cáncer de mama en pacientes tratadas con antipsicóticos. Evaluar los niveles de prolactina en sangre es barato y fácil” y un valor alto es “bastante simple de manejar”, dijo el Dr. Rahman.

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Una cuestión de debate

El Dr. Christoph Correll, profesor de psiquiatría y medicina molecular, de la Zucker School of Medicine en Hofstra/Northwell, en Hempstead, Estados Unidos, dijo: “La posible elevación del riesgo de cáncer de mama depende de la dosis y el tiempo de tratamiento con antipsicóticos, además los medicamentos tienen diversos grados de propiedades que aumentan la prolactina, lo que ha sido un tema de investigación y de debate”.

Este nuevo estudio “agrega otro punto de datos que indica que los antipsicóticos asociados con un efecto de aumento de prolactina más alto que otros antipsicóticos hasta cierto punto pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama en las mujeres”, dijo el Dr. Correll, que no participó en el estudio.

Sin embargo, advirtió que “los datos naturalistas siempre son vulnerables a factores de confusión residuales, por ejemplo, efectos no medidos que también podrían explicar, al menos parcialmente, los resultados, y el tiempo de seguimiento de solo 4 años (máximo 6 años) en este estudio fue relativamente corto”.

“Sin embargo, dada la disponibilidad de muchos antipsicóticos diferentes con diversos grados de potencial de aumento de prolactina, en las mujeres que requieren tratamiento antipsicótico pueden ser preferibles los antipsicóticos que aumentan menos la prolactina”, agregó el Dr. Correll.

“En las mujeres que reciben antipsicóticos que aumentan la prolactina como terapia de mantenimiento a mediano y largo plazo, se deben monitorear los niveles de prolactina”, recomendó.

Cuando se detecta un nivel elevado de prolactina, esto debe abordarse “ya sea mediante una reducción de la dosis, un cambio a un antipsicótico alternativo que no aumente los niveles de prolactina de manera significativa o la adición de un agonista D2 parcial o total cuando se debe continuar administrando el antipsicótico que aumenta la prolactina basándose en una evaluación de riesgos individualizada”, aconsejó el Dr. Correll.

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Este trabajo fue apoyado por un premio de Alvin J. Siteman Cancer Center; National Cancer Institute, National Center for Advancing Translational Sciences of the National Institutes of Health, Taylor Family Institute for Innovative Psychiatric Research y Center for Brain Research in Mood Disorders. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Correll ha recibido regalías de UpToDate y tiene acciones de LB Pharma.

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