Nuevos síntomas gastrointestinales relacionados con COVID-19 frecuentes en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria

La muerte por COVID-19 no fue más probable entre los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria que tenían COVID-19 y que desarrollaron nuevos síntomas gastrointestinales después de infectarse, según datos de registros internacionales de aproximadamente 3.000 adultos.

Aunque los síntomas gastrointestinales pueden surgir en la población general de pacientes con COVID-19, los datos sobre la asociación entre esta y los síntomas gastrointestinales en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria son limitados, al igual que los datos sobre la asociación de los síntomas gastrointestinales y los desenlaces de la COVID-19 en esta población, escribieron el Dr. Ryan C. Ungaro, de Icahn School of Medicine at Mount Sinai, en Nueva York, Estados Unidos, y sus colaboradores.

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En un estudio publicado en Inflammatory Bowel Diseases, los investigadores identificaron a 2.917 adultos con enfermedad intestinal inflamatoria que desarrollaron COVID-19 utilizando la base de datos Surveillance Epidemiology of Coronavirus Under Research Exclusion in Inflammatory Bowel Disease(SECURE-IBD), un registro global creado para comprender los desenlaces de la enfermedad por COVID-19 en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria.

Los investigadores registraron todos los nuevos síntomas gastrointestinales experimentados por los pacientes mientras estaban infectados con COVID-19. En general, 764 (26,2%) experimentaron nuevos síntomas gastrointestinales y 2.153 no. El síntoma más común fue la diarrea, reportada por 80% de los pacientes, seguida de dolor abdominal en 34%; 24% y 12% de todos los pacientes, respectivamente, informaron náusea y vómito.

La edad promedio de los pacientes fue de 43 años para los que no presentaban nuevos síntomas gastrointestinales y de 40 para los que sí presentaban nuevos síntomas gastrointestinales; aproximadamente la mitad la constituían mujeres y tres cuartas partes eran de raza blanca. En general, 50% de los que tenían nuevos síntomas gastrointestinales estaba en remisión frente a 58,4% de los que no los tuvieron.

Los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria que desarrollaron nuevos síntomas gastrointestinales tendían a ser de raza asiática, de sexo femenino, de mayor edad o con al menos una comorbilidad.

Los investigadores no encontraron diferencias en los nuevos síntomas gastrointestinales en pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. “Los pacientes que tomaban cualquier fármaco, pero en particular una monoterapia con antagonistas del factor de necrosis tumoral, tenían menos probabilidades de reportar nuevos síntomas gastrointestinales”, escribieron.

Aunque los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria con nuevos síntomas gastrointestinales tenían significativamente más probabilidades que aquellos sin nuevos síntomas de ser hospitalizados por COVID-19 en análisis bivariados (31,4% frente a 19,2%; p < 0,001), no era más probable que necesitaran un ventilador o manejo de cuidados intensivos (5,8% frente a 4,6%; p < 0,18). En un análisis multivariado los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria con nuevos síntomas gastrointestinales no tenían mayor riesgo de fallecimiento por COVID-19 que aquellos sin nuevos síntomas gastrointestinales (odds ratio ajustado [ORa]: 0,72; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,38 a 1,36).

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Los síntomas gastrointestinales de nueva aparición que son frecuentes en los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria con COVID-19 probablemente no sean causados por la actividad de la enfermedad subyacente, dada la cantidad de pacientes en remisión que informaron nuevos síntomas gastrointestinales, escribieron los investigadores.

Los hallazgos del estudio se vieron limitados por varios factores, incluido el diseño retrospectivo, el posible sesgo de notificación y depender de la valoración global del médico para la evaluación de la enfermedad, anotaron los investigadores. Sin embargo, los resultados se vieron reforzados por el gran tamaño de la muestra, por la capacidad de evaluar los síntomas gastrointestinales antes y después de la enfermedad por COVID-19 y por la evaluación de los síntomas gastrointestinales y los desenlaces de COVID-19.

“En resumen, presentar nuevos síntomas gastrointestinales es frecuente en los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria con COVID-19 y no están asociados con un mayor riesgo de fallecimiento debido a COVID-19. Nuestros hallazgos sugieren que un aumento de los síntomas gastrointestinales en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria debería impulsar la consideración de un diagnóstico de COVID-19”, concluyeron.

Datos para guiar la atención clínica

“Los síntomas gastrointestinales frecuentes en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria, como diarrea y dolor abdominal, tienen varias potenciales causas. Estos pueden ser la presentación inicial de un brote de enfermedad intestinal inflamatoria, una causa no inflamatoria como el síndrome del intestino irritable, un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado o una infección como Clostridioides difficile o SARS-CoV-2. Cada uno de estos diagnósticos requiere diferentes tratamientos. El brote de una enfermedad intestinal inflamatoria puede requerir la intensificación de fármacos inmunosupresores, como biológicos o corticoesteroides, que pudieran causar daño en el contexto de una infección no tratada. Por tanto, cualquier guía que concientice a los proveedores de atención médica sobre las posibles causas de síntomas gastrointestinales similares es importante para el cuidado de nuestros pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria. Esto es especialmente cierto en el contexto de una entidad más nueva, como COVID-19, con la que comúnmente estamos menos familiarizados”, comentó la Dra. Shirley Cohen-Mekelburg, de la University of Michigan, en Ann Arbor, Estados Unidos.

La especialista añadió que la falta de asociación entre síntomas gastrointestinales y fallecimiento en los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria es reconfortante. “Es interesante notar que los síntomas gastrointestinales y particularmente la diarrea de nueva aparición, fueron muy frecuentes entre los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria y COVID-19”.

“Cada estudio tiene sus limitaciones, que deben tenerse en cuenta al interpretar los hallazgos. SECURE-IBD ha proporcionado una gran información en infecciones por COVID-19 entre pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria. Sin embargo, el registro se basa en el reporte de los casos por parte de las personas, por lo que existe la posibilidad de que no todos sean notificados, en particular los casos menos sintomáticos o subclínicos”, anotó la Dra. Cohen-Meckelburg.

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“Los proveedores de atención médica que tratan a pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria deben tener un alto índice de sospecha de infecciones por SARS-CoV-2 cuando los pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria se presentan síntomas gastrointestinales. Los datos del estudio actual pueden ayudarnos a considerar aplicar de manera estandarizada las pruebas para descartar COVID-19 como un diagnóstico alternativo al considerar dar tratamiento a pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria que desarrollan nuevos síntomas gastrointestinales en un brote de la enfermedad. Esto sería similar a como lo hacemos actualmente con pruebas de C. difficile y otras infecciones entéricas antes de tratar los brotes de enfermedad intestinal inflamatoria”, destacó.

“Este enfoque, considerando la posibilidad de COVID-19 en el contexto de nuevos síntomas gastrointestinales, es consistente con las guías y mejores prácticas publicadas por la American Gastroenterological Association (AGA)”, indicó el Dr. David Leiman, maestro en salud pública de Duke University, en Durham, Estados Unidos y presidente del AGA’s Quality Committee.

“Los médicos también deben ser conscientes de la posibilidad de variación en la implementación de este enfoque, con algunos pacientes potencialmente en riesgo de prácticas discrepantes con respecto a las pruebas”. Como lo describe el Comité de Calidad de la American Gastroenterological Association, el seguimiento de la adherencia a este enfoque clínico a través de la mejora continua de la calidad puede limitar el desarrollo de tales brechas en la atención.

El estudio fue apoyado en parte por Helmsley Charitable Trust con fondos adicionales proporcionados por Pfizer, Takeda, Janssen, AbbVie, Lilly, Genentech, Boehringer Ingelheim, Bristol-Myers Squibb, Celtrion y Arenapharm. El autor principal, Dr. Ungaro, reveló haber trabajado como consultor o asesor de la junta de miembros de AbbVie, Bristol-Myers Squibb, Janssen, Eli Lilly, Pfizer y Takeda y recibir apoyo de investigación de AbbVie, Boehringer Ingelheim y Pfizer. Otros coautores revelaron relaciones similares con otras empresas farmacéuticas. La Dra. Cohen-Mekelburg y el Dr. Leiman han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.