Las vacunas conllevan riesgo mucho menor de desarrollar trombos, en comparación con la COVID-19

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El riesgo de desarrollar trombosis venosa cerebral por COVID-19 es “muchas veces” mayor que si se reciben las vacunas de University of Oxford/AstraZeneca o las de ARN mensajero de Pfizer y Moderna, concluyen investigadores.[1]

Un estudio en preimpresión, sin revisión por pares, de la University of Oxford,en Oxford, Reino Unido descubrió que a partir de un conjunto de datos de más de 500.000 pacientes con COVID-19, la trombosis venosa cerebral se habría producido en 39 personas de cada millón.

Se ha informado que la trombosis venosa cerebral se produce en aproximadamente 5 personas por millón después de la primera dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca. En más de 480.000 personas que recibieron las vacunas de ARN mensajero de Pfizer/BioNTech o de Moderna, la trombosis venosa cerebral se produjo en 4 por millón.

Los investigadores afirmaron que en comparación con las vacunas de ARN mensajero, el riesgo de trombosis venosa cerebral de la COVID-19 era aproximadamente 10 veces mayor.

En comparación con la vacuna de Oxford/AstraZeneca, el riesgo de trombosis venosa cerebral en la COVID-19 era unas 8 veces mayor.

La vacuna contra la COVID-19 de Johnson & Johnson, cuya administración ha sido pausada en Estados Unidos debido a los casos de raros trombos de sangre en pacientes que la recibieron, es una vacuna de adenovirus similar a la de AstraZeneca, pero no fue incluida en esta investigación.

Patrón similar para la trombosis de la vena porta

Se observó un patrón similar en la trombosis de la vena porta, que se produjo en 436,4 personas por millón con COVID-19. Esto se compara con la cifra de 44,9 por millón del grupo de las vacunas de ARN mensajero y 1,6 por millón de los que recibieron la vacuna de Oxford/AstraZeneca.

El autor del estudio, Dr. Paul Harrison, catedrático de psiquiatría de la University of Oxford, declaró: “Todas las pruebas que tenemos se basan en que los riesgos de la COVID-19 son mucho mayores que los riesgos de la vacuna, en comparación con los antecedentes”.

En relación con la publicación en preimpresión, el Dr. Paolo Madeddu, catedrático de medicina cardiovascular experimental de la University of Bristol, en Bristol, Reino Unido, señaló: “La cuestión principal es que la comparación que muestra el mayor riesgo después de COVID-19 no excluye la posibilidad de que la patogénesis sea la misma y, por tanto, se debe buscar algún denominador común”.

“Por ejemplo, si el mecanismo es el mismo se puede especular que la alta incidencia en COVID-19 frente a la vacunación se debe a que todo el virus es más trombogénico que la proteína de la espiga sola”, dijo.

“Estos estudios son importantes, pero parecen centrarse en demostrar el menor riesgo de la vacunación en lugar de esforzarse por explicar la causa de las complicaciones, aprovechando las similitudes de los eventos en las dos poblaciones”, concluyó el Dr. Madeddu.

El estudio fue financiado por NIHR Oxford Health Biomedical Research Centre (BRC-1215-20005). El Dr. Maxime Taquet es fellow clínico académico del NIHR. El Dr. Masud Husain es un fellow Wellcome de investigación, financiado por el NIHR Oxford Biomedical Research Centre. Sierra Luciano es empleada de TriNetX.

Conoce los cambios de la nueva orden ejecutiva contra el COVID-19

Por: El Nuevo Día

Tras el reciente aumento de contagios por COVID-19, el gobernador Pedro Pierluisi firmó este jueves la nueva orden ejecutiva para frenar el virus, cuya vigencia será desde mañana, viernes, hasta el 9 de mayo.

Estos son los puntos clave de la orden ejecutiva:

  • Los ciudadanos deberán continuar utilizando mascarilla cuando estén en contacto con personas fuera de su núcleo familiar.
  • El toque de queda será de 10:00 p.m. a 5:00 a.m., mientras que los establecimientos comerciales, incluyendo a los restaurantes, deberán cesar operaciones a las 9:00 p.m.
  • Las gasolineras están excluidas del cierre de negocios a las 9:00 p.m., pero no podrán vender bebidas alcohólicas luego de esta hora.
  • La ocupación de los comercios y restaurantes continuará en un 50% de su capacidad con el debido distanciamiento social de 6 pies.

  • Mientras, los centros comerciales de formato cerrado deberán limitar su operación a una persona por cada 75 pies cuadrados en los pasillos.
  • Se prohíben las actividades multitudinarias sin que tengan una dispensa otorgada por la secretaria de la Gobernación.
  • Los teatros podrán continuar abiertos a un 30% de su capacidad, pero no se permitirá la apertura de coliseos, centros de actividades, discotecas y barras.
  • Se mantienen abiertas las marinas, pero se prohíbe pegar o amarrar varias embarcaciones entre sí.
  • Las playas continuarán abiertas, pero la orden ejecutiva prohíbe la aglomeración de personas en las playas, ríos, balnearios, marinas, piscinas y otros cuerpos de agua. Las personas deberán mantener una distancia de no menos de 10 pies entre los bañistas que no pertenezcana a una misma unidad familiar.

  • El servicio de transportación marítima para las islas municipios de Vieques y Culebra continuará operando para residentes y personas que vayan a realizar gestiones de trabajo en las islas municipio. Asimismo, los turistas podrán acudir a las islas a menos que los alcaldes de estos municipios determinen lo contrario.
  • Las escuelas públicas o privadas que estén en un municipio con transmisión alta de COVID-19 no podrán brindar clases presenciales.

Los cannabinoides sintéticos plantean riesgo de muerte en pacientes de edad avanzada con enfermedad

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Heidi Splete

6 de abril de 2021

 

Adultos mayores con enfermedad pulmonar obstructiva crónica que comenzaron a utilizar cannabinoides sintéticos mostraron un aumento de 64% en la mortalidad por todas las causas, en comparación con no usuarios, según demostraron los hallazgos de un estudio grande.[1]

Los cannabinoides sintéticos, como nabilona y dronabinol, fueron aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para tratar la náusea y el vómito ocasionados por la quimioterapia.

 

Pero está aumentando su uso con indicación extraoficial por adultos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica para ayudar a tratar el dolor musculoesquelético crónico, el insomnio y la disnea refractaria, afirmaron el Dr. Nicholas T. Vozoris, de la University of Toronto, en Toronto, Canadá, y sus colaboradores.

De hecho, los cannabinoides pueden contribuir a resultados respiratorios negativos en individuos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica a través de varios mecanismos posibles, como sedación, ansiedad y provocando debilidad de músculos respiratorios.

 

“Los posibles efectos respiratorios adversos de los cannabinoides tienen más probabilidades de presentarse en adultos mayores (en quienes la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es más frecuente), pues se sabe que este grupo metaboliza los fármacos con menos eficiencia”, señalaron.

En un estudio retrospectivo, de cohortes, basado en la población, publicadoen Thorax, los investigadores identificaron 185.876 adultos de 66 y más años con enfermedad pulmonar obstructiva crónica utilizando información de una base de datos administrativa sanitaria de 2006 a 2016. Nuevos usuarios de cannabinoide (los que comenzaron nabilona o dronabinol) fueron equiparados con no usuarios de control (definidos como nuevos usuarios de fármacos no cannabinoides). Los individuos que recibieron cuidados paliativos, o que tenían un diagnóstico de cáncer o virus de inmunodeficiencia humana, fueron excluidos debido a que estos son ámbitos en que los cannabinoides sintéticos son prescritos para tratar la náusea o el vómito, y estos pacientes tienen más probabilidades de encontrarse en un estado de salud más deficiente.

En general, nuevos usuarios de cannabinoide tuvieron tasas de mortalidad por todas las causas más altas de manera estadísticamente sitgnificativa, en comparación con los no usuarios (hazard ratio [HR]: 1,64).

 

Los efectos fueron más intensos en usuarios de cannabinoide en dosis altas.

El Dr. Daniel R. Ouellette, profesor asociado de medicina en la Wayne State University y médico tratante sénior en el Henry Ford Hospital, ambos en Detroit, Estados Unidos, comentó que este estudio es útil para los médicos. “En Estados Unidos se está liberalizando el uso de cannabinoides y es importante saber los efectos sobre la salud que tiene este tipo de droga en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. El estudio es un poco sorprendente. Aunque podrían haberse esperado consecuencias adversas en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica que inhalan humo de cannabinoides, es algo inesperado que el uso oral se asociara con consecuencias adversas”, señaló.

 

“El dolor en adultos mayores es un problema complejo. Los cannabinoides suelen recomendarse para aliviar el dolor en la población general, pero el dolor en sí no es un síntoma primario en la mayoría de los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica por sus problemas respiratorios. Médicos que tratan a pacientes con esta enfermedad deben diagnosticar la causa del dolor y proporcionar tratamiento apropiado”, añadió el Dr. Ouellette.

La dosis hace la diferencia

La mortalidad por todas las causas aumentó 231% y la hospitalización por enfermedad pulmonar obstructiva crónica o neumonía aumentó 178% en nuevos usuarios de cannabinoides en dosis más altas, en comparación con no usuarios. La dosis más alta se definió en este estudio como más de 1,5 mg de nabilona al día.

No se presentaron diferencias significativas en nuevos usuarios frente a no usuarios en la hospitalización por enfermedad pulmonar obstructiva crónica o neumonía en dosis más bajas, y no aparecieron diferencias significativas en general en las exacerbaciones respiratorias en pacientes externos, las consultas en el servicio de urgencias por enfermedad pulmonar obstructiva crónica o neumonía, o la mortalidad relacionada con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o neumonía.

Limitaciones e implicaciones potenciales
“El hecho de que la mortalidad por enfermedad pulmonar obstructiva crónica o neumonía no se observara con tasas mayores de manera estadísticamente significativa en usuarios de cannabinoide con enfermedad pulmonar obstructiva crónica puede indicar que el hallazgo de mayor mortalidad por todas las causas no fue debido a los efectos adversos de la droga relacionados con la respiración, como lo postulamos, y en cambio posiblemente fue resultado de factores de confusión no resueltos”, señalaron los investigadores.

Los hallazgos del estudio estuvieron limitados por varios factores, como la imposibilidad para demostrar causalidad en un estudio observacional y el potencial de factores de confusión con base en diferencias no medidas entre usuarios y no usuarios de cannabinoide.
“Nuestros hallazgos pueden no ser generalizables a todos los individuos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pues nuestro estudio incluyó solo a aquellos de 66 y más años de edad, y nuestro algoritmo de identificación, aunque muy específico, tuvo sensibilidad moderada”, añadieron.

 

Sin embargo, los resultados fueron fortalecidos por la población considerable del estudio e indican que los cannabinoides no están contraindicados en adultos mayores con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. “Puede haber motivos legítimos para utilizar cannabinoides en esta población, como ayudar a tratar la náusea y el vómito relacionados con la quimioterapia, y posiblemente para cuidados terminales”, resaltaron.

Los hallazgos del estudio sirven para informar a médicos sobre el aumento significativo del riesgo de mortalidad cuando adultos mayores con enfermedad pulmonar obstructiva crónica inician el uso de cannabinoides, y “esta información debería comentarse con los pacientes e incorporarse en la toma de decisiones para la prescripción y los planes de tratamiento”; asimismo, cuando sea posible habrá que considerar el uso de dosis más bajas para limitar los efectos adversos, concluyeron.
El estudio fue financiado por The Lung Association-Ontario Grant Review/Grant-In-Aid. Los investigadores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Este contenido fue originalmente publicado en MDEdge, parte de la Red Profesional de Medscape.