Los antiinflamatorios no esteroideos para la osteoartritis de rodilla pueden empeorar el dolor con el tiempo

El uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para la osteoartritis de rodilla puede empeorar la inflamación y el dolor con el tiempo, sugieren nuevos datos revelados en el Congreso Anual de la Radiological Society of North America (RSNA) de 2022.

La Dra. Johanna Luitjens, becaria postdoctoral en el Departamento de Radiología e Imágenes Biomédicas de la University of California, San Francisco, en Estados Unidos, dijo a Medscape Noticias Médicas que los antiinflamatorios no esteroideos se usan con frecuencia para tratar el dolor de la osteoartritis porque la inflamación es uno de los principales impulsores de la osteoartritis, pero no está claro si realmente ayudan a los resultados. Su estudio sugiere que no ayudan, y en realidad pueden empeorar los resultados.

En particular, este estudio analizó el impacto de los antiinflamatorios no esteroideos en la sinovitis, la inflamación de la membrana que recubre la articulación de la rodilla, mediante el uso de biomarcadores estructurales basados en resonancia magnética.

La osteoartritis, forma más común de artritis, afecta a más de 32 millones de adultos en los Estados Unidos y a más de 500 millones de personas en todo el mundo.

Sin terapia aprobada para reducir la progresión de la osteoartritis

Poco se sabe de los efectos a largo plazo de los antiinflamatorios no esteroideos en la progresión de la osteoartritis. Actualmente, no existe una terapia aprobada para curar la osteoartritis o para reducir su avance.

Los investigadores estudiaron a los participantes de la cohorte de la Osteoarthritis Initiative (OAI) con osteoartritis de moderada a grave que usaron antiinflamatorios no esteroideos regularmente durante al menos 1 año entre el inicio y los 4 años de seguimiento. Todos los participantes tenían resonancia magnética 3T de alta calidad de la rodilla al inicio y después de 4 años. Las imágenes se calificaron para biomarcadores de inflamación, incluidos el grosor y la composición del cartílago.

La Dra. Luitjens y sus colaboradores estudiaron a 721 participantes que cumplían con los criterios de inclusión (129 con y 592 participantes sin uso regular de antiinflamatorios no esteroideos). Los datos disponibles no especificaron más las cantidades de antiinflamatorios no esteroideos utilizadas.

Al inicio del estudio, se observó una intensidad de señal significativamente más alta en la almohadilla de grasa infrapatelar (IFP) en los pacientes que usaron antiinflamatorios no esteroideos, en comparación con los controles (diferencia ajustada en la puntuación: 0,26; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: -0,5 a -0,129; p = 0,039).

Además, al final del periodo de estudio, hubo un aumento significativamente mayor en la intensidad de la señal de la almohadilla de grasa infrapatelar (diferencia ajustada en la puntuación: 0,46; IC 95%: 0,2 a 0,72; p < 0,001) y mayor aumento en la sinovitis por efusión (diferencia ajustada en la puntuación: 0,27; IC 95%: 0,06 a 0,47; p = 0,01) en usuarios de antiinflamatorios no esteroideos en comparación con los controles.

El tamaño de la almohadilla de grasa infrapatelar y la puntuación de proliferación sinovial (SPS) no difirieron significativamente entre los grupos al comienzo del estudio y no mostraron cambios significativos con el tiempo.

Los resultados no mostraron ningún beneficio a largo plazo del uso de antiinflamatorios no esteroideos. La inflamación de las articulaciones y la calidad del cartílago fueron peores al inicio del estudio en los participantes que tomaban antiinflamatorios no esteroideos en comparación con el grupo de control y empeoraron a los 4 años de seguimiento.

“[La Osteoarthritis Initiative (OAI) es] grande y bien conocida, pero no fue diseñada para comparar estos grupos, y este era un pequeño subconjunto”, dijo a Medscape Noticias Médicas. Sin aleatorización, remarcó, es difícil juzgar los resultados.

Fuente: Medscape

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