Apnea del sueño: los especialistas recomiendan cómo tratar la enfermedad para descansar mejor

La apnea de sueño es una patología donde la persona deja de respirar por unos segundos mientras duerme y puede traer problemas de salud colaterales.

El momento de dormir suele ser uno de los más sagrados y necesarios para mantenerse saludable y activo al día siguiente. Sin embargo, hay distintas situaciones que se pueden desencadenar durante esas horas impidiendo a la persona descansar como corresponde.

Son unos segundos donde la respiración se detiene y se vuelve a reiniciar de manera automática durante el período de descanso. Se trata de la apnea del sueño, una patología involuntaria que suele ocurrir como consecuencia del cierre de la vía respiratoria superior, disminuyendo la saturación del oxígeno en el cuerpo. Un trastorno frecuente y a veces hasta crónico que se da tanto en niños, adultos y personas mayores.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 1% y 6% de los individuos a nivel mundial padecen esta patología. Datos publicados por la revista británica The Lancet, indican que esto se traduce en 1,300 millones de personas. Al mismo tiempo, especialistas de la Universidad de Granada, en España revelaron que el 22% de los hombres son más propensos a padecerla mientras que en mujeres alcanza un 17%.

En diálogo con La Nación, Conrado Estol, médico neurólogo director del Instituto Breyna y de la Unidad de Accidentes Cardiovasculares del Sanatorio Güemes, comenta que la palabra apnea significa “no respirar” y explica que se trata de períodos de entre diez segundos y a veces hasta de un minuto donde el individuo deja de inhalar y exhalar, una situación que le genera micro despertares, movimientos bruscos y hasta ronquidos durante la noche. “Frente a este cuadro, la persona que las padece no se da cuenta de lo que le está pasando a menos que haya alguien al lado que registre el hecho”, dice Estol.

Por su parte, Alejandro Andersson, médico neurólogo, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires sostiene que se trata de algo que se da únicamente de noche y no durante la vigilia porque “cuando estamos despiertos, podemos controlar nuestra respiración a diferencia de cuando dormimos que va en piloto automático”.

Pero, ¿cómo se desencadena? Existen tres tipos de apneas: la obstructiva, que se da especialmente en adultos, como resultado de cuando los músculos de la garganta y la boca se relajan y bloquean el paso del aire; la central, es común en niños y se desarrolla cuando el cerebro no manda las señales correctas al sistema respiratorio; y por último, la denominada compleja, que combina las dos anteriores.

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¿Cuáles son los síntomas?

Las personas que padecen apneas no se dan cuenta de que la sufren y lo cierto es que si duermen solos, las posibilidades de enterarse de que la tienen son casi nulas. “Es muy importante concientizar este hecho porque son muchos los que la sufren y lo desconocen, y pueden tener secuelas”, comenta Lapman.

Por ello, los especialistas consultados mencionan una serie de síntomas que se desencadenan durante el día y que dan indicio de esta condición.

  • Ronquidos, por lo general fuertes
  • Sensación de tener la boca seca
  • Dolor de cabeza al despertarse
  • Irritabilidad
  • Somnolencia, cansancio y desgano
  • Insomnio a la hora de irse a dormir
  • Depresión. Muchas veces cuando hay apneas de sueño, los medicamentos no hacen efecto.

¿Cómo se previene?

“El estilo de vida que lleva cada persona juega un rol importante ya que, puede potenciar o no, distintos tipos de enfermedades”, reflexiona Lipman. A continuación, brindan una serie de recomendaciones que contribuyen a prevenir la apnea.

  • Control de peso: Mantener una estructura corporal equilibrada para que el cuerpo funcione de manera correcta.
  • Nutrición: Sostener una alimentación saludable, en cantidades moderadas, evitando en lo posible el consumo de carbohidratos.
  • Hábitos: Evitar el alcohol, el cigarrillo y cualquier tipo de sustancias.
  • Ejercicio: Es fundamental para mantener el peso y los músculos fortalecidos.
  • Descanso: Se recomienda dormir de costado, evitando la posición boca abajo ya que, fomenta los problemas en la circulación del oxígeno. Además, se sugiere llevar a cabo buenas costumbres en cuanto a la higiene del sueño, por ejemplo, evitar las pantallas al momento de irse a dormir o asegurarse de que no haya luz artificial.

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