La atención plena beneficia a niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad y a sus familias

La meditación, el yoga, los ejercicios respiratorios y otras actividades de atención plena pueden ayudar a niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, pero no solo los niños se benefician.[1]

Cuando las familias de niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad llevan a cabo en conjunto un programa de atención plena, niños y padres se benefician, lo que puede mejorar el autocontrol, la autocompasión y los síntomas psicológicos, señala nuevo estudio.

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Los hallazgos no señalan que los niños deban descartar la medicación a favor de centrarse en el momento presente. Más bien el estudio se suma a las pruebas crecientes que indican que la atención plena puede ser una herramienta útil junto con otras estrategias para niños y adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, afirmó John Mitchell, Ph. D., psicólogo de la Duke University, en Durham, Estados Unidos, que no intervino en el nuevo estudio. La atención plena puede ayudar a las familias a calmar el estrés y mejorar la calidad de vida.

“Hablamos sobre el trastorno por déficit de atención/hiperactividad porque una persona tiene ese diagnóstico, pero no vivimos en burbujas. Todos estamos interconectados y tenemos influencia mutua. Y es muy importante contar con tratamientos que reconozcan esto y que lo midan mediante estudios científicos”, destacó.

Los ejercicios de atención plena, que tienen sus raíces en las tradiciones orientales, por lo general tienen como propósito instruir a las personas a estar atentas al momento presente y dejar de juzgar. Durante las últimas dos décadas, quienes han investigado la depresión y otros trastornos han recopilado datos que indican que practicar la atención plena puede ayudar de diversas formas, tales como la autorregulación de la atención y las emociones. No tardó mucho en que estos hallazgos atrajeran el interés de los investigadores que estudian el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, señaló Mitchell.

La investigación sobre la atención plena para el trastorno por déficit de atención/hiperactividad comenzó con adultos, y los resultados han sido alentadores, indicó Mitchell. Las personas que llevan a cabo un programa de atención plena tienden a mostrar alguna mejora en la atención, la impulsividad y la hiperactividad, según muestran los estudios. En un pequeño estudio experimental Mitchell y sus colaboradores informaron mejoras en los síntomas y la función ejecutiva de adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.

Los estudios en niños se han quedado rezagados, pero la investigación reciente ha sido prometedora. Al analizar los datos de diversos estudios, los investigadores han encontrado reducciones pequeñas en la inatención, la hiperactividad y la impulsividad de las personas jóvenes con trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Varios estudios aleatorizados controlados también han demostrado reducción de los síntomas, según los evalúan padres y maestros.

Mejor comprensión y aceptación

En una investigación relacionada hubo reducción notoria del estrés en pacientes que se capacitaron en atención plena que los enseña a escuchar con toda su atención, aceptar y desarrollar compasión por sí mismos y sus niños, y regularse a sí mismos en la relación con sus niños.

No obstante, el tratamiento de primera línea para los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad por lo general incluye una combinación de medicación, terapia cognitiva conductual y educación, aun cuando estas estrategias no siempre funcionen bien para todos, señaló Corina Greven, Ph. D., psicóloga del Radboud University Medical Centre y del Karakter Child and Adolescent Psychiatry University Centre, en Nijmegen, Países Bajos.

A pesar de los resultados sugestivos, los datos sobre atención plena siguen siendo escasos, en parte porque han sido pequeños los primeros estudios en que se ha analizado la capacitación en atención plena para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad. En pocos estudios sobre el tratamiento del trastorno por déficit de atención/hiperactividad mediante atención plena, dice Greven, se ha incluido a los padres.

Para llenar algunas lagunas, Greven y sus colaboradores realizaron un estudio con 103 familias que tenían un niño con trastorno por déficit de atención/hiperactividad con edades entre 8 y 16 años. La mitad de las familias fue aleatorizada a continuar el tratamiento habitual, que en la mayoría de los casos incluía medicación.

La otra mitad continuó su tratamiento habitual y también participó en un programa llamado MYMind, en que se utilizó la terapia cognitiva basada en atención plena para los niños y la capacitación de los padres en crianza consciente.

Las familias asistieron a sesiones de grupo de 90 minutos una vez a la semana durante 8 semanas, con una sesión adicional 2 meses más tarde. El grupo asignado a atención plena también llevó a cabo tareas diarias que tomaban entre 30 y 45 minutos para los padres y 15 minutos para los niños. Las tareas incluían libros de trabajo y meditaciones guiadas.

El equipo informó que a corto plazo los niños que recibieron la intervención de atención plena mostraron pequeñas mejoras en los síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad, ansiedad, síntomas de autismo y problemas para conciliar el sueño. Uno de cada tres niños que recibieron capacitación en atención plena mejoró en medidas de autocontrol, añadió Greven, en comparación con solo uno de cada diez que recibieron únicamente su tratamiento habitual.

Los beneficios fueron mayores y más duraderos para los padres. En comparación con los padres que no tuvieron capacitación en atención plena, los asignados al grupo de atención plena mejoraron en autocontrol, autocompasión, depresión, ansiedad, estrés, bienestar y sus propios síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Dado el importante componente genético del trastorno, es común que los padres de niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad también tengan un diagnóstico o síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Además, las familias que llevaron a cabo la intervención basada en atención plena refirieron mejoras en sus relaciones, así como la aceptación del trastorno por déficit de atención/hiperactividad, señaló Greven.

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¿Un nuevo tratamiento?

Los hallazgos indican nuevas opciones de tratamientos potenciales para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, y para sus padres, destacó Greven, así como la necesidad de estudiar el trastorno de forma más general. “Aunque los padres de niños con el trastorno a menudo tienen mayor estrés parental, ansiedad o sus propios síntomas de la enfermedad, las intervenciones habituales para los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad no suelen dirigirse a la salud mental de los padres. Como investigadores, necesitamos adoptar un enfoque más amplio y no solo determinar si una intervención reduce los síntomas, e incluir desenlaces adicionales que a las familias les resultan importantes”.

Se necesitará más investigación para determinar quién tiene más probabilidades de beneficiarse de la capacitación en atención plena y qué tanto duran estos beneficios, pero el nuevo estudio es un punto de partida útil, señalaron expertos.

“La capacitación en atención plena tuvo los efectos beneficiosos a corto y a largo plazos para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad y sus padres”, comentó el Dr. Samuel Wong, director de la JC School of Public Health and Primary Care de la Chinese University of Hong Kong, en Hong Kong, China. Destacó que la atención plena tiene más probabilidades de convertirse en un complemento que en un reemplazo de otras clases de tratamiento.

“Los profesionales clínicos pueden considerar combinar o añadir la capacitación en atención plena familiar en la práctica actual para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad que tienen síntomas residuales con su tratamiento actual”, señaló.

La capacitación en atención plena puede ayudar a problemas que van más allá de los síntomas característicos que conlleva el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, indicó Mitchell, pues ayuda a mejorar en general la vida familiar, aun cuando algunas características del trastorno no se modifiquen mucho.

“Con este estudio en particular vemos algunos efectos muy prometedores de algo que será útil más allá de los 18 síntomas centrales del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Este es un estudio importante, pues será la base para que continúe evolucionando la investigación científica sobre este tema. Es algo por lo que hay que sentirse entusiasmado”, finalizó.

Por: Emily Sohn, medscape

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