El alcohol contribuye con 4% a los cánceres recién diagnosticados en el mundo

El consumo de alcohol contribuyó con 4% a todos los cánceres diagnosticados en el mundo en 2020 y tres cuartas partes de estos cánceres se presentaron en hombres. Los órganos más comunes afectados por cáncer fueron esófago, hígado y mama.[1]

El hallazgo proviene de un análisis revisado por la International Agency for Research on Cancer publicado el 13 de julio en la versión electrónica de The Lancet Oncology.

“Necesitamos urgentemente crear conciencia en torno al vínculo entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer en quienes establecen las políticas y el público en general”, indicó la autora principal, Harriet Rumgay, B. Sc., del Cancer Surveillance Branch de la IARC, en Lyon, Francia.

“Las estrategias de salud pública, como la reducción de la disponibilidad de alcohol, etiquetar los productos que contienen alcohol con una advertencia sanitaria y las prohibiciones para comercialización, podrían reducir las tasas de cáncer impulsadas por el alcohol”, añadió, destacando que las políticas de gravamen y precios ya implantados en Europa podrían implementarse en todo el mundo.

En su comentario sobre el estudio, Mark Petticrew, profesor de evaluación de salud pública en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, en Londres, Reino Unido, estuvo de acuerdo en que hay la necesidad de crear conciencia en el público sobre este riesgo. Hay mucha información incorrecta circulando, alguna generada por la propia industria del alcohol.

“El público necesita información independiente, clara, y este estudio grande y robusto contribuye de manera importante a esclarecer los riesgos. Proporciona evidencia más concisa de que el consumo de alcohol contribuye a una carga importante de cáncer, en particular el consumo intenso de alcohol”, agregó.

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Detalles del estudio

Para calcular la morbimortalidad del cáncer atribuible al alcohol, Rumgay y sus colaboradores recopilaron datos sobre incidencia de cáncer de GLOBOCAN 2020 para una variedad de cánceres y para todos los cánceres combinados.

Suponiendo un periodo de latencia de 10 años entre el consumo de alcohol y el diagnóstico de cáncer, examinaron las estimaciones del consumo de alcohol per cápita para 2010 del Sistema de Información Global sobre Alcohol y Salud. Estas estimaciones fueron estratificadas según edad y sexo.

Los resultados indicaron que 741.300 (4,1%) de todos los nuevos casos de cáncer en 2020 fueron atribuibles al consumo de alcohol y 568.700 (76,7%) de esos casos se presentaron en hombres.

La tasa de incidencia estandarizada según edad del cáncer atribuible al alcohol fue de 13,4 por 100.000 en hombres y 3,7 por 100.000 en mujeres.

Los tipos más frecuentes de cáncer atribuibles al consumo de alcohol fueron cáncer esofágico (189.700 casos; 31,6%), cáncer hepático (154.700 casos; 17,3%) y cáncer de mama (98.300 casos; 4,4%).

La bebida intensa (definida como > 60 g/día), contribuyó con 46,7% a todos los cánceres atribuibles al alcohol. La bebida riesgosa (definida como 20 a 60 g/día), contribuyó con 29,4%.

La bebida moderada (< 20 g/día, que es el equivalente a casi dos bebidas diarias) contribuyó con 13,9% a los casos de cánceres atribuibles al alcohol.

El análisis también reveló que por región, las proporciones más grandes de casos de cáncer atribuibles a la bebida se observaron en Asia oriental (5,7%) y en Europa central y oriental (5,6%). Las más bajas fueron en Asia occidental (0,7%) y África del Norte (0,3%).

A nivel de país, la proporción estimada de casos de casos de cáncer atribuibles al alcohol fue máxima en Mongolia (10%) y la más baja en Kuwait (0%).

En China la proporción estimada de casos de cáncer vinculados al alcohol fue de 6%; en India y Francia de 5%; en Alemania, Brasil y Reino Unido, de 4%, y en Estados Unidos de 3%.

En relación con las diferencias de sexo en las tasas de cáncer, el equipo informa que “se han comunicado aumentos de consumo de alcohol en las mujeres a medida que ha aumentado la proporción de mujeres con empleo remunerado”.

Este hallazgo se refleja claramente en países con alto índice de desarrollo, donde observamos la máxima morbimortalidad de cánceres atribuibles al alcohol en mujeres y cocientes hombres/mujeres similares en las tasas de cáncer atribuibles al alcohol.

“En estas regiones el cáncer de mama fue el principal impulsor de las altas tasas de incidencia de cáncer atribuibles al alcohol en las mujeres”, añadieron.

En un comentario adjunto, la Dra. Amy C. Justice, Ph. D., del Departamento de Medicina y Política y Gestión de la Salud de la Yale University, en West Haven, Estados Unidos, dijo que los resultados son “útiles”, pero cuestionó cómo se midió el consumo de alcohol.

“Hasta que abordemos las limitaciones en la medición podríamos subestimar los riesgos para la salud, en especial los riesgos de cáncer asociados con el alcohol”, advirtió.

El uso de las ventas de alcohol comercial para estimar el consumo tiene “limitaciones importantes” y el uso de la autonotificación es “peor”, destacó.

Por otra parte, ni las ventas comerciales ni los autoinformes actuales reflejan el consumo previo de alcohol, que tiene implicaciones especialmente importantes en los estudios genéticos para comprender las asociaciones entre el consumo de alcohol y cánceres que comúnmente tienen periodos de latencia prolongados.

“Seguramente podemos hacer un mejor trabajo”, puntualizó la Dra. Justice.

Recomendó medir biomarcadores directos del alcohol, como fosfatidiletanol, que es un fosfolípido “anormal” que se forma en la presencia de etanol y se une a los eritrocitos.

Medir los niveles en el curso del tiempo, “junto con un historial detallado de consumo”, como el basado en un biomarcador, podría ayudar a determinar no solo la exposición al alcohol actual, sino también la pasada.

“No preguntamos a las personas con diabetes cuál es su nivel de hemoglobina glucosilada, la verificamos”, puntualizó la Dra. Justice.

“Luego hablamos sobre su riesgo de desenlaces adversos en la salud con base en los resultados de la prueba y su perfil de riesgo personal. Deberíamos utilizar un enfoque similar para asesorar a los pacientes en torno al riesgo del alcohol”, destacó.

En su comentario para el UK Science Media Center, Sadie Boniface, Ph. D., jefa de investigación en el Institute of Alcohol Studies del King’s College London, en Londres, Reino Unido, describió el nuevo análisis como “exhaustivo y bien diseñado”.

Añadió que los resultados son “congruentes con los de otros estudios y los científicos ya sabían que el alcohol es causa de varios tipos de cáncer”, incluidos cáncer de mama, esófago, boca y garganta.

Sin embargo, este riesgo no se ha documentado bien para el público en general. En Reino Unido, una próxima consulta sobre el etiquetamiento del alcohol representa una “verdadera oportunidad” para ayudar a los consumidores a “tomar decisiones plenamente informadas sobre su consumo de alcohol”.

Más allá de la implantación de etiquetas, las recomendaciones de los autores sobre las políticas para abordar los precios del alcohol, su disponibilidad y comercialización, son necesarias como “parte de una estrategia exhaustiva frente al consumo de alcohol en la víspera de la pandemia” para abordar la morbimortalidad que conlleva el alcohol, finalizó.

No se describió ninguna financiación para el estudio. Boniface refiere trabajar en el Institute of Alcohol Studies, que recibe financiación de la Alliance House Foundation. No se informó de ninguna otra relación económica relevante.

Liam Davenport, medscape

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