No se encontró ningún vínculo entre el tratamiento para la fertilidad y aumento del riesgo de cáncer de mama en el estudio más extenso sobre la cuestión hasta la fecha.[1]
Este estudio “proporciona la evidencia necesaria para tranquilizar a mujeres y parejas que buscan tratamientos para la fertilidad”, comentó la autora principal, Dra. Sesh Sunkara, especialista en medicina reproductiva en Kings College London, en Londres, Reino Unido, en un comunicado de prensa.[2]
Dado el número creciente de mujeres que buscan ayuda para convertirse en madres, la pregunta “es de gran importancia” y fuente de considerable inquietud entre las pacientes, comentaron los autores del estudio.
Este es el metanálisis más grande hasta la fecha, que incluye 1,8 millones de mujeres que fueron objeto de seguimiento durante un promedio de 27 años. Los investigadores no encontraron vínculo con el uso de gonadotropinas o citrato de clomifeno para aumentar la producción de óvulos en ciclos de fertilidad.
En el curso de los años ha habido inquietud en torno a que el tratamiento para la fertilidad pudiera estimular las células de cáncer de mama precursoras sensibles a estrógeno.
Desde 1990 se han realizado más de 4.000 estudios sobre este tema y los resultados han sido contradictorios. Los investigadores analizaron resultados de los 20 con más potencia.
El nuevo metanálisis incluyó nueve estudios retrospectivos, cinco estudios de casos y controles, cinco estudios prospectivos y un estudio comparativo.
El equipo advirtió que la calidad de la evidencia incluso en estos 20 estudios principales era “muy baja”, pero que tal enfoque quizá sea el mejor posible sobre esta cuestión, pues un estudio aleatorizado en mujeres que buscan ayuda para tener descendencia sería “éticamente complejo”.
En el estudio el equipo comparó la incidencia de cáncer de mama en mujeres que se sometieron a estimulación ovárica con la incidencia en mujeres no expuestas de la población general y en mujeres infértiles no expuestas equiparadas en cuanto a edad.
No hubo incremento significativo en el riesgo de cáncer de mama entre las mujeres tratadas con algún fármaco para la estimulación ovárica (pooled odds ratio [OR]: 1,03; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,86 a 1,23, pero con heterogeneidad sustancial entre los criterios de valoración del estudio).
También hubo aumento del riesgo cuando el análisis se limitó a los ocho estudios en los cuales las mujeres se trataron con gonadotropinas y también citrato de clomifeno (pooled OR: 0,92; IC 95%: 0,52 a 1,60, con heterogeneidad sustancial).
Los autores señalaron que entre las múltiples limitaciones del estudio no se hizo diferenciación entre la dosis fisiológica para la anovulación y la dosis suprafisiológica para los ciclos de fertilización in vitro. Además, dado que las mujeres tratadas por lo general eran jóvenes, el periodo de seguimiento no alcanzó la edad a la cual tendrían el máximo riesgo para cáncer de mama.
Tampoco se contó con datos de pacientes individuales, pero en 14 estudios se efectuó el ajuste con respecto a factores de confusión, tales como peso, raza, paridad, edad en el primer nacimiento, edad de aparición de la menarquia y antecedente familiar de cáncer de mama.
Aunque los hallazgos tranquilizan, “ahora se necesitan más estudios a largo plazo y detallados para confirmarlos”, puntualizó Kotryna Temcinaite, Ph. D., directora principal de comunicaciones de investigación en la organización de beneficencia de Reino Unido, Breast Cancer Now.