La insuficiencia ovárica prematura se asocia con un aumento de riesgo en la mortalidad

A pesar de que la insuficiencia ovárica prematura afecta a una pequeña parte de la población de mujeres, los efectos en la mortalidad de quienes la padecen son importantes, ya que se asocian con un riesgo incrementado de esta, concluye un estudio de cohortes prospectivo realizado en el Servicio de Salud Metropolitano Sur del Hospital Barros Luco en Santiago de Chile, Chile, publicado en la revista Maturitas.

Desde el siglo pasado la esperanza de vida aumentó significativamente en todo el mundo de 31 años a inicios de 1900 hasta un promedio de 73 años en 2020, lo que ha llevado a que muchas mujeres vivan un periodo significativo de sus vidas privadas de esteroides ováricos, que dejan de ser secretados en promedio a los 50 años.

La deficiencia de estrógenos produce una gran cantidad de síntomas que pueden deteriorar la calidad de vida, además de asociarse con afecciones crónicas como obesidad, síndrome metabólico, diabetes, enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, osteoartritis, demencia, deterioro cognitivo, depresión y cáncer. Adicionalmente, las mujeres con insuficiencia ovárica prematura suelen tener una alta prevalencia de afecciones crónicas y hasta dos veces más probabilidades de experimentar multimorbilidad a los 60 años.

El objetivo de este trabajo fue evaluar la asociación entre la insuficiencia ovárica prematura y la mortalidad, lo que permitirá revisar si el riesgo de fallecimiento asociado con una menopausia precoz difiere con un seguimiento más largo que el realizado en publicaciones previas.

El Dr. Juan Blümel, endocrinólogo del Departamento de Medicina Interna de la facultad de medicina de la Universidad de Chile y primer autor del estudio, comentó que considera que el principal aporte del trabajo es la aplicación que puede tener al visibilizar la problemática en Latinoamérica. “Tenemos que auxiliar a las pacientes con menopausia precoz, darles terapia hormonal y preocuparnos de que tengan un estilo de vida que vaya a mejorar la longevidad”.

Para calcular la sobrevida de las mujeres se consultó el estado vital (si aun vivían o no, así como la fecha de fallecimiento) de cada participante, de diciembre del 2020 a diciembre de 2021, con el número de Registro Único Tributario, utilizando los registros oficiales del gobierno chileno. En Chile se requiere de un certificado de muerte expedido por un médico para sepultar a una persona, este certificado incluye la causa de muerte 99% de las veces.

Con la información obtenida se analizó la asociación entre insuficiencia ovárica prematura y datos relevantes, también se realizaron curvas de sobrevida.

El Dr. Blümel añadió que el mayor desafío en la realización de este trabajo fue el seguimiento de las pacientes por tantos años: “Este es un estudio que planteamos en la década de los años 90 para ver qué factores influirán en el envejecimiento y en la mortalidad, lo que en Latinoamérica es muy difícil, porque en esa época no había fondos ni sistemas estadísticos para llevar un control de tantas pacientes al mismo tiempo, además de que la vejez no era relevante como ahora, que es un problema importante de salud pública”.

La prevalencia de insuficiencia ovárica prematura en esta población fue de 6,7%. En comparación con las mujeres que no tuvieron insuficiencia ovárica prematura, entre estas hubo más decesos (34,7% frente a 19,3%) y el mayor porcentaje de muertes se debió a enfermedades cardiovasculares, mientras que la prevalencia de cáncer no presentó diferencias significativas.

Las pacientes con insuficiencia ovárica prematura tuvieron un mayor riesgo de mortalidad total, las tasas de riesgo de mortalidad en este grupo fueron 97% más altas que en el grupo de quien no la padeció.

La Dra. Fernanda Garrido, que forma parte del equipo de ginecología y obstetricia de la Clínica Universidad de los Andes, con interés particular en climaterio, que no participó en la realización del trabajo, manifestó: “Lo más importante es que utilizando población chilena, el estudio confirmó la relación entre insuficiencia ovárica y aumento de riesgo de mortalidad, sobre todo de origen cardiovascular y por las características demográficas podría ser extrapolable a otras poblaciones latinoamericanas, lo que nos ayuda a tener datos para cambios en políticas de salud pública. También es una contribución a la comunidad científica mundial al ser una cohorte con una duración de seguimiento muy larga: el aumento de mortalidad y de riesgo cardiovascular eran datos conocidos, pero se ven magnificados gracias a que aumenta el tiempo de duración de la observación de esta cohorte”.

Explicó que el análisis prospectivo de las pacientes en la segunda parte trae un sesgo que hay que tomar en cuenta: “Desafortunadamente esta es una cohorte donde se hizo un catastro de las pacientes en forma retrospectiva, ojalá estas cohortes fueran prospectivas para evitar cualquier sesgo. También habría sido ideal que las pacientes contaran con todas las mediciones de factores de riesgo cardiovascular que se hicieron al inicio de su reclutamiento en el tiempo, pues sería muy interesante ver cómo cambiaban en el tiempo y saber si los cambios potentes del estilo de vida y mantener controlados con otras estrategias esos parámetros pueden contrarrestar el aumento de riesgo cardiovascular en este grupo de pacientes”.

El Dr. Blümel y la Dra. Garrido han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Maria Nayeli Ortega Villegas de Medscape en español

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