Factores de riesgo relacionados con el deterioro de la salud en mujeres

Para las mujeres de mediana edad, tener problemas de salud específicos, incluidos síntomas depresivos y enfermedades cardiovasculares, se asoció con experimentar deterioros clínicamente importantes en la salud más adelante en la vida.

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Los parámetros más predictivos de una peor salud a los 65 años fueron las enfermedades cardiovasculares, los síntomas depresivos clínicamente significativos y el tabaquismo actual. La osteoartritis, tener un menor nivel educativo y un índice de masa corporal más alto también se asociaron con un estado de salud más deficiente 10 años después, escribieron el Dr. Daniel H. Solomon, maestro en salud pública, y sus colaboradores, en su estudio observacional, que se publicó en JAMA Network Open.

Determinar la puntuación del paciente en una medida de calidad de vida relacionada con la salud basada en estas variables podría ser útil en la práctica clínica para reconocer a las pacientes de mediana edad con mayor riesgo de deterioro de la salud posterior, manifestó el Dr. Solomon, de la División de Reumatología, Inflamación e Inmunidad de Brigham and Women’s Hospital, en Boston, Estados Unidos. Este cuestionario se llama Short Form 36(SF-36) y los investigadores se centraron específicamente en la puntuación resumida del componente físico (PCS) de este instrumento. El SF-36 es similar a la puntuación de predicción del riesgo de enfermedad coronaria a 10 años de Framingham, según el Dr. Solomon, profesor de medicina en Harvard Medical School, también en Boston, Estados Unidos.

De acuerdo a sus puntajes de riesgo, las mujeres podrían enfocarse de manera preventiva en los factores de riesgo modificables antes de llegar a la vejez, escribieron los investigadores.

“La década de 55 a 65 años puede ser una etapa crítica. La salud y los factores de una persona durante este periodo pueden ponerlos en el camino para sus años adultos posteriores, señaló el Dr. Solomon. La buena noticia es que una gran proporción de mujeres en la mediana edad es muy estable y no experimentará deterioro. Pero identificar a las mujeres con mayor riesgo podría ayudar a llevar a cabo intervenciones dirigidas a ellas”.

Detalles del estudio

El estudio incluyó una cohorte de 1.091 mujeres del Study of Women’s Health Across the Nation (SWAN) de 3.302 participantes, un grupo racial y étnicamente diverso inscrito en seis sitios de Estados Unidos que estaban inmediatamente antes de la transición a la menopausia o en esta, con un seguimiento durante 10 años desde las edades de 55 a 65 años. La muestra del estudio, compuesta por 24,6% de raza negra, 24% de japoneses o chinos y 51,9% de raza blanca, tenía una mediana de edad inicial de 54,8 años y una mediana de 27 kg/m2 al ingreso. La mediana de la puntuación inicial del componente de resumen físico fue de 53,1 (rango intercuartil [RIC]: 46,8 a 56,7).

A lo largo de 10 años, 206 (18,9%) mujeres del estudio experimentaron disminuciones clínicamente importantes de al menos 8 puntos en las características iniciales alrededor de los 55 años. Lo siguiente se asoció significativamente con estas disminuciones:

  • Tener un índice de masa corporal más alto.
  • Tener osteoartritis.
  • Tener un menor nivel educativo.
  • Ser fumador actual.
  • Tener síntomas depresivos clínicamente significativos.
  • Tener una enfermedad cardiovascular.
  • Tener una mejor (o más alta) puntuación de salud física y función en el componente de resumen físico.

La asociación entre un puntaje del componente de resumen físico más alto y una mayor disminución puede parecer una anomalía, dijo el Dr. Solomon, pero una interpretación de este hallazgo es que las mujeres con puntajes más altos o mejores al inicio tienen más probabilidades de caer una vez que otros factores de riesgo surten efecto.

Con datos analizados desde octubre de 2020 hasta marzo de 2021, la mediana del cambio de 10 años en el puntaje del componente de resumen físico fue de -1,02 puntos, pero 206 mujeres experimentaron disminuciones de 8 puntos o más.

Quienes tenían problemas de salud tenían más probabilidades de ser negras y menos probabilidad de ser japonesas. También tenían más probabilidades de tener otras comorbilidades como diabetes, hipertensión y osteoporosis y de reportar menos actividad física.

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El sistema de puntuación no debe reemplazar la evaluación individualizada, dijo una experta externa

Al comentar sobre los hallazgos, la Dra. Margaret J. Nachtigall, profesora clínica asociada en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de Langone Health en New York University, en Nueva York, Estados Unidos, advirtió que un sistema de puntuación generalizado no debe reemplazar la evaluación individualizada de las mujeres en la mediana edad.

“A diario evalúo a mujeres de alrededor de 55 años en busca de factores de riesgo para la salud en el futuro. Y si bien un número como el índice de masa corporal puede ser útil, me preocupa que confiar en un puntaje descuide el tratar a la persona”, comentó la Dra. Nachtigall. Por ejemplo, una mujer puede tener un índice de masa corporal alto debido a una mayor masa muscular, que es pesada, mientras que otra puede tener un índice de masa corporal más bajo, con más peso relacionado con la grasa, además de afecciones exacerbadas, como la hipertensión que elevarían su riesgo. “Hay que hacer el cálculo por cada persona”.

La Dra. Nachtigall, que no participó en el análisis SWAN, señaló: “Sin embargo, un sistema de puntuación de datos masivos podría ser un complemento útil para la evaluación de pacientes individuales en el sentido de que haría que los médicos observaran todos estos factores de riesgo para identificar a aquellos propensos al declive”.

El estudio incluye población racialmente diversa

Según los autores, mientras otros estudios han identificado factores de riesgo similares y otros factores, como la falta de sueño, la mayoría no ha incluido a una población tan diversa racialmente y se ha centrado en mujeres que ya están en la tercera edad cuando la ventana de oportunidad ya puede haberse cerrado.

“Como médico clínico y epidemiólogo a menudo pienso en la ventana de oportunidad de la mediana edad, cuando las personas son más activas, comprometidas y resilientes. Si podemos identificar los factores de riesgo y determinar quién está en riesgo, es posible que podamos encontrar intervenciones que puedan evitar el deterioro de la salud y ayudar a poner a las personas en una mejor trayectoria de salud”, señaló el Dr. Solomon.

El Dr. Eric M. Ascher, quien practica medicina familiar en Lenox Hill Hospital, en Nueva York, Estados Unidos, y no participó en la investigación SWAN, estuvo de acuerdo con el Dr. Solomon.

“Los médicos que tratan enfermedades crónicas a menudo conocen a los pacientes cuando ya están sufriendo de un problema médico. Es clave disminuir sus factores de riesgo antes de que sea demasiado tarde”, continuó.

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El especialista agregó que muchos proveedores de atención primaria ya dependen en gran medida de los sistemas de puntuación para determinar el nivel de riesgo y el tipo de intervención. “Cualquier sistema adicional de puntuación de factores de riesgo que sea fácil de implementar y prevenga enfermedades crónicas sería algo que los proveedores querrían usar con sus pacientes”.

Se necesitan análisis detallados de poblaciones en riesgo más grandes para validar estos factores de riesgo e identificar otros, concluyeron los autores.

SWAN recibió apoyo del National Institute on Aging, National Institute of Nursing Research y National Institutes of Health’s Office of Research on Women’s Health. El Dr. Solomon informó tener vínculos financieros con Amgen, AbbVie y Moderna, UpToDate y Arthritis & Rheumatology; además de participar en la junta directiva de la Childhood Arthritis and Rheumatology Research Alliance y en un comité asesor de la Food and Drug Administration fuera de este trabajo. La Dra. Nachtigall y el Dr. Ascher han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Este contenido fue originalmente publicado en MDEdge, parte de la Red Profesional de Medscape. 

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