Cambios en la presión arterial y función ventricular izquierda en niños concebidos por reproducción asistida

La tecnología de reproducción asistida, ampliamente utilizada en el tratamiento de la infertilidad, puede provocar resultados adversos en la salud cardiovascular de la descendencia, según sugieren nuevos datos.

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En un estudio de cohorte observacional realizado en China, los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida tuvieron un aumento de la presión arterial y cambios desfavorables en la estructura y función del ventrículo izquierdo, en comparación con los niños que fueron concebidos de forma natural, informaron los investigadores.

Los hallazgos, publicados en versión electrónica en JAMA Network Open, sugieren la necesidad de más investigación para evaluar los posibles mecanismos y resultados a largo plazo asociados con estas diferencias, escribieron la Dra. Linlin Cui, Ph. D., de Center for Reproductive Medicine, Shandong University, en Jinan, China, y sus colaboradores.

Se estima que más de 8 millones de bebés han nacido con tecnología de reproducción asistida desde que nació la primer “bebé probeta”, Louise Brown, en Reino Unido en 1978. Representan de 2% a 6% de los nacimientos en países de ingresos altos, señalaron los autores.

“La tecnología de reproducción asistida requiere la manipulación in vitro de gametos y embriones en un ambiente de cultivo sintético, y estas exposiciones no fisiológicas pueden estar asociadas con resultados adversos en el desarrollo embrionario y la salud de la descendencia”, escribieron.

Los resultados obstétricos desfavorables, incluidos el parto prematuro, el bajo peso al nacer y los recién nacidos pequeños para la edad gestacional, se han relacionado con tecnología de reproducción asistida, al igual que los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

“La evidencia de los orígenes de la salud y la enfermedad en la teoría del desarrollo también sugiere que los eventos adversos (p. ej., crecimiento fetal restringido y parto prematuro) en la vida temprana están asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en el futuro. Por tanto, la salud cardiovascular de la descendencia concebida por tecnología de reproducción asistida ha ganado mucha atención”, señalaron los autores.

En el estudio actual, los investigadores compararon la salud cardiovascular de 382 niños concebidos por tecnología de reproducción asistida con la de 382 niños que fueron concebidos naturalmente. Los sujetos fueron reclutados desde noviembre de 2017 hasta febrero de 2019 y fueron pareados según su sexo, edad y edad materna al momento del nacimiento del niño.

Se midió la presión arterial y se realizó una ecocardiografía para determinar los parámetros estructurales y funcionales del ventrículo izquierdo.

Los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida tenían un aumento estadísticamente significativo de la estatura (media: 130 cm frente a 128 cm; p = 0,007) y el índice de masa corporal (media: 17,6 frente a 17,1; p = 0,03), en comparación con los niños concebidos naturalmente.

También tenían un aumento estadísticamente significativo de la presión arterial sistólica (media: 105,5 mm Hg frente a 103,5 mm Hg; p ajustada < 0,001), presión arterial diastólica (67,2 mm Hg frente a 62,2 mm Hg; p ajustada < 0,001).

La prevalencia de hipertensión arterial también fue mayor en el grupo de tecnología de reproducción asistida (80 niños: 21%) en comparación con el grupo de concepción natural (50 niños: 13%), y la prevalencia de hipertensión arterial también fue mayor en el grupo de tecnología de reproducción asistida (69 niños: 18,1%) en comparación con el grupo concebido naturalmente (54 niños: 14,1%; p ajustada = 0,002).

Los niños con tecnología de reproducción asistida también tenían más disfunción sistólica del ventrículo izquierdo. En el grupo tecnología de reproducción asistida, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo media fue del 64,6%, en comparación con 66,7% de los niños concebidos de forma natural (p < 0,001). Los niños nacidos por tecnología de reproducción asistida también tenían más disfunción diastólica, tasa de velocidades diastólicas tempranas/tardías mitral/tricúspide: 1,66 frente a 2,21; (p ajustada < 0,001).

Además se encontró que los niños con tecnología de reproducción asistida tenían parámetros estadísticamente significativos relacionados con la estructura del ventrículo izquierdo, incluido el índice de masa ventricular izquierdo (media: 31,97 g/m2,7 frente a 28,28 g/m2,7p ajustada < 0,001) y el grosor de la pared derecha (3,30 mm frente a 2,98 mm; p ajustada < 0,001).

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También hubo un aumento estadísticamente significativo de la prevalencia de hipertrofia ventricular izquierda entre los niños nacidos mediante tecnología de reproducción asistida, en comparación con los niños concebidos de forma natural (9 niños frente a 2; p = 0,03), un grosor alto de la pared derecha (61 niños frente a 0; p < 0,001) y patrones de remodelado ventricular, que incluyen remodelado concéntrico (60 niños frente a 0), hipertrofia excéntrica (8 niños frente a 2) e hipertrofia concéntrica (1 niño frente a 0).

Los autores señalaron las limitaciones de su estudio. Por un lado, escribieron que no pueden sacar conclusiones sobre si el perfil cardiovascular adverso asociado con tecnología de reproducción asistida se debe al procedimiento en sí u otras variables no medidas en el estudio.

También señalaron que debido a que no existen criterios unificados para definir hipertrofia del ventrículo izquierdo, grosor de la pared derecha alto o patrones de remodelación geométrica del ventrículo izquierdo, utilizaron puntos de corte del percentil 95 específicos por edad y sexo basados en definiciones establecidas entre los niños occidentales y los puntos de corte pueden ser demasiado altos para ser utilizados entre los niños chinos. Otra limitación potencial es que todos los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida en este estudio eran de un solo centro médico en China y, por tanto, los hallazgos “deben generalizarse con precaución”.

Los investigadores concluyeron que sus hallazgos pueden tener importancia para la salud clínica y pública y además sugieren una mayor vigilancia en la población de tecnología de reproducción asistida.

“Debido a que la infancia es una ventana crítica para la detección temprana, la posible intervención y la mejora de la salud cardiaca entre los niños concebidos por tecnología de reproducción asistida, es posible revertir las alteraciones desfavorables en su estructura y función cardiacas. Se necesitan más estudios para confirmar la asociación”.

El estudio fue financiado por National Key Research and Development Program of China, Shandong Provincial Key Research and Development Program, National Natural Science Foundation of China y Shandong Province Medical and Health Technology Development Project. 

Los autores del estudio han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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