¿Los antidepresivos modifican el pronóstico en la COVID-19?

La evidencia observacional derivada de la atención en hospitales para pacientes con COVID-19 ha dejado una interrogante en el aire. Se ha sugerido que los antidepresivos pueden ser una opción terapéutica eficaz y económica en la lucha contra esta enfermedad.

La carrera de las vacunas avanzó de forma extraordinaria y se continúan aprobando y distribuyendo vacunas eficaces contra la COVID-19 en todo el mundo; sin embargo, estas inyecciones de esperanza son solo un paso de un proceso de varios para controlar la devastación causada por la pandemia. Aun después de que millones de personas hayan recibido sus vacunas contra la COVID-19, el virus continuará propagándose y las mutaciones víricas seguirán probando la eficacia de las vacunas disponibles, por lo que es importante identificar los fármacos que pueden prevenir que las personas desarrollen COVID-19 grave, en particular los tratamientos económicos y ampliamente disponibles.

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JAMA publicó un informe que describe cómo adultos con COVID-19 que recibieron fluvoxamina durante 15 días tenían menos probabilidades de presentar síntomas de empeoramiento y requerir hospitalización que quienes no la recibieron, y de los 80 participantes que recibieron fluvoxamina, ninguno experimentó empeoramiento clínico, en comparación con 8% de los pacientes que recibieron placebo.[1]

Un artículo de Nature en Molecular Psychiatry examinó la utilidad potencial de antidepresivos en pacientes hospitalizados por COVID-19 en un estudio de cohorte retrospectivo multicéntrico que encontró que de 345 pacientes con COVID-19, 4,8% de pacientes que recibieron antidepresivo en las primeras 48 horas y en un modelo de Cox multivariable mostró asociación entre el uso de antidepresivos y la reducción del riesgo de intubación o fallecimiento.[2] Los análisis exploratorios sugieren que esta asociación también fue significativa para los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y no inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, y para fluoxetinaparoxetinaescitalopramvenlafaxina y mirtazapina.

Esto obliga a considerar que el uso de antidepresivos podría estar asociado con menor riesgo de fallecimiento o intubación en pacientes hospitalizados por COVID-19. Se necesitan ensayos clínicos aleatorios controlados doble enmascarado con fármacos antidepresivos para COVID-19.

Sin embargo, aparte de las teorías inflamatorias y las teorías relacionadas con la comorbilidad psiquiátrica y no psiquiátrica, una correlación neurobiológica aparece: el sistema ácido esfingomielinasa-ceramida que responde a los efectos de los fármacos antidepresivos.

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Es necesario reconsiderar y definir los objetivos terapéuticos moleculares de los antidepresivos y nuestros abordajes después de COVID-19. El sistema esfingomielinasa ácida-ceramida es un objetivo de los antidepresivos y se ha relacionado con la preservación de la cognición. Las concentraciones terapéuticas de los antidepresivos amitriptilina y fluoxetina, y otros como vortioxetina, redujeron la actividad de esfingomielinasa ácida, y las concentraciones de ceramida en el hipocampo aumentaron la proliferación neuronal, la maduración y la sobrevida, y mejoraron el comportamiento en modelos de ratón de depresión inducida por estrés. La deficiencia genética de esfingomielinasa ácida anula estos efectos.

La inhibición de la esfingomielinasa ácida previene la infección celular con SARS-CoV-2

En un estudio publicado en Cell Reports Medicine, ratones con sobreexpresión de esfingomielinasa ácida, heterocigotos para la ceramidasa ácida, tratados con bloqueantes del metabolismo de la ceramida o inyectados directamente con ceramida C16 en el hipocampo, tenían concentraciones de ceramida más altas y tasas más bajas de proliferación neuronal, maduración y sobrevida, en comparación con los controles, y mostraron comportamiento similar a la depresión incluso en ausencia de estrés.[4] La disminución de la abundancia de ceramida lograda por la inhibición de esfingomielinasa ácida mediada por antidepresivos normalizó estos efectos. Por tanto, reducir la abundancia de ceramidas puede ser un objetivo central para el desarrollo futuro de antidepresivos.

Esto toma aún más trascendencia al considerar que el SARS-CoV-2 induce el sistema esfingomielinasa-ceramida ácida. Y la neutralización de ceramida in vitro bloquea la infección por el SARS-CoV-2.

El tratamiento con antidepresivos previene la infección de las células epiteliales nasales recién aisladas con la espiga del SARS-CoV-2.

En resumen, la inhibición farmacológica o genética de la actividad de la esfingomielinasa ácida previene la infección con el virus del SARS-CoV-2. Esta nueva vía también se suma al efecto inmunológico, ya que amitriptilina y otros antidepresivos que actúan como inhibidores funcionales de la esfingomielinasa ácida no ejercen efectos adversos conocidos sobre el sistema inmunológico.

Siga al Dr. José J. Mendoza Velásquez de Medscape en español en Twitter @josemendozamdr.

Pruebas de Antígenos y Vacunación Covid-19 en Aguadilla el 3 de agosto de 2021


Este martes, 3 de agosto se estará realizando un evento masivo de pruebas de antígenos y vacunación con Pfizer a la comunidad.
Municipio de Aguadilla
Lugar: Hotel Las Cascadas en Aguadilla
Horario: 9:00AM – 4:00PM

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Recuerde que para realizarse la prueba:

  • No se requiere orden médica
  • No se requiere plan médico
  • Resultados el mismo día
  • Llevar identificación con foto para validación

Regístrate:
https://testtaker.1linkfusion.com/registration/824

Pro: Noticias del Oeste

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La hipertrigliceridemia se erige en actor principal de la aterogénesis e inflamación vascular

MADRID, ESP. La hipertrigliceridemia se asocia con aterosclerosis subclínica e inflamación vascular en personas de bajo riesgo cardiovascular, incluso con cifras normales de colesterol.

Un estudio español publicado en Journal of American College of Cardiology, realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) muestra de forma novedosa que la hipertrigliceridemia se asoció con aterosclerosis subclínica no coronaria e inflamación vascular en individuos con riesgo cardiovascular de bajo a moderado, incluso si tienen cifras normales de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad.[1] Se trata de placas que aún no han producido eventos clínicos, lo que posibilita actuar de forma preventiva sobre ellas.

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Este trabajo forma parte del estudio PESA (Progression and Early detection of Subclinical AtherosclerosisNCT01410318), macroproyecto que se realiza en el CNIC en colaboración con el Banco de Santander, en el que se estudia el desarrollo de placas ateroscleróticas en tres regiones arteriales de una población asintomática de trabajadores de mediana edad. El proyecto dirigido por el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC, ha aportado información muy relevante sobre la detección temprana de aterosclerosis subclínica, que tiene elevada prevalencia en la población general.

Los Triglicéridos aumentan su impacto

El Dr. Sergio Raposeiras Roubín, primer autor del artículo y miembro del CNIC manifestó a Medscape en español: “Se trata de un resultado muy interesante, pues la tendencia general es a dar mucho valor al impacto pronóstico de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, que es totalmente cierto. Sin embargo, nuestro estudio enfatiza la importancia de observar también los niveles de triglicéridos, ya que incluso con cifras normales de lipoproteínas de baja densidad, niveles altos de triglicéridos se asociaron con la aterosclerosis subclínica”.

“Este último aspecto es quizá lo más original, ya que es el primer estudio que pone en relación los triglicéridos con una fase muy precoz de la aterosclerosis, como la fase subclínica, incluso con la inflamación vascular. De tal forma que actuando precozmente sobre dicho parámetro podríamos reducir la aparición de aterosclerosis en fases precoces y de esta forma reducir eventos futuros”.

Presencia y progresión de aterosclerosis

Este es un estudio de cohortes prospectivo observacional que utiliza imágenes de múltiples territorios para evaluar la presencia y progresión de aterosclerosis. El riesgo de mortalidad cardiovascular se evaluó con la herramienta de Evaluación Sistemática del Riesgo Coronario (SCORE); se clasificó a los participantes según el riesgo a 10 años como bajo (menor de 1%) o moderado (entre 1% y 5%). Los participantes con alto riesgo (mayor o igual a 5%) fueron excluidos de este estudio. El grupo de estudio final contó con 3.754 participantes.

Además los sujetos estudiados se estratificaron en 3 grupos de acuerdo con las cifras de triglicéridos séricos en ayunas, la hipertrigliceridemia se consideró con cifras iguales o superiores a 150 mg/dl, y los valores menores se clasificaron como normales bajos (< 100 mg/dl) o normal alto (100 a 149 mg/dl). Por otro lado, se clasificaron según la cifra del colesterol de lipoproteínas de baja densidad sérico normal o alto de acuerdo con los umbrales de la guía de la European Society of Cardiology.

La presencia de placas ateroscleróticas subclínicas se evaluó en todos los participantes mediante ecografía vascular bidimensional, con barridos transversales en 7 localizaciones arteriales (carótidas bilaterales, la aorta infrarrenal y las iliacas y femorales). La puntuación de calcio en las arterias coronarias se determinó en todos los pacientes mediante tomografía computarizada sin contraste de 16 cortes.

Un subgrupo de 755 participantes con evidencia de aterosclerosis o calcio coronario se sometió a tomografía por emisión de positrones híbrida con F18-Fluorodesoxiglucosa en diez territorios para determinar la inflamación vascular. La muestra final de este subestudio incluyó 614 sujetos.

Riesgo cardiovascular bajo y moderado

El estudio incluyó un total de 3.754 participantes del estudio PESA, la mayoría (84,9%) tenía riesgo cardiovascular bajo a 10 años y los 568 restantes (15,1%) tenían riesgo moderado. La media de colesterol de lipoproteínas de baja densidad fue de 133 ± 29,4 mg/dl, de los que 1.044 (27,8%) tenían niveles dentro del rango normal. La media de triglicéridos séricos fue de 92,2 ± 52,3 mg/dl; 393 individuos (10,5%) tenían cifras superiores a 150 mg/dl, 781 (20,8%) tenían cifras entre 100 y 150, y 2.580 (68,7%) tenían menos de 100. El grupo con más altas cifras de triglicéridos eran mayores, gran parte integrada por hombres, y tenían peor perfil de factores de riesgo cardiovascular.

El análisis de imágenes detectó aterosclerosis subclínica en 52,5%, 68,8% y 73,0% de los participantes con triglicéridos séricos menores de 100 mg/dl, de 100 a 149 mg/dl y de 150 mg/dl o más, respectivamente. Este aumento escalonado también fue evidente para el número de territorios vasculares afectados.

La Dra. Rosa Fernández Olmo, presidenta electa de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, especialista ajena al estudio, comentó a Medscape en español: “Hace tiempo que los niveles de triglicéridos se han asociado al riesgo cardiovascular, lo que ocurre es que existen estudios contradictorios en este sentido. De hecho existe una entidad llamada dislipidemia aterogénica, la cual se caracteriza por tener triglicéridos altos, colesterol de lipoproteínas de alta densidad bajo y colesterol de lipoproteínas de baja densidad normal, que ha demostrado ser factor de riesgo cardiovascular”.

Después del ajuste multivariado la cifra de triglicéridos mayor o igual a 150 mg/dl se asoció con prevalencia significativamente mayor de aterosclerosis no coronaria (OR: 1,35; IC 95%: 1,08 a 1,68; p = 0,008) que los del grupo con cifras menores de 100. Con independencia de la concentración de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, menor concentración de triglicéridos séricos se asoció con menor riesgo de aterosclerosis subclínica. La asociación entre triglicéridos superiores a 150 mg/dl y la presencia de placas ateroscleróticas no coronarias se observó tanto en individuos con colesterol de lipoproteínas de baja densidad elevado (OR: 1,42) como en aquellos con colesterol de lipoproteínas de baja densidad normal (OR: 1,85). No se encontró asociación entre la cifra de triglicéridos y la puntuación de calcio coronaria.

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La identificación temprana de la dislipidemia aterogénica, particularmente en individuos con riesgo cardiovascular bajo a moderado, podría orientar las intervenciones en prevención primaria.[2,3] La estratificación del riesgo se puede refinar aún más caracterizando las placas como inflamadas o no inflamadas.

Medida para reducir el riesgo residual

Los resultados indican que controlar y reducir los triglicéridos puede convertirse en una medida importante para reducir el riesgo residual de eventos cardiovasculares en personas que ya han alcanzado los objetivos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad recomendados en las guías, incluso si tienen riesgo cardiovascular bajo o moderado.

Las guías de práctica clínica actuales para el tratamiento de la dislipidemia recomiendan el inicio con estatinas para niveles séricos de triglicéridos superiores a 200 mg/dl, pero solo en pacientes con alto riesgo cardiovascular.[4] Las guías clínicas podrían revisar sus recomendaciones y considerar un objetivo de triglicéridos de 150 mg/dl o menos para la prevención primaria en individuos con cualquier nivel de riesgo cardiovascular, independientemente de la concentración de colesterol de lipoproteínas de baja densidad.

En cuanto al punto de corte para iniciar un tratamiento farmacológico en pacientes con hipertrigliceridemia y riesgo cardiovascular bajo/moderado, la Dra. Fernández indicó que “podría considerarse iniciar la terapia cuando se alcanzan niveles de triglicéridos plasmáticos mayores de 200 mg/dl”.

Aval para modificar las guías y punto de corte

Respecto a que estos hallazgos tengan suficiente peso para tratar de modificar las guías clínicas, el Dr. Raposeiras señaló: “Sin duda las guías recomiendan tratar con estatinas a pacientes con hipertrigliceridemia y riesgo cardiovascular alto. Sin embargo, en este estudio nos hemos focalizado en pacientes de riesgo cardiovascular bajo o moderado procedentes del estudio PESA, que con cifras normales de lipoproteínas de baja densidad en principio no tendrían indicación de terapia hipolipemiante según las guías clínicas actuales. Nuestro estudio pone de manifiesto que en estos pacientes los niveles de triglicéridos por encima de 150 mg/dl se asocian a mayor aterosclerosis subclínica”.

“Resulta sencillo poder modificar los triglicéridos con medidas higiénico-dietéticas y cambios de estilo de vida; incluso actualmente disponemos de fármacos que pueden reducir eficazmente sobre los triglicéridos. Por tanto, si buscamos prevención primaria eficaz, parece bastante razonable actuar sobre la hipertrigliceridemia en cualquier paciente, con independencia de su riesgo, parece una recomendación adecuada, agregó el cardiólogo”.

Respecto al abordaje farmacológico más adecuado, la Dra. Fernández indicó: “El tratamiento de elección para la hipertrigliceridemia consiste en fibratos (fenofibrato o bezafibrato). En los últimos años se han publicado estudios con derivados de omega 3 que han demostrado en algunos estudios mejorar el pronóstico cardiovascular, sin embargo, en otros estudios estos resultados son más controversiales”.

Por otra parte, es sabido que la inflamación altera la función endotelial y contribuye a la vulnerabilidad de las placas independientemente de los niveles de colesterol de lipoproteínas de baja densidad.[5] Los conocimientos recientes sobre la inflamación como componente importante del desarrollo, la erosión y la rotura de la placa, han ampliado el conocimiento de la aterogénesis.

En el estudio los triglicéridos séricos mostraron correlación débil pero significativa con la proteína C reactiva de alta sensibilidad (R = 0,298). La captación arterial de F18-Fluorodesoxiglucosa y el número de placas con captación aumentaron al incrementarse el nivel de triglicéridos. Los individuos con cifras más elevadas de triglicéridos (150 mg/dl) tenían riesgo dos veces mayor de captación arterial de F18-Fluorodesoxiglucosa que aquellos con cifras por debajo de 100.

Limitaciones y futuros objetivos

La limitación más destacable del estudio fue que los datos presentados son observacionales, con las implicaciones de causalidad que conlleva. Asimismo, la aterosclerosis coronaria se evaluó mediante puntuación de calcio en las coronarias, por lo que no podemos descartar una asociación entre los triglicéridos y la prevalencia o progresión de placas coronarias no calcificadas. El grupo de estudio fue esencialmente una cohorte de personas sin diabetes (menos de 1%), y la cohorte del estudio PESA es ocupacional relativamente homogénea, que puede no ser representativa de la población general.

El Dr. Raposeiras destacó los siguientes objetivos a investigar: “El primer paso sería ver si esos pacientes, que con hipertrigliceridemia presentaban aterosclerosis subclínica, desarrollaron eventos clínicos en el seguimiento. Pero también existen diversas ideas sobre el impacto que puede tener el perfil genético del paciente o los estados de inflamación crónica, así como diversos estudios sobre como las medidas educacionales y de estilo de vida pueden influir sobre la aparición de aterosclerosis subclínica y eventos en el futuro”.

El estudio ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III y el Fondo de Desarrollo Regional Europeo. El Dr. Raposeiras y la Dra. Fernández han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Por: Javier Cátelo, medscape

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Repunte de COVID-19 es mayor en la región oeste de Puerto Rico

Mientras la tasa de positividad en casos únicos de COVID-19 en Puerto Rico se encuentra en 5.9%, dicha tasa se duplica hasta alcanzar un 11.5% en la región de Mayagüez, advirtió hoy el doctor Rafael Irizarry, bioestadístico de la Coalición Científica.

La tasa de positividad en pruebas, de igual modo, alcanzó 12.5% en la región de Mayagüez, mientras en el archipiélago era de 6.6%.

“El repunte en Puerto Rico está mucho peor en el oeste, ya casi en niveles no vistos desde abril”,sostuvo en una publicación en Twitter. La zona más cercana en cuanto a las tasas es Fajardo, con 8% y 9%, en las respectivas tasas.

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El repunte continúa, al tiempo que se confirman casos de la variante Delta en Puerto Rico. De acuerdo con el informe de vigilancia de la Coalición de Salud de Comunitaria de Puerto Rico (COSACO), publicado hoy, la variante Delta representa el 90% de las muestras secuencias en el pasado mes.

En el archipiélago ya hay al menos 48 casos Delta confirmados, según la información colectada por la Iniciativa Global para Compartir Datos de Influenza Aviar (GISAID, en inglés) sobre genomas secuenciados de personas con resultado positivo a la prueba del COVID-19 en Puerto Rico. Salud no actualiza información sobre las variantes desde el 14 de julio, cuando informó sobre 32 casos adicionales de Delta, para un total de 38 en aquel momento.

“Es clave que alcancemos una cobertura aleatoria de un 10% para poder sentirnos seguros de los datos y las conclusiones que puedan suplir”, sostiene el informe de COSACO sobre los datos locales.

“Insisto en la vacunación para cerrar la brecha al virus. No podemos poner en riesgo la salud del pueblo”, expresó este lunes el secretario de Salud, Carlos Mellado, a través de Twitter.

El informe sobre vacunación más reciente, publicado ayer por la Coalición Científica, indica que 1,855,195 personas o un 56.5% de la población completó su serie de vacunación. El informe, basado en datos del Puerto Rico Electronic Immunization System (PREIS), proyecta que el 70% de cobertura se alcanzaría el 31 de octubre al ritmo actual de vacunación, proyección que se ha ido retrasando. Hace unos meses se proyectaba que esa meta se alcanzaría en agosto. Salubristas han reiterado que no hay, al momento, una cifra precisa para la inmunidad de rebaño respecto a COVID-19.

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La lista de municipios con las tasas de vacunación más altas la lidera Aibonito, con un 96.8% de la población vacunada. Le sigue los pasos Villalba, con 66%; Cayey, con 63%; San Sebastián, con 62.6%; y Bayamón, con 62.4%. Las tasas más bajas, por otro lado, están en Cataño, con 32.8%; Loíza, con 33.1%, Peñuelas, con 36.1%; Añasco, con 37%; y Naguabo, con 38.1%.

En cuanto a la zona oeste, Hormigueros ha vacunado un 59.7% de su población, Mayagüez un 56.8%, San Germán un 55.2%, Rincón un 52.1%, Aguada un 51.5%, Aguadilla un 51%, Lajas un 50.1%, Maricao un 47.1% y Cabo Rojo un 47%. Al observar en detalle cada municipio, Mayagüez presenta una de las proporciones más altas de personas no vacunadas en el renglón de 20 a 29 años de edad.

En términos generales, también faltan 291,634 mayores de 60 años por vacunar, con las tasas más altas en Cataño, Loíza, Guánica, Comerío y Culebra. Cataño es también el municipio con la menor cantidad de menores en edad aprobada para vacunación sin recibir la vacuna. De acuerdo con el informe, solo 350 o un 12.3% de los menores cuenta con su dosis completa.

David Mercado, El Nuevo Día

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Investigadora boricua quiere esclarecer el efecto del COVID-19 en la salud menstrual

La doctora Idhaliz Flores, de la Ponce Health Sciences University, busca personas menstruantes, vacunadas o no vacunadas contra el coronavirus, que completen un cuestionario

Una investigación de la doctora Idhaliz Flores, bióloga molecular en la Ponce Health Sciences University, busca encuestar, al menos, a 500 mujeres para determinar si el COVID-19 ha tenido un efecto en su salud menstrual.

El estudio pretende esclarecer si el COVID-19 ha afectado el ciclo menstrual, obteniendo experiencias de vacunación, infección con el virus, estados de ánimo y estrés, y enfermedades preexistentes, entre otras variables.

Flores explicó que el proyecto surgió luego de que algunas mujeres compartieran en los medios sociales que su ciclo menstrual había cambiado después de vacunarse, ya sea que se haya atrasado, adelantado o sido más profuso. Sin embargo, no hay evidencia científica para entender estos cambios.

Por lo tanto, la intención es recopilar anécdotas de manera científica para determinar qué factores están jugando un rol en los cambios en menstruación. También, investigarán los efectos a largo plazo.

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Otro estudio realizado por la investigadora reveló que, en mujeres con endometriosis, el estrés de la pandemia y el “lockdown” causó cambios en el ciclo menstrual parecidos a los que se reportan luego de la vacunación.

Flores hipotetizó que “estamos viviendo en unos momentos de mucho estrés y ansiedad”, a raíz de la pandemia, y esos síntomas podrían contribuir a los cambios observados.

Aunque, al momento, la muestra de participación es pequeña, resultados preliminares sugieren que los cambios en el ciclo menstrual han ocurrido tanto en personas vacunadas como no vacunadas. Los cambios podrían ser reversibles, sostuvo Flores.

“Para mí, es bien importante como científica mirar todo lo que está pasando alrededor en estas circunstancias en las que estamos viviendo, para poder discernir la causa real de estos cambios (en el ciclo menstrual)”, dijo.

El llamado a participar del estudio es para personas menstruantes mayores de 16 años, tanto vacunadas como no vacunadas contra el COVID-19. El cuestionario toma de 5 a 10 minutos, y tendrá seguimiento luego de tres y seis meses. Para participar, acceda a este enlace.

La autora Charlene N. Rivera Bonet un doctorado en Neurociencia y es becaria de la American Association for the Advancement of Science en El Nuevo Día.

La atención plena beneficia a niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad y a sus familias

La meditación, el yoga, los ejercicios respiratorios y otras actividades de atención plena pueden ayudar a niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, pero no solo los niños se benefician.[1]

Cuando las familias de niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad llevan a cabo en conjunto un programa de atención plena, niños y padres se benefician, lo que puede mejorar el autocontrol, la autocompasión y los síntomas psicológicos, señala nuevo estudio.

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Los hallazgos no señalan que los niños deban descartar la medicación a favor de centrarse en el momento presente. Más bien el estudio se suma a las pruebas crecientes que indican que la atención plena puede ser una herramienta útil junto con otras estrategias para niños y adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, afirmó John Mitchell, Ph. D., psicólogo de la Duke University, en Durham, Estados Unidos, que no intervino en el nuevo estudio. La atención plena puede ayudar a las familias a calmar el estrés y mejorar la calidad de vida.

“Hablamos sobre el trastorno por déficit de atención/hiperactividad porque una persona tiene ese diagnóstico, pero no vivimos en burbujas. Todos estamos interconectados y tenemos influencia mutua. Y es muy importante contar con tratamientos que reconozcan esto y que lo midan mediante estudios científicos”, destacó.

Los ejercicios de atención plena, que tienen sus raíces en las tradiciones orientales, por lo general tienen como propósito instruir a las personas a estar atentas al momento presente y dejar de juzgar. Durante las últimas dos décadas, quienes han investigado la depresión y otros trastornos han recopilado datos que indican que practicar la atención plena puede ayudar de diversas formas, tales como la autorregulación de la atención y las emociones. No tardó mucho en que estos hallazgos atrajeran el interés de los investigadores que estudian el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, señaló Mitchell.

La investigación sobre la atención plena para el trastorno por déficit de atención/hiperactividad comenzó con adultos, y los resultados han sido alentadores, indicó Mitchell. Las personas que llevan a cabo un programa de atención plena tienden a mostrar alguna mejora en la atención, la impulsividad y la hiperactividad, según muestran los estudios. En un pequeño estudio experimental Mitchell y sus colaboradores informaron mejoras en los síntomas y la función ejecutiva de adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.

Los estudios en niños se han quedado rezagados, pero la investigación reciente ha sido prometedora. Al analizar los datos de diversos estudios, los investigadores han encontrado reducciones pequeñas en la inatención, la hiperactividad y la impulsividad de las personas jóvenes con trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Varios estudios aleatorizados controlados también han demostrado reducción de los síntomas, según los evalúan padres y maestros.

Mejor comprensión y aceptación

En una investigación relacionada hubo reducción notoria del estrés en pacientes que se capacitaron en atención plena que los enseña a escuchar con toda su atención, aceptar y desarrollar compasión por sí mismos y sus niños, y regularse a sí mismos en la relación con sus niños.

No obstante, el tratamiento de primera línea para los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad por lo general incluye una combinación de medicación, terapia cognitiva conductual y educación, aun cuando estas estrategias no siempre funcionen bien para todos, señaló Corina Greven, Ph. D., psicóloga del Radboud University Medical Centre y del Karakter Child and Adolescent Psychiatry University Centre, en Nijmegen, Países Bajos.

A pesar de los resultados sugestivos, los datos sobre atención plena siguen siendo escasos, en parte porque han sido pequeños los primeros estudios en que se ha analizado la capacitación en atención plena para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad. En pocos estudios sobre el tratamiento del trastorno por déficit de atención/hiperactividad mediante atención plena, dice Greven, se ha incluido a los padres.

Para llenar algunas lagunas, Greven y sus colaboradores realizaron un estudio con 103 familias que tenían un niño con trastorno por déficit de atención/hiperactividad con edades entre 8 y 16 años. La mitad de las familias fue aleatorizada a continuar el tratamiento habitual, que en la mayoría de los casos incluía medicación.

La otra mitad continuó su tratamiento habitual y también participó en un programa llamado MYMind, en que se utilizó la terapia cognitiva basada en atención plena para los niños y la capacitación de los padres en crianza consciente.

Las familias asistieron a sesiones de grupo de 90 minutos una vez a la semana durante 8 semanas, con una sesión adicional 2 meses más tarde. El grupo asignado a atención plena también llevó a cabo tareas diarias que tomaban entre 30 y 45 minutos para los padres y 15 minutos para los niños. Las tareas incluían libros de trabajo y meditaciones guiadas.

El equipo informó que a corto plazo los niños que recibieron la intervención de atención plena mostraron pequeñas mejoras en los síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad, ansiedad, síntomas de autismo y problemas para conciliar el sueño. Uno de cada tres niños que recibieron capacitación en atención plena mejoró en medidas de autocontrol, añadió Greven, en comparación con solo uno de cada diez que recibieron únicamente su tratamiento habitual.

Los beneficios fueron mayores y más duraderos para los padres. En comparación con los padres que no tuvieron capacitación en atención plena, los asignados al grupo de atención plena mejoraron en autocontrol, autocompasión, depresión, ansiedad, estrés, bienestar y sus propios síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Dado el importante componente genético del trastorno, es común que los padres de niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad también tengan un diagnóstico o síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Además, las familias que llevaron a cabo la intervención basada en atención plena refirieron mejoras en sus relaciones, así como la aceptación del trastorno por déficit de atención/hiperactividad, señaló Greven.

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¿Un nuevo tratamiento?

Los hallazgos indican nuevas opciones de tratamientos potenciales para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad, y para sus padres, destacó Greven, así como la necesidad de estudiar el trastorno de forma más general. “Aunque los padres de niños con el trastorno a menudo tienen mayor estrés parental, ansiedad o sus propios síntomas de la enfermedad, las intervenciones habituales para los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad no suelen dirigirse a la salud mental de los padres. Como investigadores, necesitamos adoptar un enfoque más amplio y no solo determinar si una intervención reduce los síntomas, e incluir desenlaces adicionales que a las familias les resultan importantes”.

Se necesitará más investigación para determinar quién tiene más probabilidades de beneficiarse de la capacitación en atención plena y qué tanto duran estos beneficios, pero el nuevo estudio es un punto de partida útil, señalaron expertos.

“La capacitación en atención plena tuvo los efectos beneficiosos a corto y a largo plazos para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad y sus padres”, comentó el Dr. Samuel Wong, director de la JC School of Public Health and Primary Care de la Chinese University of Hong Kong, en Hong Kong, China. Destacó que la atención plena tiene más probabilidades de convertirse en un complemento que en un reemplazo de otras clases de tratamiento.

“Los profesionales clínicos pueden considerar combinar o añadir la capacitación en atención plena familiar en la práctica actual para niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad que tienen síntomas residuales con su tratamiento actual”, señaló.

La capacitación en atención plena puede ayudar a problemas que van más allá de los síntomas característicos que conlleva el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, indicó Mitchell, pues ayuda a mejorar en general la vida familiar, aun cuando algunas características del trastorno no se modifiquen mucho.

“Con este estudio en particular vemos algunos efectos muy prometedores de algo que será útil más allá de los 18 síntomas centrales del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Este es un estudio importante, pues será la base para que continúe evolucionando la investigación científica sobre este tema. Es algo por lo que hay que sentirse entusiasmado”, finalizó.

Por: Emily Sohn, medscape

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Nuevo protocolo en los hospitales para las visitas a pacientes

A tenor con los aumentos de casos positivos de COVID-19, por ende, un incremento en el número de hospitalizaciones en los últimos días, la Asociación de Hospitales de Puerto Rico tomará nuevas medidas para proteger al personal médico y a los pacientes.

“La aparición y el impacto causado por la variante Delta está causando mucha preocupación, por tal razón, estamos recomendando a los hospitales tomar las siguientes acciones”:

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1-      Requerir a todo visitante de pacientes evidencia de su vacunación.

2- Fomentar la disponibilidad de sus centros de vacunación para ese grupo que se identifique como no vacunado.

3-      Continuar con el uso riguroso de la mascarilla por todo el personal, tanto administrativo como clínico, visitantes y contratistas. Ya son muchos los hospitales en los Estados Unidos que están requiriendo las vacunas y la Asociación Americana de Hospitales (AHA) está solicitando que la vacuna se haga mandataria.

“Estamos en una etapa de poder prevenir contagios y muertes ,si tomamos las medidas recomendadas ante la situación de una complicación con el COVID-19 o en su modalidad nueva: DELTA”, señaló el licenciado Jaime Plá Cortés, presidente ejecutivo de la Asociación de Hospitales de Puerto Rico.

El portavoz de la Asociación de Hospitales de Puerto Rico dijo que hay un movimiento bastante amplio de organizaciones y hospitales que han tomado mucho interés en que todo el mundo se vacune, por lo que recomendó a la población que no se ha vacunado, que a la mayor brevedad posible lo hagan.

“Los hospitales de Puerto Rico deben participar activamente en este esfuerzo de requerir la vacunación y asegurarnos que empleados y visitantes estén vacunados. Estas recomendaciones son de carácter voluntario, pero le hacemos la mayor exhortación a la implantación de estas medidas de seguridad ante el aumento en los contagios, así como cualquier otra que ayude a disminuir la incidencia de casos”, terminó diciendo Plá Cortés.